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El déficit público acabó 2015 en el 5,16% del PIB, lejos de lo pactado con Bruselas

Rajoy y Montoro, en un acto del PP.

Belén Carreño

El déficit público acabó 2015 en el 5,16% del PIB, tal y como adelantó este diario y ha confirmado el ministro de Hacienda en funciones, Cristóbal Montoro. La desviación está muy por encima del 4,2% que el Gobierno había pactado con la Comisión Europea y del 4,8% que preveía la propia Comisión en sus últimas previsiones de enero. Si se tiene en cuenta las ayudas financieras (que Bruselas perdona dentro de las promesas presupuestarias pero que no dejan de ser un agujero financiero), el déficit del Estado se situaría en un 5,24%.

La desviación del déficit con respecto a las previsiones será la mayor de toda la legislatura de Mariano Rajoy, y llega después de que el Gobierno adelantara el año pasado a julio, en clave electoral, la bajada del IRPF.

En dinero, esto supone en total un desvío de alrededor de 10.500 millones de euros que el siguiente Gobierno tendrá que recortar o pactar con Bruselas. No se puede obviar que en 2015 hubo elecciones locales, autonómicas y nacionales.

Montoro rechazó en rueda de prensa dejar una mala “herencia”, una palabra significativa ya que el PP ha achacado a la herencia de Zapatero muchos de los problemas económicos durante la legislatura, al siguiente Gobierno ya que, en su opinión, el legado es “una economía en crecimiento y con creación de empleo”.

Además de las medidas tomadas por el Gobierno central, el agujero mayor de lo previsto se debe al mayor déficit de la Seguridad Social y a los rotos de las comunidades autónomas, que se verán obligadas a adoptar medidas de ajuste, como ya pidió Bruselas a España. Montoro defendió que la Administración Central, que controla directamente, ha tenido un déficit del 2,68%, ligeramente por debajo del marcado como objetivo en el 2,9%. También ha destacado que en cinco años se ha reducido casi a la mitad el tamaño del agujero del Estado.

Para 2016, el objetivo de déficit pactado es del 2,8%, una quimera con los datos actuales. PSOE, Podemos, Ciudadanos y otros partidos de izquierdas ya han advertido que negociarán con Bruselas una nueva senda de déficit para los próximos años. El crecimiento de la economía tendrá su propio efecto en achicar el agujero de las cuentas del Estado pero, con todo, parece imposible cumplir lo pactado con las cuentas presentadas para 2016. El Gobierno en funciones tendrá que mandar a Bruselas en abril la revisión del plan de estabilidad, y el ministro ha descartado cambiar o negociar el objetivo de déficit.

Intervención en las comunidades autónomas

El ministro ha asegurado en rueda de prensa que enviará una carta a las comunidades autónomas que no han cumplido el déficit en las que les instará a no aumentar el gasto público en este ejercicio de 2016. Para ello, Montoro apelará a la regla de gasto –que el gasto no puede crecer más que el crecimiento potencial, previsto en un 1,8%– y obligará a que las comunidades informen mes a mes a los interventores de la gestión de sus cuentas.

Las comunidades autónomas en su conjunto dejaron un roto en las cuentas públicas equivalente al 1,66% de la economía, frente al 0,7% pactado. Solo cumplieron el déficit prometido Canarias, País Vasco y Galicia. Las mayores desviaciones fueron las de Catalunya, Extremadura, Aragón, Murcia y la Comunidad Valenciana. Montoro destacó que solo con las comunidades del Levante ya se había desviado más de la mitad el objetivo.

El cumplimiento tres regiones fue una razón de peso esgrimida por Montoro para ejemplificar que, aunque el objetivo era “ambicioso, se podía cumplir”. Los nuevos gobiernos que salieron de las urnas anuncian medidas “que solo sirven para gastar”, acusó Montoro que lamentó que los Ejecutivos de “consenso” tuvieran como principal misión hablar de cómo gastar. “En España no hay margen para gastar más si se quiere consolidar la recuperación económica”, zanjó.

Sin embargo, defendió que sí había más espacio para bajar más los impuestos. Para refrendar esta teoría, que su partido ha defendido en la campaña electoral, presentó la recaudación de los ingresos tributarios que, pese a una pequeña caída en el IRPF, se salda de forma positiva con una mejora conjunta en todos los impuestos del 4%.

Agujero negro en la Seguridad Social

Por su parte, el déficit de la Seguridad Social es en parte fruto de las políticas de subvención y bonificación de cotizaciones dirigidas a crear empleo que por el momento no serán compensadas por las nuevas altas del sistema. Estas políticas han llevado a una desviación sistemática en los ingresos previstos de la Seguridad Social. Sin embargo, Montoro achacó el déficit de la Seguridad Social a las “pensiones” y recordó que no se habían recortado las pensiones, descartando de plano cualquier responsabilidad en el estropicio de estas cuentas. En total, el agujero de las cuentas de la Seguridad Social es del 1,26% frente a un agujero previsto del 0,6%.

El ministro ha detallado algunas operaciones extraordinarias que tuvieron lugar en 2015 y que no son recurrentes, esto es, que no afectarán a los siguientes ejercicios. La primera que ha enumerado es la dotación con 1.090 millones de euros para el tratamiento de la hepatitis C. Montoro ha reseñado cómo la contención del déficit no estaba reñida con tener en cuenta las “prioridades sociales”. En segundo lugar, ha resaltado las operaciones especiales de inversión, especialmente desarrolladas en Catalunya.

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