Organizaciones de apicultores de la región, COAG Extremadura y ASAJA Extremadura se han concentrado este miércoles en Mérida para exigir que se cambie el etiquetado de la miel que se vende para que se refleje el país de origen y no se perjudique al sector extremeño.
El acto ha tenido lugar en la Plaza de España, donde los concentrados portaban pancartas con lemas como “Las abejas se mueren” y “Consume miel extremeña”. Tras ella representantes del sector han ido a la cercana Asamblea de Extremadura para entregar a los grupos parlamentarios un documento con sus reivindicaciones y las apoyen en su labor en la cámara.
El presidente de la Asociación Cacereña de Apicultura y responsable del sector de la miel de COAG Extremadura, Paulino Marcos, explica que piden un etiquetado correcto que “no engañe y no lleve a la confusión a los consumidores.
Advierte que se envasan mieles procedentes de países de países como China “sin garantías”. Motivo por el que a su juicio es preciso que en las etiquetas se especifique si la miel procede de España, si es de otros países y si es mezclada, y, en este caso, el porcentaje de la mezcla.
Así apunta que el competente en la materia es el Gobierno central pero que las organizaciones de apicultores piden a 14 comunidades autónomas que “intercedan por nosotros en Madrid” y se cambie el Real Decreto que regula el etiquetado.
Marcos ha agregado que en la pasada legislatura el Congreso de los Diputados rechazó una iniciativa para la modificación del etiquetado y que “las industrias tiene un excesivo poder, más poder que los productores”.
Pérdidas
En cuanto a las pérdidas económicas del sector, ha señalado que los apicultores venden su miel a entre 2,20 y 2,40 euros el kilo cuando el coste de producción es de 2,60, a lo que se agrega que los pecios de las mieles procedentes de terceros países son de entre 0,90 y 1,10 euros.
También ha dicho que aproximadamente el 80 por ciento de la miel que se vende en los supermercados “son de origen dudoso”.
En Extremadura hay unos 1.500 apicultores profesionales que disponen de unas 630.000 colmenas y obtienen al año 7 millones de kilogramos de miel y medio millón de polen, por lo que la región es la principal productora del país.
Por su parte, el presidente de la Asociación “Araga” y responsable del sector apícola de ASAJA Extremadura, Manuel Laparra, ha aseverado que sus reivindicaciones son imprescindibles para los apicultores extremeños debido a “la competencia que nos hacen las grandes industrias envasando mieles de terceros países sin trazabilidad y sin garantías sanitarias”. “El mercado está totalmente hundido”.
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