Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
Noticia de agencia

Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Esta información es un teletipo de la Agencia EFE y se publica en nuestra web de manera automática como parte del servicio que nos ofrece esta agencia de noticias. No ha sido editado ni titulado por un periodista de eldiario.es.

El “padre del arroz híbrido” apoya la producción de los OGM con “cautela”

El "padre del arroz híbrido" apoya la producción de los OGM con "cautela"

EFE

Changsha (China) —

0

Yuan Longping, el “padre del arroz híbrido”, una contribución que ha ayudado a paliar el hambre en países en desarrollo, apoya la investigación y producción de los alimentos genéticamente modificados, aunque advierte de que siempre hay que hacerla con “cautela”.

A sus 84 años y con más de medio siglo de experiencia en la investigación agronómica, a este científico no le faltan las fuerzas para seguir luchando por conseguir su objetivo: acabar con la hambruna a nivel mundial.

Tras el “Gran Salto Adelante” (1958-1961), una campaña lanzada por Mao Zedong que causó la muerte de millones de personas por la terrible hambruna que asoló China, Yuan inició una investigación para mejorar el rendimiento de este cereal gracias a los cruces selectivos de variedades diferentes, a fin de sacar adelante a su país.

En 1976, esta nueva variedad de arroz comenzó a divulgarse a gran escala en el país y, debido a la mejora sustancial que demostró frente a las variedades convencionales, se le bautizó como “arroz mágico oriental” y se extendió por el mundo.

El arroz, que es la base de la alimentación en muchos países en desarrollo de Asia y África, pero también de Latinoamérica, aumentó notablemente su rendimiento en lo que fue parte de la llamada “revolución verde” de los años 69 y 70 del pasado siglo que permitió incrementar la producción de alimentos y reducir el hambre en amplias zonas del planeta.

“Mi sueño es que el arroz híbrido sea tan famoso como la pizza y tan grande como un cacahuete”, admite Yuan, sin perder el sentido del humor, en una entrevista a Efe en la ciudad de Changsha (provincia de Hunan), donde todavía continúa sus trabajos.

Más de medio siglo después del inicio de sus investigaciones, este científico no rechaza utilizar otras vías para salvar vidas, como la modificación genética, una práctica que causa polémica y divide a la población a nivel mundial.

“Hay que tener cuidado con los OGM (organismos genéticamente modificados), ya que hay varios tipos de genes, algunos de ellos son dañinos para la salud y otros no”, señala Yuan.

Por ello, Yuan insta a la población joven, siempre de forma voluntaria, a que pruebe los alimentos transgénicos para continuar con las investigaciones en este campo y terminar de demostrar su efectividad y seguridad.

“Al realizar los experimentos con los OGM hay que tener en cuenta que el gen (modificado) cambia de generación en generación”, advierte Yuan al explicar que si una persona ingiere un alimento modificado sin resultados negativos, hay que esperar a la siguiente generación para determinar si hay efectos colaterales.

“Si un hombre come un alimento transgénico, habrá que esperar para ver como afecta a sus descendientes”, resalta este reputado investigador.

En el caso de China, Yuan explica que la producción y venta de alimentos genéticamente modificados está en manos del Gobierno y sólo permite la plantación para fines comerciales de algodón y papaya transgénicos.

También importa aceite de soja transgénico de Estados Unidos que, en opinión de Yuan, contiene un gen herbicida que no pone en peligro la salud humana, frente a otros productos modificados que integran un gen pesticida, cuyos resultados todavía son, en su opinión, impredecibles.

Actualmente, Yuan Longping se centra en su próximo reto: presentar los últimos avances en su campo en la Expo de Milán 2015, una oportunidad “para promocionar el arroz híbrido alrededor del mundo”, explica.

La producción del arroz híbrido oscila en torno a las 7,5 toneladas por hectárea al año (frente a 6,5 toneladas del cultivo tradicional), si bien la cifra podría aumentar hasta las 9 toneladas si se plantara un nuevo “súper arroz” en el que está trabajando.

De este modo, y según las investigaciones de Yuan, se podría realizar su sueño “salvar a 400 millones de personas de la hambruna”.

Sara Díaz

Etiquetas
stats