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Ménage à trois

José Juan González Gómez

Ni en sus peores sueños Fernández Vara pensó que la votación del anteproyecto de ley de Presupuestos Generales para 2016 le traería tantos dolores de cabeza. Y es que este pasado veinticuatro de noviembre hemos asistido a una de esas sesiones en la que, a pesar de preverse algún tormento para el gobierno y palparse la tensión política en el ambiente preelectoral, se ha escenificado un objetivo común de la oposición: tumbar irracionalmente un proyecto de ley a toda costa.

El desarrollo de la sesión tuvo a veces tintes cómicos, dramáticos en otras. Y es que con la presentación de tres enmiendas a la totalidad del anteproyecto, hecho sin precedentes en Extremadura, una por el Partido Popular, otra por Ciudadanos y otra por Podemos, se ha consumado un auténtico acoso y derribo de la voluntad mayoritaria de la Asamblea, representada por el PSOE. Como primer plato se votó la enmienda del PP, quedando rechazada por la abstención de los seis diputados de Podemos; posteriormente, se pasó al segundo plato con la de Ciudadanos, que recordemos apoyó la investidura de Fernández Vara, y que fue igualmente rechazada. Y con los postres llegó la indigestión, la estupefacción y el desenfreno de algunos: Podemos, que también apoyó a Vara en su investidura, presentó la suya y fue insospechadamente apoyada en bloque por Ciudadanos y el Partido Popular.

Entonces sobrevino el silencio, y seguidamente los fuegos artificiales anunciaron que el anteproyecto de Ley de Presupuestos había muerto y se devolvía de nuevo al Consejo de Gobierno; para que sigan dándole vueltas al tema, que parece ser que está muy verde. Desconozco si ha habido una negociación bien planteada con Podemos y Ciudadanos, para tratar los aspectos más problemáticos del presupuesto, o si la situación que ha dejado el gobierno de Monago ha sido tan desastrosa como para diseñar unos presupuestos tildados por algunos como “tristes y grises”.

Ciertamente no se esperaba este desenlace, algunos creían que Podemos aceptaría al final presentar enmiendas parciales al texto, como ya lo hiciera IU en la anterior legislatura. Tampoco Podemos creía que el PP fuese a apoyar su enmienda, lo cual significa que acepta sus tesis y pretensiones. No ha sido así, decidieron actuar de forma distinta, apoyando la investidura de Vara y ahora tumbando sus primeros presupuestos con el apoyo del PP y de Ciudadanos. Una de cal y otra de arena.

Al presidente se le ha debido quedar cara de “panoli” si creía que iban a apoyar su presupuesto al son de que no se haga daño a nadie en Extremadura. O más que eso, si creyó que el PP no se lanzaría al vacío votando la enmienda de Podemos. No valdrá decir que no pasa nada por gobernar con unos presupuestos prorrogados, ya que son los últimos del anterior gobierno e impiden una renovada acción política. De hecho Monago ya ha sentenciado que es infinitamente mejor gobernar con los presupuestos prorrogados del PP que con los nuevos, usando esa fina ironía de que a veces hace gala.

Con todo este trajín, los ciudadanos extremeños nos sentimos perplejos y defraudados por la incapacidad de nuestros políticos y gobernantes de llegar a un acuerdo de mínimos para establecer los presupuestos generales de 2016. Nos sentimos cansados de un juego de tronos, de una vendetta continua de unos contra otros, mientras el paro corroe nuestra región y el nivel de pobreza aumenta.

Y es que no es un asunto baladí establecer un presupuesto realista, actualizado y novedoso para 2016, en la situación de estancamiento económico y ruptura social actuales. ¿Se imaginan ustedes ponernos a construir una casa sin un presupuesto previo? Seguramente gastaríamos sin control y haríamos cosas no planificadas. Y tampoco sirve construir la casa con un presupuesto caducado. Es penoso ver cómo nuestros políticos dan poca o escasa importancia a la aprobación de las cuentas anuales para 2016, y el motivo es que desconocen el trastorno que ello genera en el trabajo diario de la Administración: modificaciones de crédito y presupuestarias, anulación de nuevos proyectos no contemplados, tiempo perdido en sus tramitaciones.

Todos sabemos la verdad, y es que el próximo veinte de diciembre se celebran unas elecciones generales, debido a lo cual la tripartita oposición había decidido tumbar este proyecto mucho antes de la votación, de forma irresponsable y meramente electoralista, sin buscar el interés general de Extremadura. Con esta actuación se ha demostrado que no existía el tripartito contra el PP en Extremadura, sino todo lo contrario. Después del 20D continuarán negociándose las cuentas de Extremadura, que posiblemente terminen aprobadas, aunque la credibilidad perdida con esta actuación circense no podrá recuperarse a los ojos de los extremeños. Muchos y muchas salieron gritando ¡sí se puede!, a la tercera fue la vencida; queda por ver si este revolcón de invierno con Ménage à trois incluido ha sido para deleite y “calenteo” del ambiente o simplemente es producto del afloramiento de la debilidad de un gobierno regional en minoría.

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