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Los sindicatos reciben de la Xunta de Feijóo un 25% menos de ayudas que con Fraga

Manifestación sindical en Galicia

David Lombao

En el año 1991, durante la primeira legislatura de Manuel Fraga como presidente, la Xunta creaba una línea de ayudas para la “creación o mantenimiento de gabinetes de asesoramiento en materia de economía social” en el seno de las principales centrales sindicales gallegas. En 1992 el Ejecutivo y los sindicatos acordaban un plan de formación de cuadros, delegados y gabinetes. Estas aportaciones fueron formalizadas en 1994 a través de un decreto que también otorgaba a los sindicatos el derecho a obtener “ayudas compensatorias” para financiar sus servicios de “asistencia, representatividad y defensa de los trabajadores”. Los sucesivos gobiernos fueron asentando y ampliando estas ayudas, que tocaron techo en tiempos de la coalición entre PSdeG y BNG y que el gabinete que ahora preside Alberto Núñez Feijóo ha recortado hasta dejarlas un 25% por debajo del nivel del último gabinete de Fraga, que él mismo vicepresidía.

El Diario Oficial de Galicia acaba de publicar la orden que regula las subvenciones a las centrales sindicales para el año 2014, dotada por la Consellería de Trabajo y Bienestar con 1,17 millones de euros en virtud de lo dispuesto en los Presupuestos Generales de Galicia para 2014. Esta cantidad está casi un 50% por debajo de los 2,3 millones de euros con los que el bipartito financió estos subsidios en 2008 y 2009. Socialistas y nacionalistas llegaron a esa cantidad después de encontrarse en 2005 con unas ayudas dotadas con 1,5 millones: en 2006 el aumento llegó a los 2,2 y en 2007, a los 2,3.

La tendencia al alza se interrumpió en 2010, con las primeras cuentas públicas de Feijóo. No obstante, en aquel momento el recorte fue menor y las ayudas continuaron por encima de los 2 millones de euros. En 2011, Traballo ya aplicó la tijera con más contundencia y la rebaja dejó la cifra final en 1,9 millones. En 2012 o departamento de Beatriz Mato dotó inicialmente estas ayudas con 1,8 millones de euros, si bien antes de concederlas alteró el rumbo y, aludiendo a la necesidad de “poder cumplir con ls objetivos de estabilidad presupuestaria de la Hacienda de la comunidad autónoma”, decidió un nuevo recorte, hasta los 1,3 millones. El desplome prosiguió en 2013, quedando los subsidios reducidos a 1,24 millones, cantidad que sigue bajando en este 2014 hasta los mencionados 1,17.

Protestas de los sindicatos

El recorte a estas ayudas ha sido objeto de abundantes críticas por parte de las centrales sindicales, que en los últimos años se han visto obligadas a realizar importantes ajustes en sus actividades e incluso en sus plantillas. A través del dictamen preceptivo que el Consello Galego de Relacións Laborais emite anualmente sobre esta orden de ayudas, UGT, CCOO y CIG resaltan que se “viene observando un descenso continuado de los importes globales de las ayudas” que resulta “muy superior a la media del descenso del presupuesto general”.

El dinero con que cuenta la Xunta “se ha reducido en un 12,02%” entre 2010 y 2014 y las ayudas a los sindicatos han caído más de la mitad, destacan. Además, los sindicatos señalan que “no comprenden la desaparición de las ayudas” a los gabinetes de asesoramiento en materia de economía social, unos órganos que “pueden constituir un importante elemento anticrisis mediante el asesoramiento en temas como el autoempleo”.

Objeciones de la patronal

La orden de ayudas tampoco es del agrado de la Confederación de Empresarios de Galicia, pero por un motivo bien diferente. Como ya hiciera en 2013, la patronal considera que al no tener posibilidad de concurrir a esta convocatoria la Xunta “conculca los principios de igualdad y paridad que deben observarse en el delicado equilibrio que representan las relaciones laborales”. “Las asociaciones empresariales desarrollan actividades en las que el interés público está claramente presente”, argumentan, por lo que “deben ser apoyadas y fomentadas por la Administración Laboral”, en este caso la Xunta, a la que le exigen “un ámbito de ayudas” que las sitúe “exactamente al mesmo nivel” que los sindicatos.

En esta protesta la CEG obvia, no obstante, que en los últimos años ha contado con una importante inyección de fondos públicos a través de la creación de las Plataformas Empresariales en el Exterior de Galicia (Pexga), una red de embajadas comerciales creada en la pasada legislatura y presentada por la Xunta como una apuesta por la “cooperación, especialmente con organismos intermedios, como mejor vía para prestar más y mejores servicios, tanto en origen como en destino, y acelerar de este modo la internacionalización del tejido empresarial, multiplicando la eficiencia de los recursos”. El Gobierno gallego decidió dejar la gestión de esta red en manos de la patronal y para ello puso sobre la mesa hasta 18 millones de euros.

Recortes a las subvenciones por participación institucional

El recorte a las ayudas que reciben los sindicatos no se limita solo a los subsidios para su funcionamiento, sino también a las aportaciones creadas al amparo de la ley de participación institucional del año 2008, que se reparten al 50% entre la representación de los trabajadores y la patronal y que sufragan los gastos derivados de acudir a diferentes organismos representativos, como las mesas de diálogo con la Xunta, entre otros.

En su primer año de existencia, en 2009, la Consellería de Trabajo dotó esta línea de ayudas con 2 millones de euros. Con el cambio de color político en San Caetano se inició una línea descendiente primero hasta los 1,8 millones, después hasta los 1,6 y posteriormente hasta los 1,5, 1,3 y los 1,2 que figuran en los Presupuestos de 2014.

Documento: Reparto de las ayudas en 2011, 2012 y 2013

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