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La tensa relación entre sindicatos dificulta la movilización contra el convenio de las grandes superficies

Los trabajadores de grandes superficies se movilizan contra la propuesta de nuevo convenio. EFE

Cristina G. Bolinches

Madrid —

Los trabajadores de las grandes superficies han comenzado 2013 en pie de guerra. Anged, la patronal que agrupa a las principales compañías del sector (como El Corte Inglés, Carrefour, Fnac, Ikea, Alcampo o Eroski, entre otras) puso patas arriba al ‘gran comercio’ hace unas semanas con una propuesta de convenio colectivo hasta 2016. Un documento que supone un fuerte recorte en las condiciones laborales de estas grandes empresas y que hoy vivirá otra vuelta de tuerca con una nueva reunión de la mesa de negociación acompañada, una vez más, de protestas en distintas ciudades.

La propuesta que la patronal presentó a principios de enero persigue, entre otras medidas, una rebaja anual de los salarios en función de la caída de los ingresos (de un 5% si la reducción de ventas es de cinco o más puntos). Además, prevé la supresión de una paga extraordinaria hasta que no se vuelvan a alcanzar los niveles de facturación de 2008, algo poco probable dada las escasas perspectivas de mejora del consumo. El documento también contempla incrementar en 56 horas (hasta 1.826) la jornada anual máxima y suprimiría la paga por los domingos y festivos trabajados.

Todos los representantes de los trabajadores de las grandes superficies están de acuerdo en calificar estas medidas como “inaceptables”. Una unanimidad en la valoración que se pierde cuando se entra en los detalles. Una de las características de la representación sindical en este segmento del comercio es la de que ni CCOO ni UGT son los sindicatos mayoritarios. Lo son dos sectoriales, como la Federación de Trabajadores Independientes de Comercio (Fetico) y la Federación de Asociaciones Sindicales (Fasga). Por ejemplo, esta última tiene 899 de los 1.540 representantes sindicales de El Corte Inglés. Mientras, Fetico es el mayoritario en el grupo francés Carrefour, con 900 de los 1.449 representantes y, además, suma 443 en El Corte Inglés, según figura en la web del sindicato.

Y las críticas entre organizaciones suelen ser habituales. Por ejemplo, la pasada semana, el secretario general de la Federación de Comercio, Hostelería, Turismo y Juego de UGT en Andalucía, Rafael Martín Arcas, aseguraba que El Corte Inglés “tiene una política sindical” basada “en consentir a sindicatos corporativos amarillos y combatir a los sindicatos de clase”.

Fasga ha contratacado con un comunicado en el que asegura que “los portavoces de CCOO y UGT en el convenio de Anged son los mismos que quitan pagas en empresas de comercio” y que ambos “se dedican a insultar a Fasga más que a la patronal y lloriquean por ser minoritarios en el sector”.

Quien prefiere esperar en silencio es la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged). No valora públicamente la marcha de las negociaciones hasta que éstas no lleven a algún punto en concreto. Sin embargo, sí que recalca que las medidas propuestas son necesarias para tratar de evitar recortes de empleo en un sector que, aseguran, ha mantenido sus plantillas estables pese a la crisis. Sin embargo, los sindicatos matizan que los recortes han hecho sustancial mella en los trabajadores temporales que, por ejemplo, tradicionalmente han reforzado el personal de las grandes superficies en los momentos de mayor actividad, como las rebajas o la campaña de Navidad.

Para Anged, la modificación de las condiciones laborales de sus plantillas, yendo más allá del actual modelo de negociación colectiva, es imprescindible dado el “esfuerzo” que el sector ha hecho en los últimos años para rebajar precios. Aseguran que su IPC es inferior al general en tres puntos porcentuales. En este mismo sentido, señalan que las empresas del sector han visto crecer un 9% sus costes laborales durante los últimos cuatro años al mismo tiempo que se reducían sus ventas.

Hay que recordar que la asociación, donde también están integradas C&A, Cortefiel, Leroy Merlin, Media Markt, Toys“R”Us, WorldDuty Free (la antigua Aldeasa) o la estadounidense Apple, según figura en la web de la asociación, ha sido en los últimos años uno de los baluartes de la defensa de la liberalización del comercio, haciendo bandera de la libertad de horarios, como la aplicada en Madrid desde el pasado mes de julio, o la concesión de licencias de apertura a las grandes superficies.

Un recorte de 30.000 empleos en cuatro años

Sin embargo, según los últimos datos publicados por Anged correspondientes al ejercicio 2011, sus empresas sí han recortado sus plantillas. A finales de 2011, su número de empleados era de 230.810 personas, casi 7.000 menos que un año antes. De ellas, asegura en su memoria anual, cuatro de cada cinco tenían contrato indefinido y seis de cada 10 eran trabajos a tiempo completo. Se da la circunstancia de que las grandes superficies emplean fundamentalmente a mujeres, ya que la patronal asegura que su plantilla es femenina en un 68%.

Así, pese a hacer hincapié en el mantenimiento de empleo durante la crisis, los casi 231.000 empleos de sus asociadas a finales de 2011 quedan muy lejos de los 260.871 que tenían a finales del ejercicio 2007. Según esa misma memoria, mientras el empleo de las empresas de grandes superficies retrocedía en 2011 un 2,8%, la facturación del sector descendía a un ritmo ligeramente menor, en concreto del 2,2%, situándose sus ingresos globales en 39.895 millones de euros.

Prácticamente la totalidad de empresas que integran Anged aún no han hecho pública la evolución de sus ventas durante el pasado ejercicio. Una que sí lo ha hecho es la multinacional francesa Carrefour. Hace unos días, la mayor cadena de hipermercados de Europa comunicó que sus ventas en España cayeron un 4,1%, en concreto la filial facturó durante el pasado ejercicio 9.039 millones de euros. De hecho, España es junto a Italia, el país que más disgustos da al grupo galo. Carrefour asumía que durante el último trimestre sus ingresos se recortaron un 4,8% debido a que “las medidas de austeridad siguen teniendo un impacto sobre el consumo”.

Precisamente, el pasado martes, el Instituto Nacional de Estadística (INE) hizo público que durante 2012 las ventas del comercio minorista se recortaron un 6,8%. Pero si hay un dato revelador sobre cómo está el consumo en España éste es el del pasado mes de diciembre, cuando la caída de ventas se elevó hasta el 10,2%. Pese a ser el mes de la campaña de Navidad, también fue el mes en el que los funcionarios vieron eliminada su paga extra. Para las grandes superficies, el pasado año fue especialmente negativo, según el INE, ya que sus ventas se redujeron un 9,1% mientras que las grandes cadenas, donde se enmarcan por ejemplo las principales enseñas de supermercados, el retroceso fue del 1,8% y en las empresas unilocalizadas, como el pequeño comercio, fue del 7,8%.

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