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La izquierda gallega se erige en alternativa en un debate sin Feijóo

Villares, Pontón, Leiceaga y Puy, con Pepa Bueno en el inicio del debate

David Lombao

El hasta ahora portavoz parlamentario del PP y número uno del partido por A Coruña, Pedro Puy, ha sido reconocido en los últimos años como uno de los diputados más solventes del Parlamento. Pero también es uno de los que trasluce mayor sensación de incomodidad a la hora de defender posturas de su partido que se escapan de la gestión para internarse en terrenos espinosos como el de la corrupción. A Puy le ha correspondido este viernes una de esas empresas poco confortables, sustituir a Alberto Núñez Feijóo en el segundo debate electoral de la campaña entre aspirantes a la Presidencia, el organizado por la Cadena SER. Y, como cabía esperar, las fuerzas de la izquierda han aprovechado la ocasión para presentarse como alternativa y, entre continuas menciones a la ausencia, torpedear al representante de la derecha con varios de esos asuntos delicados, comenzando por el caso Baltar.

Con el recuerdo del debate de la CRTVG todavía muy presente, el encuentro conducido por la periodista Pepa Bueno ha comenzado centrado en el área de autogobierno, en el que PSdeG, En Marea y BNG han discrepado sobre cuál debe ser la aspiración última de Galicia -reforma constitucional, ampliación de traspasos, autodeterminación- y han reprochado que el contador de las transferencias esté a cero desde la etapa del bipartito. Pero enseguida el intercambio dialéctico se ha recolocado, como era previsible. “Alberto Núñez Desertor”, bromeó Villares, “no se ha atrevido a comparecer porque perdió el pasado lunes”, afirmó Pontón. Y eso es tanto, añadió Leiceaga, “como no cumplir sus compromiso con Galicia” y responde a que “quiere cuidar su imagen en España”, y evitar la exposición en un medio de difusión estatal.

El actual titular de la Xunta ha sido en estos años “el presidente de la historia” de Galicia “que más control ha soportado”, replicó Puy, antes de que el resto de candidatos empleara la ocasión para trasladarle a la audiencia el que, a su juicio, es el retrato más certero del candidato a la reelección. “A los españoles y españolas que están escuchando, no se lo recomiendo”, ironizó la candidata del Bloque, quien advierte de que detrás de la “propaganda”, “hay una joya” que, por ejemplo, “ha rescatado las ayudas” para los colegios del Opus Dei que segregan por sexo. El líder popular, señala Villares, “ha sometido a la población a políticas de sufrimiento” y por eso, para el candidato socialista, sólo ha accedido a debatir “en una institución controlada por el PP”.

De Baltar a la Hepatitis C

Con el campo de juego situado en la ausencia de Feijóo, PSdeG, En Marea y BNG han apostado por combinar una defensa de su respectivo perfil político mientras respondían afirmativamente a las preguntas sobre un eventual entendimiento postelectoral y, sobre todo, procuraban llevar a Puy al mencionado terreno incómodo. La moderadora preguntó por el apellido que planea sobre la campaña popular, Baltar, y Leiceaga, Pontón y Villares se han aferrado a él en el que, posiblemente, ha sido el trecho más complejo para quien aspira a seguir en la bancada del Gobierno.

“Lo que hay es un rechazo de una denuncia”, justifica Puy, en referencia al archivo de la demanda contra José Manuel Baltar por la Fiscalía de Ourense, si bien a continuación el barón ourensano pasó a estar denunciado en el juzgado y, justo después, investigado -antigua imputación- por presuntos delitos de soborno y tráfico de influencias, sin descartar la jueza el acoso sexual por la presunta oferta de empleo a cambio de sexo que reveló este diario. “Hagan con Baltar lo mismo” que con Rita Barberá “y posiciónese contra el machismo, desautorícelo públicamente”, retó Villares, que recuerda las escuchas publicadas por eldiario.es como prueba de lo sucedido. También la esas grabaciones apela Pontón, quien exige conocer “por qué Feijóo no le puede pedidr la dimisión. ¿Qué sabe, qué poder tiene?”.

“El caso Baltar -sintetiza Leiceaga- lo que indica es que Feijóo prefiere, antes que la ejemplaridad, el apoyo político en Ourense”. La dirección gallega del PP, afirma el candidato socialista, necesita “los votos” que sólo Baltar puede mantener. “Uno de los motivos de la degradación de la clase política y de su mala prensa es este tipo de actuaciones”, reprochó Puy. “En Galicia -agregó- las personas más destacadas” que han tenido que dimitir “por corrupción han sido del PSdeG”, justifica.

La infructuosa petición de explicaciones por el caso Baltar ha compartido espacio en el debate con la denuncia de la Fiscalía al Sergas por la presunta denegación de medicamentos para la Hepatitis C por motivos presupuestarios, adelantada por eldiario.es. “La gente tiene derecho a saber que se deniegan medicamentos con decisiones que son prevaricación”, esgrimió Villares, en un contexto en el que Puy, como antes Feijóo, subrayaba que el juzgado no mantiene la acusación de homicidio imprudente que sí formuló la Fiscalía. “Tendrá noticias pronto del juez”, ha dicho el popular.

Posible pacto frente a la “ausencia”

El debate transitaba por sus momentos más intensos cuando se aproximó al final y la moderadora invitó a los participantes a dirigir una pregunta a alguno de los otros candidatos. Puy ha intentado, sin éxito, provocar el surgimiento del “portavoz del multipartito” que exige Feijóo y el resto de candidatos se han dirigido, precisamente, al “ausente”. Previamente, con fórmulas diversas, habían garantizado el entendimiento si el PP no tiene mayoría absoluta.

“Las fuerzas que estamos en disposición de hacer avanzar la sociedad tenemos que ponernos de acuerdo”, admitió Leiceaga, quien cree que “el presidente debe ser socialista, porque da más estabilidad y confianza”. “Que nadie tenga dudas de que garantizamos un proyecto alternativo a Feijóo”, ha mantenido Villares, quien asegura que En Marea no secundará una “irresponsabilidad” como la acontecida en el Estado. El BNG, asegura Pontón, estará también por la formación de una alternativa de izquierda a quien ahora ya es, también, “un candidato de plasma”.

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