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La seca de la encina afecta ya a 75.000 hectáreas de dehesa extremeña

Dehesa de Extremadura / @birdextremadura

Jesús Conde

La enfermedad forma parte del paisaje extremeño desde hace décadas. Allá por los años 80 ya se hablaba de un problema que ha ido en aumento. Un fenómeno que coloniza las dehesas y para el que sigue sin encontrarse el antídoto capaz de frenarlo.

Se calcula que en la actualidad el 5 por ciento de la dehesa de Extremadura está afectada por la ‘seca de la encina’, o lo que es lo mismo, hasta 75.0000 hectáreas de la región colonizadas por un conjunto de síntomas que provocan el decaimiento o la muerte de los árboles. Se trata de un fenómeno que los científicos no dudan en denominar el cáncer de nuestros bosques.

Las cifras salieron a relucir este miércoles en sede parlamentaria en la Comisión de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias. La entidad que lidera las investigaciones es CICYTEX, el centro de investigación agraria de Extremadura, que detalla que la seca es consecuencia de varios agentes, aunque el actor protagonista es un hongo microscópico denominado fitóftora (Phytophthora). Su presencia provoca la pudrición de las raíces e impide la absorción del agua y de sales minerales del suelo.

Pruebas científicas para ponerle freno

En la comisión intervino el director general de Medio Ambiente Pedro Muñoz Barco, a petición del PP, para dar cuenta de las medidas que se han puesto en marcha con el nuevo proyecto contra la seca, que comenzó a andar en septiembre de 2015.

También para detallar las líneas de ayudas destinadas a particulares y administraciones con el objetivo de conservar y mejorar de la salud de las dehesas extremeñas, y que superan los 40 millones de euros.

Muestreo y selección genética

En la actualidad el proyecto contra la seca ha determinado diferentes focos de masas afectadas. Una de las líneas de estudio se basa en la selección de especies que permita repoblar zonas con material genéticamente mejorado. Algo que desarrollan los científicos extremeños junto al centro de investigación agrario andaluz, IFAPA, las universidades de Extremadura y Córdoba, y la empresa pública Tragsa.

Según detalló el director general se contempla además la prospección del estado de 65 dehesas repartidas por toda la comunidad. Allí se ha marcado un centenar de árboles por dehesa y se ha hecho un muestreo mediante ‘georeferencia’ para poder realizar un seguimiento, con 14 variables por árbol.

A lo que se une el seguimiento del taladro de la encina (cerambyx) mediante el trampeo, distribución larvaria y la selección del micro hábitat.

Además, a partir de ahora la mesa de la dehesa estará presidida a partir de la ahora por la consejera Begoña García Bernal. Se dividirá en diferentes mesas de trabajo, cada una con su propio equipo técnico, que versarán sobre investigación de plagas y enfermedades, regeneración y reforestación de la dehesa, la PAC y otros temas relacionados, así como potenciación del ecosistema, productos y empleo.

3 líneas de ayudas

Las partidas de ayuda se dividen en tres líneas, la primera destinada a las dehesas ya existentes y su regeneración por valor de 40 millones de euros.

Podrán ser objeto de subvención el refuerzo de las dehesas de alto valor natural en Extremadura y plantas introducidas contra los ataques del ganado. La densificación del regenerado natural conservación de los suelos, junto con la elaboración de planes de regeneración. Contempla una partida de 10 millones en una primera convocatoria que saldrá a finales de 2016, a lo que se une otra línea de obras directas en montes de utilidad pública.

La segunda partida es para las nuevas dehesas, para la instalación y mantenimiento de sistemas agroforestales y para recintos que no tengan la consideración de dehesa, que sería compatible con el uso ganadero.

Es subvencionable la instalación de sistemas agroforestales mediante la plantación en terrenos que compatibilicen los usos ganaderos y el arbolado forestal, densificación y protección del regenerado natural, o las infraestructuras para el cercado del ganado. La primera convocatoria en 2017, con 10 millones de euros.

La tercera línea ayudas para desarrollo sostenible en áreas protegidas, con fondos Feader, para el apoyo a las inversiones no productivas vinculadas a los objetivos agroambientales y en materia de clima, que se aplicarán en fincas con uso agroforestal tanto a ayuntamientos como a particulares.

La convocatoria comenzará también este año con una financiación de 100.000 euros, y un millón para las siguientes anualidades, con un importe máximo de 30.000 euros. Prevé actuaciones directas sobre la dehesa, recuperación de elementos históricos del paisaje como muros de piedra, o la creación de muladares y comederos para especies necrófagas.

Por otra parte la dirección general establece la red de daños de Extremadura aplicada a bosques adehesados, que contempla la vigilancia sanitaria de las dehesas, pendiente de contratación. Una red con 44 parcelas de muestreo en 1.056 árboles, con el seguimiento de bosques a través de puestos de observación en los que se llevan a cabo inventarios o seguimientos para reunir información sobre la salud de los bosques.

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