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Baltar, Currás y Bárcenas le amargan a Feijóo su congreso

Feijóo niega haber cobrado de Bárcenas ni conocer a nadie que lo hiciese

David Lombao

Hay pocos actos políticos más plácidos que un congreso del PP cuando este partido está en el Gobierno. Sucedió, por ejemplo, en 2009. Alberto Núñez Feijóo venía de lograr la Presidencia de la Xunta y la cita congresual se convirtió en una especie de largo mitin post electoral. La aclamación al líder fue casi total y, a la margen de esta, las escasas noticias que salieron de la cita fueron el nombramiento de un portavoz de la formación o momentos más o menos anecdóticos protagonizados por Mariano Rajoy o Manuel Fraga.

Este era el plan de los conservadores gallegos para el cónclave que inician este sábado en Lugo: tras una nueva victoria autonómica, nuevo congreso de aclamación, esta vez con la única incógnita de si Alfonso Rueda repite o no como secretario general. Pero la sombra de los presuntos casos de corrupción en Galicia y en el Estado y la mezcla de estos con reyertas internas están ensombreciendo la cita.

En la hoja de ruta marcada por los conservadores figuraba que a las pocas horas del inicio del congreso de lo que se hablara en torno a él fuera, esencialmente, que Feijóo estaba repitiendo una vez más la estrategia de no revelar hasta el último momento la designación de sus cargos subordinados, en este caso de la secretaría general y también de la portavocía, toda vez que Antonio Rodríguez Miranda, flamante secretario general de Emigración, abandona este puesto. Pero en los primeros días del año el alcalde de Santiago, Ángel Currás, fue reclamado por la jueza Pilar de Lara para declarar como imputado en el caso Pokémon. La implicación judicial no preocupa en este caso excesivamente entre los dirigentes conservadores, convencidos de que el regidor compostelano no incurrió en ilegalidades. Lo que sí preocupa es que la imputación de Currás sirvió para darle un buen meneo a la caja de bombas en la que se ha convertido el grupo municipal del PP, con un alcalde con cada vez menos apoyos. El enfrentamiento es tal que hasta el propio Rueda se vio obligado a realizar un llamamiento al orden y, lo que es menos habitual, a hacerlo en público.

Pero la de Santiago no es la única nube negra que sobrevolará sobre el recinto ferial de Lugo. Ni siquiera la más importante. La otra vendrá del sur, concretamente de Ourense, y tiene el apellido que más elecciones le ha ayudado a ganar a Feijóo, pero también el que más dolores de cabeza le ha dado en lo que a la vida interna del partido se refiere. Pocos días después de conocerse la imputación de Currás salía a la luz la asunción por parte de la Fiscalía de la querella presentada por el PSdeG por las más de cien contrataciones realizadas en la Diputación de Ourense poco antes del congreso provincial del partido en 2010, en el que José Luis Baltar fue sustituido en el liderado por Manuel Baltar. La admisión a trámite de la querella por parte del juez le puso a Feijóo en bandeja la oportunidad de forzar la baja de militancia de Baltar padre, a quien le desea “toda la suerte posible”, y de advertir a Baltar hijo de que la dirección autonómica puede idear una nueva operación para intentar derribar el baltarismo. Pero todo esto no impedirá que Manuel Baltar tome la palabra en Lugo ni que su imagen aparezca en todo el Estado vinculada a la de Feijóo.

Y con el panorama gallego nada escaso de turbulencias las informaciones publicadas por el diario El Mundo han devuelto al primero plano de la actualidad a uno de los presuntos protagonistas de la trama Gürtel, el ex tesorero del PP y antiguo senador por este partido, Luis Bárcenas. Los más de 20 millones de euros supuestamente escondidos en Suiza y el dinero en negro presuntamente recibidos durante años por altos cargos conservadores no afectan -a priori- directamente al PP gallego pero sí lo desestabilizan, toda vez que Feijóo es considerado uno de los barones con más peso en la formación. El propio presidente de la Xunta se ocupó de cargar con dureza contra Bárcenas ante las cámaras pero, así y todo, este fin de semana el cónclave gallego aparecerá mediaticamente ligado al escándalo, especialmente cuando aparezca en escena María Dolores de Cospedal, representante de la dirección estatal en el evento. Al contrario de lo sucedido en 2009, Mariano Rajoy no acudirá.

Frente a estos vientos y mareas el mensaje oficial que el PPdeG intentará transmitir es que las ponencias que van a aprobar en el congreso “redundan en las políticas iniciadas por Feijóo”, ya que su militancia no “aprecia la necesidad de intereses significativos en la doctrina del partido”. Además, subrayarán la aprobación de sus estatutos, que “identificarán el galleguismo de Fraga como referente del partido”. Además, le rendirán homenaje al ex presidente en el primer aniversario de su muerte.

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