Seis destinos naturales que no te debes perder este otoño en Extremadura
Las suaves temperaturas con las que arranca noviembre animan a recorrer los pueblos y senderos de toda Extremadura. En el viajero encontrará el ambiente húmedo de los bosques y valles que dibujan los paisajes. También dehesas y montes en los que disfrutar de las vistas sin descanso. Espacios idóneos para conectar con la naturaleza.
Estos son los seis destinos que no debes perderte este otoño en Extremadura:
-Una escapada al Otoño Mágico del Valle del Ambroz
El Valle del Ambroz es un lugar especial en otoño. Valles y montañas que superan los 2.000 metros conforman una atmósfera mágica en esta época. Sus bosques aguardan al visitante para regalarle una explosión de colores ocres que trae el otoño. Un remanso de tranquilidad que solo interrumpen el rugido de los arroyos y el sonido de la fauna.
Destaca la presencia de grandes bosques de castaño y roble en las zonas umbrías, junto con cerezos y ciruelos. También hace acto de presencia la dehesa y árboles con entidad propia. Una de las joyas de la corona son los castaños centenarios del Temblar, en Segura de Toro.
El otoño también regala cultura. Acaba de arrancar una amplia agenda con medio centenar de actividades bajo el paraguas del Otoño Mágico, declarado desde 2001 Fiesta de Interés Turístico de Extremadura. Visitas guiadas a lugares con encanto, rutas senderistas por la naturaleza y una fiesta de la trashumancia son algunas de las actividades. Se suman jornadas gastronómicas y desfiles, conciertos, monólogos y carreras por plena naturaleza.
Mientras se disfrutan de todas estas actividades el viajero puede hacer un alto en el camino por unos pueblos que transportan a épocas pasadas. La cultura vetona, la celta o la judía dejaron aquí su legado. El toro celta de Segura de Toro o el Barrio Judío de Hervás son algunos de sus hitos principales. También dejaron su rastro los romanos, siendo zona de paso de la Vía de la Plata.
-Montánchez y su castañar
No hace falta irse al norte de Cáceres para disfrutar de la otoñada en estado puro. Montánchez, a 30 minutos de Mérida y Cáceres, ofrece también una combinación de colores. Desde las alturas regala unas vistas irrepetibles en las que contemplar los llanos a sus pies. Desde el castillo, o desde cualquier parte del pueblo.
Montánchez tiene bonito hasta su cementerio, ganador del Concurso de Cementerios de España. Se sitúa en la ladera de un escarpado risco, coronado por un castillo de origen árabe.
Tras atravesar varios campos de vid comienza un hermoso bosque de castaños surcado de caminos de piedra donde pueden hacerse rutas senderistas. Otra opción, para los intrépidos deportistas, es comenzar la ruta circular de los molinos Arroyomolinos–Montánchez, pasando por los molinos de origen romano.
Una parada obligatoria, en la cercana dehesa que guarda la Basílica del Trampal, uno de los pocos templos visigodos-mozárabes que se conservan en pie en el sur de la Península.
-El Geoparque Villuercas-Ibores-Jara y Castañar de Ibor
La llegada del otoño es una escusa más para disfrutar de esta rica tierra que goza de la distinción de Geoparque, Parque Geológico, que otorga la UNESCO.
En otoño una de las visitas obligadas es a la localidad de Castañar de Ibor. Allí se puede descubrir un conjunto de 17 castaños monumentales y un ejemplar de quejigo de la mano de una senda de helechos hasta la chorrera de Calabazas.
Se suman encinas, alcornoques y robles, así como enebros y el emblemático loro, un superviviente que compartió época con los extintos dinosaurios y que es un endemismo de esta zona.
Pero además aquí se encuentran los terrenos más antiguos de la Península Ibérica. Sobre la tierra que pisan se conservan materiales con una antigüedad de entre 570 y 260 millones de años. El Geoparque engloba a 19 pequeños municipios, con más de media docena de centros de interpretación.
No solo alberga belleza geológica, también conserva en sus roquedos pinturas rupestres, huellas que hacen palpable la presencia del hombre, junto con dólmenes, castros, castillos y una arquitectura mudéjar, que se puede contemplar en plenitud en el Real Monasterio de Guadalupe, Patrimonio de la Humanidad.
Las Villuercas dan respuestas al visitante sobre el origen de la vida animal en la tierra. Puede conocer el origen de una falla geológica y pisar unos terrenos que van desde el Cámbrico al Carbonífero (su antigüedad es de entre 570 y 260 millones de años).
-Sierra de Gata, ‘Échate a soñar’
La Sierra de Gata es un espacio en el que dejarse llevar en cualquier época por su naturaleza y su patrimonio. Aunque el otoño deleita las vistas con un ambiente singular. Del 29 de octubre al 27 de noviembre esta sierra ofrece cultura y gastronomía con su otoñada ‘Échate a soñar’. Son más de cuarenta actividades para impregnarte de otoño.
Sierra de Gata es sin duda un paraíso natural, con numerosos entornos protegidos por descubrir. La comarca custodia hasta seis conjuntos históricos únicos, por su arquitectura, sus callejuelas y sus tradiciones: Robledillo de Gata, Gata, Hoyos, Trevejo, San Martín de Trenejo y Torre de Don Miguel.
Un territorio que anima a practicar el turismo ‘slow’, relajarse en una comarca de grandes paisajes naturales, con el acompañamiento de bosques y gargantas naturales de agua.
Es un lugar de alto valor ecológico, donde fundamentalmente la vegetación está conformada por robles, madroños, alcornoques, encinas, olivos, castaños y pinares. Alberga varios espacios protegidos, tanto de flora como de fauna y destaca su importancia ecológica.
Si uno se adentra en su interior, descubre que el valle de Jalaba conserva la ‘Fala’, una lengua propia que ha sobrevivido al paso del tiempo, y que tiene tres subdialectos, cada uno diferente en las tres localidades donde se habla ( San Martín de Trevejo, Eljas y Valverde del Fresno).
-El Tajo Internacional y el 'Otoño de sabores'
El Parque Natural Tajo Internacional, compartido por España y Portugal, forma parte de la Red Mundial de Reservas de la Biosfera. En el corazón del parque puede navegarse, entre otros sitios desde Cedillo, a bordo de una embarcación, el 'Balcón del Tajo', que permite surcar unas aguas que discurren por líneas fronterizas.
En su paseo fluvial se conoce además la rica flora y fauna que conforma el espacio. Desde el águila imperial y el buitre negro, hasta el lirio portugués y el lirio lusitano, auténtico emblema botánico del Tajo Internacional y cuyas mejores poblaciones de este endemismo luso-extremeño se encuentran aquí.
El otoño se disfruta en el Tajo Internacional con el ‘Otoño de Sabores’, que hasta finales de noviembre incluye un amplio programa de actividades con la gastronomía como protagonista.
Las jornadas de la trashumancia en Brozas y las jornadas agroalimentarias de Valencia de Alcátara son algunas de las actividades programadas, junto con el ‘Magusto’ de Carbajo y una cita con la cocina conventual en Alcántara.
-Valle del Jerte y su 'Toñá'
“Si te gusta el otoño... amarás el Valle del Jerte”. Con este mensaje el valle acoge una amplia agenda de ocio, cultura, deporte y gastronomía, pero también naturaleza y fiestas en los once pueblos del Jerte.
Se trata de un valle conocido por sus hermosos cerezos en flor que anuncian la llegada de la primavera, pero que reciben al visitante estas fechas con múltiples atractivos que demuestran que en esta estación también merece la pena venir.
La otoñada del Jerte incluye rutas senderistas y BTT, folklore, fiestas como la Caída de la Hoja o la Toñá Piornalega, junto con jornadas Micológicas o un Mercado Imperial en homenaje a Carlos V y una mirada al pasado celta de la comarca.
Habrá actuaciones musicales, mercados artesanos, jornadas micológicas, exposiciones de pintura y escultura, representaciones teatrales, seminarios y talleres de toda índole, concurso de fotografías o un mercado medieval.
