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El silo de Mérida en las rebajas de enero

Dibujo del silo

Antonio Luis Vélez Saavedra

Ha sido noticia estos días en los medios que el FEGA, organismo dependiente del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, después de que la subasta inicial quedara desierta, ha sacado a venta directa el silo de Mérida con una rebaja de un 30% sobre el precio inicial, pasando de un millón a setecientos mil euros y conservará este precio hasta el 23 de enero de 2018.

El gobierno municipal se ha manifestado a favor de que el edificio no acabe en manos privadas y se le pueda acabar dando un uso público al mismo, bien desde la Junta de Extremadura, bien desde el Ayuntamiento de Mérida.

Desde SIEx siempre nos hemos declarado a favor de la gestión pública, y por supuesto a favor de la conservación de los edificios históricos de la ciudad y no podemos más que aplaudir las intenciones del equipo de gobierno municipal, así como con la solicitud que se hizo desde el Ayuntamiento, acompañada del informe redactado por los Cronistas Oficiales de la Ciudad de Mérida, a la Secretaría General de Cultura de la Junta para que se iniciase el expediente de declaración del edificio Bien de Interés Cultural (BIC) justo después de que el Ministerio anunciara su propósito de hacer caja con el silo emeritense. Esta catalogación no impide la venta del inmueble, pero si impediría su derribo o modificaciones que disminuyeran su valor arquitectónico y patrimonial.

Los silos de trigo, imponentes figuras en nuestro paisaje, por lo que algunos las han denominado las “Catedrales del siglo XX”, se emplearon durante años para gestionar las compras y almacenamiento de cereales, se convirtieron en la referencia de muchos municipios extremeños y suministraron alimento para una maltrecha población en los peores años de la posguerra, comprando las cosecha a los agricultores, garantizando el autoabastecimiento, tratando las semillas, en definitiva contribuyendo al desarrollo de la producción agrícola en los años de la autarquía.

Han funcionado sin interrupción durante décadas, pero los cambios en la economía productiva y los mercados los han llevado al abandono. Junto con los de Montijo y el de Trujillo, el de Mérida son los más grandes y significativos de la arquitectura industrial de Extremadura, pero además el de Mérida era un silo de tránsito, por su situación estratégica compensaba las necesidades de los restantes silos, convirtiéndose en el núcleo de la Red.

También se diferencia de otros en que no está situado en las afueras de la población, ya que el desarrollo poblacional de la ciudad lo acabó encajando en plena zona urbana, lo que le otorga un mayor valor de cara a posibles usos públicos.

Aparte de su valor arquitectónico y patrimonial, el edificio es historia de la ciudad como eran los ya lamentablemente desaparecidos Matadero Industrial, el Teatro/Cine Alcazaba, o la propia Comandancia Militar como edificio de más valor del Cuartel Militar, y abro un paréntesis para apuntar que este solar del antiguo Cuartel está pidiendo a gritos su recuperación ya sea como espacio patrimonial o como uso público para ciudad, desde hace demasiados años no es más que un lugar desaprovechado en el centro de Mérida, ¿para qué se tiró entonces?.

Luego ya vendría hablar de los usos que podría tener el Silo, ideas no van a faltar, aunque fueran cuales fueran, evidentemente necesitaría una adaptación importante eso sí, siempre conservando su estructura y valorando el contenido del mismo, pero de entrada el Ayuntamiento ha planteado una vía para que este edificio no sufra la desaparición al igual que los anteriormente citados. Ahora toca buscar la manera y la financiación necesaria para que este insigne e histórico emblema vuelva a manos públicas y siga dando muchos años de servicio a los ciudadanos.

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