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Ruta por las palabras de Serradilla

Los serradillanos inmortalizan en forja los vocablos que les distinguen en toda Extremadura

Pilar Armero

La ruta de las palabras de Serradilla no nació con el objetivo de convertirse en un itinerario turístico, pero su originalidad la ha convertido en un atractivo más para quienes pasan por esta localidad del Parque Nacional de Monfragüe. Se puede seguir espontáneamente entre las fachadas de particulares y establecimientos que se van sumando a la iniciativa de la asociación cultural ‘El Duendi’, que hace tres años decidió hacer visible la particular forma de hablar de los serradillanos, con origen en el astur leonés.

Todo surgió después de que el periodista Pedro García Trapiello diese una charla en el municipio y les aconsejase que preservasen su lenguaje pintando palabras a la puerta de sus casas. Precavidos ante la posibilidad de que el paso del tiempo fuese borrándolas, decidieron encargarlas en forja a un herrero de Cáceres, que desde 2014 viene dándoles forma con una grafía muy parecida a la de la popular cartilla Rayas que la familia Sánchez Rodrigo imprimía en el pueblo y con la que leyeron varias generaciones de escolares, no solo españoles sino también latinoamericanos.

Desde entonces han ido creciendo las palabras serradillanas hasta sumar cerca de un centenar que los vecinos pagan de su bolsillo, a 25 euros la palabra, animados por el orgullo de ser los únicos que en Extremadura manejan unos vocablos que a los foráneos les cuesta entender. Por ejemplo, al murciélago se le llama calapachitu en Serradilla y para identificar a  alguien inquieto que anda siempre de acá para allá, aplican el calificativo de cambolanti.

Son sólo dos ejemplos de lo que se puede encontrar en esa ruta que no nació como tal, pero que es un delicioso paseo entre vocablos comochauchi, calipucheal o platijirri. Lo mejor para averiguar su significado es preguntar a algún vecino porque, además de la explicación permitirá escuchar de primera mano el sonido que les imprimen.

Una iniciativa tan original como entrañable que suma puntos como destino a los de que por sí ya tiene una localidad con el atractivo medioambiental indudable que le concede el Parque Nacional de Monfragüe y que, además, es destino de peregrinación de cientos de devotos de todo el mundo que acuden para visitar al milagrero Cristo de la Victoria que custodian las Agustinas Recoletas. Este año, además, será sacado en procesión el 16 de abril, 35 años después de que lo hiciera la última vez en 1981, un acontecimiento que se calcula que reunirá a más de 25.000 personas en Serradilla.

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