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Juan Mariné, el cineasta que rodó el entierro de Durruti: “El cine me ha ayudado a seguir viviendo hasta hoy”

Juan Mariné, en Mérida / ARMHEX

Jesús Conde

Juan Mariné se enroló en el mundo del cine con 14 años casi por casualidad, cuando llevaba material a un rodaje por encargo de su tío. A los 97 reconoce que su buena salud tiene mucho que ver con el cine, una profesión que sigue ejerciendo.

Ama el cine como el primer día. Sus ojos le delatan. Siente la misma ilusión que un joven principiante que se inicia en el séptimo arte. Pero con 141 películas de ventaja.

Con una trayectoria de más de ocho décadas, Juan Mariné es uno de los directores de fotografía más reconocidos. “Me considero feliz, voy a la academia y ya no hay nadie de mi edad. El cine me ha ayudado a vivir, me está ayudando a vivir”.

El palmarés de Juan Mariné

Ha participando en películas como Sor Citroën, Historias de la televisión o La gran familia. Llegó a retratar a Lluís Companys y rodó las famosas imágenes del entierro de Durruti en Barcelona. También fue fotógrafo del líder comunista Enrique Líster en el frente de guerra.

Se alojó en casa de Orson Welles en su visita a Hollywood y rodó la primera película en color hecha en España. Pese a todo, lo que más destaca es su interés por seguir investigado desde la ECAM, el Instituto de Cine de Madrid. Allí acude todos los días salvo los sábados y domingos: “que no me dejan ir y me llevo el trabajo a casa”, comenta entre risas.

Memoria histórica

Mariné ha participado esta semana en Mérida en la presentación de la proyección de una de las películas que rodó en 1937, en plena Guerra Civil: ‘Aurora de Esperanza’. Se trata de una de las actividades del proyecto ‘Tras las huellas de la memoria en Extremadura 1936-2017’, que ha recorrido 10 localidades de Badajoz con el respaldo de la Diputación provincial pacense. Lo impulsa la asociación regional de memoria histórica ARMHEX.

Nace con el objetivo de mostrar a todos los públicos el proceso de la memoria democrática, en especial a los más jóvenes. Para dignificar a las víctimas del franquismo y mostrar los hechos de la Guerra Civil y la dictadura.

Inventor y restaurador

Nacido en Barcelona en 1920, Juan Mariné lleva años dedicado a la restauración de material cinematográfico, desde la Filmoteca y la ECAM. Ha inventado maquinaria que ha rescatado material muy degradado, que se daba por perdido. Ha devuelto a la vida cintas de figuras tan importantes como Margarita Xirgu.

De todos estos trabajos recuerda la enorme dificultad para recuperar una película que se llamaba ‘María Fernanda la Jerezana’, de 1947. “Ahora estoy transformando todos esos aparatos que compré con mis ahorros. En vez de viajar o hacer otras cosas, destino todo a ayudar al cine, que tanto me ha ayudado también a mí”.

La guerra civil

Volvió a nacer de nuevo con tan solo 18 años ante una España marchitada, sumergida en el tono gris oscuro que deja una guerra civil. Fue enviado al frente, donde terminó por convertirse en fotógrafo.

Tiene la fortuna de ser uno de los pocos supervivientes de su columna de milicianos, denominada ‘La quinta del biberón’. También cuenta cómo ha sobrevivido a la vida en dos campos de concentración. De Argelès-sur-Mer (Francia) escapó por mar, nadando en mitad de una fría noche de invierno. “Debía ser el 2 de enero de 1940. Poco a poco hice un agujero y al tercer día, aprovechando la oscuridad, me tiré a nadar sin parar. Fue terrible, no había vuelta atrás. Si dudaba me esperaba un fusilamiento seguro”.

Una vez terminada la guerra llegó un nuevo inconveniente: el duro ostracismo al que le sometió el franquismo. Le tacharon de “rojo, masón e independentista” y tuvo grandes problemas para 'engancharse' de nuevo a su profesión.

Pese a las dificultades y con mucho esfuerzo, logró volver a los mandos de las cámaras de cine. A los jóvenes les anima a ser constantes, a perseguir sus sueños. También a no dejarse ‘embelesar’ por aires de grandeza.

Les aconseja vivir el cine como un acto sagrado, donde toca trabajar duro y con muchas ganas. También lanza un aviso a navegantes: como superviviente de la guerra anima a hacer un ejercicio de reflexión y evitar a cometer los errores del pasado.

Los años de la revolución

Una conversación con Juan Mariné se convierte en un verdadero ejercicio de historia. De historia viva. Es el único superviviente de la industria del cine republicano hecho en los años 30, que continuó en la Guerra Civil de la mano de la industria colectivizada en Cataluña con la CNT-FAI. Participó en el rodaje de películas propagandísticas anarquistas como ‘Aurora de esperanza’ o ‘Barcelona trabaja para el frente’.

El 22 de noviembre de 1936 graba el entierro de Buenaventura Durruti. Un momento que tiene muy presente. Relata cómo Durruti, que fue asesinado en Madrid, había pedido en su lecho de muerte ser enterrado en Barcelona. “Él pensaba que allí había tenido mucha más protección, y sin duda quedó demostrado ante la multitudinaria despedida que le hizo el pueblo catalán”. Recuerda ese momento con cariño. Consciente de que conserva en su retina uno de esos ‘cachitos’ de la historia de España.

Por aquellos entonces la capacidad de las baterías era muy reducido. Pronto se terminaron, mientras el zafarrancho de gente no paraba ante el cuerpo del líder del anarquismo. Terminó por grabar a mano para estrenar las cintas en los cines dos horas más tarde.

Los cambios en el cine

Con 97 años, cuenta los cambios que ha habido en el cine. Las cámaras actuales no tienen nada que ver con las de los años 30, cuando les tocaba hacer auténticos ejercicios 'malabares' para captar la luz.

Fue uno de los pioneros en la industria española del cine de color, “y para lograr un color real había que esforzarse mucho. Era terrible la cantidad de luz que había que poner y la cantidad de medios para lograr poquita cosa”.

La tecnología avanzó de la mano de sistemas de revelado especiales, aumentando la sensibilidad. “Había que procurar que todo fuese lo más sencillo posible”. Le tocó estudiar física y química para lograr mejores resoluciones y emulsiones, de modo que todo era un mundo artesanal.

Los reconocimientos

A lo largo de su carrera ha cosechado numerosos premios, entre ellos la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y el Premio Nacional de Cinematografía.

“Es una compensación que nunca he buscado, aunque me hace mucha ilusión pensar que he hecho algo que interesa para el cine. Sobre todo también en la recuperación de viejas películas que habían desaparecido”.

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