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Extremadura prepara su propia reválida ante la incertidumbre de la prueba del Gobierno

Seis comunidades superan la media del 23,5 por ciento de abandono escolar temprano

Jesús Conde / Efe

La Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) ha sido sustituida tras la entrada en vigor del decreto de las reválidas y de la LOMCE. Pero el curso académico comenzado, y con todas las unidades didácticas en marcha, la comunidad educativa sigue sin saber cómo serán las pruebas de este año.

Estudiantes y familias desconocen cómo será la prueba que incorpora la Ley Wert, al igual que el profesorado, centros educativos y la administración regional.

La Consejería de Educación y Empleo y la Universidad de Extremadura han constituido un equipo técnico de trabajo para avanzar en la planificación de la nueva prueba de acceso a la Universidad.

Lo hace según el Ejecutivo extremeño a la espera de que el Ministerio de Educación publique la orden que debe desarrollar el Real Decreto de las pruebas finales de evaluación de Bachillerato. Ambas instituciones han decidido avanzar en la planificación para paliar “la gran incertidumbre y malestar” que se produce en la actualidad, y que el gobierno de Vara define de insólita.

Extremadura da un paso al frente y ha decidido que este curso las pruebas serán lo más parecidas posible a la Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU) que los alumnos y alumnas han venido realizando hasta el pasado curso.

No obstante la consejería y la universidad resaltan que las pruebas se harán respetando la norma estatal. Ambas instituciones han decidido promover que esta prueba tenga el reconocimiento de todas las universidades españolas con el objetivo de mantener el distrito único.

La pelota, en el tejado del Gobierno

El título que acredita el final del ciclo de Secundara y Bachillerato lo firma el Ministerio de Educación, que tiene la decisión sobre las reválidas y el devenir en su conjunto de las pruebas.

Así lo pone de manifiesto Francisco Jiménez, portavoz de la Plataforma por la educación pública en Extremadura, que reclama, al igual que ya hicieron en la pasada huelga educativa, la paralización de las pruebas de la reválida en Secundaria y Bachillerato.

El lío formado en las aulas es importante porque las unidades didácticas que los docentes aplican no se erigen por el contenido de la reválida, porque no existe contenido en estos momentos.

Advierte que si legisla el Gobierno con un curso comenzado está generando una indefensión para el administrado por parte de la administración, algo contrario a las leyes españolas.

En todo caso, para lograr su derogación en el Congreso (hace falta una nueva ley orgánica que sustituya la anterior) se habla de un mínimo de medio año. Motivo por el que reclaman la paralización temporal.

Más críticas

La plataforma en defensa de la educación pública en Extremadura apunta que al margen de esta inseguridad jurídica las reválidas nacen de una “concepción elitista” de la enseñanza, “como carrera de obstáculos para que los más desfavorecidos sean expulsados del sistema educativo sin posibilidad de obtener siquiera un título que demuestre sus conocimientos, sea el de ESO o el de Bachillerato”.

Asimismo denuncia la posibilidad de que también las Universidades puedan añadir pruebas específicas de acceso, dificultará el ingreso en la enseñanza superior de los estudiantes.

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