Cuatro calas de Andalucía poco conocidas

Cala de San Pedro (Almería). Wikimedia Commons.

Elisa Caballero

El litoral andaluz cuenta con 1.101 kilómetros de diversidad paisajística, gastronómica, cultural y medioambiental. Podemos disfrutar de multitud de paisajes diferentes que se extienden desde la Playa de Isla Canela, en Huelva, hasta Cabo de Gata, en Almería. A pesar de que Andalucía es uno de los destinos turísticos más populares, aún quedan algunos paraísos escondidos, lejos de las abarrotadas playas y de la cultura de tumbona y chiringuito.

Cala de San Pedro (Almería)

A 4 kilómetros de Las Negras (Almería), la cala de San Pedro todavía resiste al paso del tiempo y al desembarco masivo de turistas y chiringuitos, aunque la existencia de esta cala ya se ha convertido en un “secreto a voces”. Solo cuenta con dos vías de acceso: se puede llegar a pie por un camino de tierra en un paseo de aproximadamente una hora o mediante barco desde Las Negras. La cala de San Pedro es un oasis de paz, tranquilidad y belleza salvaje en el que se enclava un imponente castillo abandonado del siglo XVI, que servía para proteger el lugar de posibles ataques y desembarcos piratas. Cuenta con un manantial, la única fuente de agua dulce de Cabo de Gata, que ha convertido este lugar en un oasis rodeado de tierras áridas.

En la cala conviven algunos grupos de personas que buscan un modo de vida que abrace la naturaleza, alejado de las prisas y la civilización. Algunas de ellas se encargan del pequeño chiringuito que da de beber a los y las bañistas de esta cala nudista. Las tranquilas y cristalinas aguas de San Pedro se antojan perfectas para practicar submarinismo y descubrir los abruptos fondos rocosos y las numerosas criaturas que habitan bajo el mar. Quizás, entre la blanca arena, podamos encontrar aún un cofre escondido de algunos piratas bereberes.

Maro (Málaga)

A tan solo unos kilómetros de Nerja (Málaga), encontramos Maro, una playa que se extiende a lo largo de 500 metros, rodeada de un entorno natural salvaje bañado por aguas cristalinas. El fácil acceso a esta cala no se traduce en una afluencia masiva de turistas y es ideal para las personas que busquen algo más que chiringuito y tumbona.

Maro se encuentra en el paraje natural de los Acantilados de Maro-Cerro Gordo, declarado como ZEPIM (Zona de Especialmente Protegida de Importancia para el Mediterráneo). Así pues, no se permite la pesca en esta zona, lo que ha llevado a una explosión de la vida marina. Esto lo convierte en unas de las mejores zonas de Andalucía para realizar esnórquel y submarinismo. Otra de las actividades que ofrece es la práctica del piragüismo en una ruta que discurre entre Burriana y Maro, en la que nos toparemos con varias cascadas, como la formada por el Río Guaro. No es casualidad que Antonio Mercero eligiera Maro como el escenario de numerosas escenas de la popular serie “Verano Azul”. Estos paisajes nos transportan, tal y como decía Machado, a “esos días azules y este sol de la infancia”.

La Rijana y La Joya (Granada)

La Rijana es una pequeña playa de la Costa Tropical, entre Calahonda y Castell de Ferro. La ausencia de señalización clara para encontrarla en la carretera y la falta de infraestructuras la mantienen relativamente intacta. Al igual que las anteriores, posee un fondo marino muy vivo y es una de las preferidas por la comunidad de buceadores. Los atardeceres desde la orilla, con el sol cayendo tras la antigua torre vigía, son inolvidables.

La Joya, por su parte, es una playa naturista situada entre Torrenueva y Carchuna. Es totalmente salvaje, por lo que no cuenta con servicios de ningún tipo. Para acceder a este paraíso rodeado de huertos de árboles frutales, hay que bajar a pie un buen tramo de escalones, que luego habrá que subir. La Costa Tropical granadina se caracterizada por extensas zonas de cultivo de frutas y vegetales como calabacines, aguacates, pepinos, etc. Un microclima subtropical con 320 días de sol al año y una temperatura media en torno a los 20º hacen de esta zona una de las mejores para disfrutar de sus playas y calas durante todo el año.

El Cañuelo (Cádiz)

Entre pinos y lentiscos serpentea el sendero de tierra que, tras media hora caminando, nos lleva hasta El Cañuelo. Esta es una de las razones por las que esta playa no está tan concurrida. Sus 800 metros de longitud también contribuyen a la sensación de amplitud. Está enclavada en un paraje natural que delimita con el Parque Natural del Estrecho, el espacio protegido más meridional del continente europeo.

Se la conoce popularmente como “la cala de los poetas”, probablemente por lo bucólico e inspirador del entorno, semilla y escenario de multitud de poemas. El faro de Camarinal, a cinco minutos a pie de El Cañuelo en dirección a la playa de los Alemanes, se mantiene vigilando esta parte de la costa atlántica, entre acantilados en los que crecen florecillas salvajes.

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