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Primera Comunión low cost: de la ‘miniboda’ al pícnic en el campo

El banquete es la parte más costosa de la celebración.

Rocío Sánchez Rodríguez

Badajoz —

Dice el padre Luis, párroco de la iglesia de San Roque, en Badajoz, que cada vez hay más diferencia entre cómo las familias celebran la Primera Comunión. Mientras algunas siguen organizando banquetes por todo lo alto y el regalo estrella continua siendo un viaje a Eurodisney, otras han reducido los gastos al límite: los niños van vestidos de calle a la iglesia y el convite consiste en un comida muy en familia, bien en el propio domicilio bien en el campo, donde cada invitado lleva un plato diferente, “tal y como se hacía antiguamente”.

Si bien hace unos años, antes de que la crisis mostrara su peor cara, las costumbres sociales habían convertido esta celebración en una 'miniboda' que exigía un gran desembolso, ahora cada vez los gastos se reducen más.

Un informe de la Unión de Consumidores de Extremadura del año pasado asegura que asumir todos los costes ronda los 3.000 euros. Esta cifra incluye la vestimenta especial con todos sus complementos, un fotógrafo y el banquete -lo más caro- basado en 30 invitados, el número más habitual ahora, cuando lo normal era que se rondaran los 100 comensales.

No obstante, ese precio medio dista bastante de lo que muchas familias pueden asumir. En algunas parroquias, como en el Cerro de Reyes, la mayoría de los trajes que usan los niños son de segunda mano. “Son donaciones a la iglesia y nosotros luego los repartimos”, explica el cura Manuel Malagón. Y añade: “Ahora en muchos casos el banquete se hace a la vieja usanza: se celebra en casa y cada invitado lleva un plato que ha cocinado, como filetes empanados, perrunillas... Antes los niños presumían y decían: 'Yo llevo 100 invitados', 'Pues yo 110', pero ahora se callan”.

El padre Manuel también cuenta que hay familias que prefieren aplazar la Primera Comunión de un año para otro porque no pueden asumir los gastos y no les parece bien, por ejemplo, usar vestidos reciclados.

El párroco de San Roque incide en la diferencia en cómo lo vive cada familia. “Aquí, en una misma comunión hay niños que vienen vestidos de calle y otros que traen trajes de estreno. Pero es algo que ha pasado siempre, porque aunque haya crisis sigue habiendo quien lo celebra por todo lo alto”, apostilla.

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