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La década que hizo del Madrid del 'ladrillo' la capital de internet en España (con permiso de Barcelona)

Madrid, segundo gran ‘hub’ de startups en España (Foto: David Hurt | Flickr)

Analía Plaza

En menos de diez días coinciden en Madrid la presentación de un programa de emprendedores, una convocatoria pública para 'startups' orientadas a ciudades inteligentes, un evento de talleres de gestión para nuevas empresas, un foro de inversión en ellas, un encuentro de programación, una 'hackathon' para crear aplicaciones y un seminario sobre 'growth business' o crecimiento de negocio. Es miércoles, son las siete de la tarde y estamos en el nuevo edificio de ImpactHUB Madrid, una mezcla de 'coworking', incubadora de negocios y escuela de innovación, que tras cuatro años en un garaje en el Barrio de las Letras acaba de ampliar su espacio.

Uno de los eventos de la tarde es la apertura de la Startup School de Tetuán Valley, que está de aniversario. La iniciativa, que empezó el curso con una subvención europea (pertenece al consorcio Atalanta, de varias aceleradoras a lo largo de toda Europa) y se ha mudado del vivero de Carabanchel al centro de la ciudad, cumple cinco años y diez promociones. El programa forma gratuitamente a equipos de dos o tres personas, al menos una con conocimientos técnicos, que se llevan una idea para elaborar un prototipo a lo largo de seis semanas.

“En España no gusta la gente increíble, ni en la escuela ni en la mayoría de los trabajos. Si te levantas, vas a ser castigado”, expone en inglés la directora de la escuela, Carmen Bermejo, en el discurso de apertura. “No tenemos miedo al fracaso, tenemos miedo a las consecuencias del fracaso. A que la gente nos diga: te lo dije”.

¿Cómo que no hay 'startups' en España?

En 2009, Techcrunch, bajo el título ¿Por qué no hay muchas 'startups' españolas?, le dedicaba un texto a Tetuán Valley y hablaba del “creciente número de iniciativas dirigidas a mover la escena 'startup' española”. “Los fundadores querían ayudar a 'startups' y montaron un fondo de 'business angels' (Okuri Ventures). La idea era invertir [con capital semilla, de entre 25.000 y 50.000 euros]. ¿Qué pasó? Se dieron cuenta de que la mayoría de las 'startups' estaban muy perdidas”, cuenta Bermejo.

“Había poca gente emprendedora y en esa época había mucho listo que veía un filón, pero poca ayuda de verdad. Vieron que necesitaban trabajo previo antes de invertir. Así que montaron la Startup School, su iniciativa sin ánimo de lucro”. Cinco años después, la Startup School es sólo uno de los 80 programas, entre aceleradoras, incubadoras, comunidades y centros de 'coworking', que promocionan el emprendimiento (en este caso, el tecnológico) en la ciudad. Los datos los recoge Spain Startup Map: Madrid es, con permiso de Barcelona (que también se lleva la atención de los medios internacionales), el segundo gran 'hub' de 'startups' en España. Hay 438 compañías, 25 espacios de 'coworking', 17 incubadoras y 11 aceleradoras.

Madrid y sus ganas de ser una ciudad internacionalmente 'emprendedora'

Los esfuerzos institucionales de Madrid por convertirse en incubadora de negocios (tecnológicos o no) no se entienden sin el papel que tiene desde 2005 Madrid Emprende. “Defendemos la actuación pública para que haya más emprendedores”, resume por email Iñaki Ortega, su director. Ya lo hacían antes de que las 'startups' se pusieran de startup y todas las personas consultadas para este reportaje coinciden: hasta donde llegan sus competencias, su papel es positivo.

La agencia identificó “fallos de mercado y gobierno que lastran la actividad emprendedora” (burocracia, exceso de impuestos, mortandad empresarial, falta de financiación, dificultad para la internacionalización y ausencia de cultura emprendedora) y con medidas como la red de viveros o la deducción de impuestos municipales, para quienes tienen un negocio físico, ha intentando remediarlos. También apoyan al resto del “ecosistema”: colaborando con programas de emprendimiento como el propio Tetuán Valley, SeedRocket, AJE e Iniciador.

Una de sus últimas ideas es el Madrid International Lab, un edificio que abrió en 2012 en la calle Bailén, y en el que hoy conviven 51 proyectos con, al menos, un fundador extranjero. El espacio es gratuito durante seis meses. “Han pasado 31 nacionalidades, sobre todo Francia, Portugal, Reino Unido y Estados Unidos. El 80% es innovación tecnológica”, cuenta Joaquín Muñoz, su director. En Madrid como 'hub' internacional conviven, según él, varios efectos: gente haciendo MBAs (una de las mejores escuelas de negocio del mundo está en Madrid), puerta a Latinoamérica y calidad de vida. “Hay extranjeros que vienen a estudiar. Yo creo que Madrid les gusta y prefieren iniciar la empresa aquí”.

Y, más allá de iniciativas públicas, “muchas empresas privadas también se suben al carro, por convicción o porque no se quieren quedar fuera”, reconoce. Además de bancos (Sabadell, La Caixa, Santander o BBVA), grandes empresas (Repsol, Mutua Madrileña, Mercadona) y Telefónica, con Wayra (una aceleradora que abrió en 2011 en la capital y en 2012 en Barcelona), quizá donde se note el 'efecto Madrid' sea en las escuelas de negocio. El Instituto de Empresa – la mejor escuela de España y tercera mejor del mundo, según Bloomberg - organiza en la ciudad el, probablemente, evento más grande de 'startups' del país: el Spain Startup Summit, que desde 2012 reúne a inversores nacionales, internacionales y empresas españolas. En sus fotos salen ministros... ¡Y hasta los príncipes!

La prehistoria (y la vida sin aceleradoras) de internet en Madrid

Pero en el 2000 no había viveros públicos ni aceleradoras en la capital: había un pinchazo llamado burbuja 'puntocom', dificultad para conseguir dinero si tenías un negocio de internet y, en España, varias empresas que lo sortearon (el mejor ejemplo es eDreams, que acaba de salir a bolsa) y fundadores que hoy son referencia en el sector de internet patrio. La más longeva es Idealista (Madrid en 1999); las más mediáticas, Buyvip (Madrid, 2005), comprada por Amazon en 2010, y los hasta hace poco vecinos de edificio de Idealista: Tuenti. El Facebook español empezó a rodar en 2006 en un pequeño piso del Paseo de la Castellana y en 2008 se mudó al centro.

Su venta a Telefónica en 2010 fue caldo de cultivo para otras 'startups' o la bautizada 'TuentiMafia'. Como 'PayPalMafia' (grupo de ex-empleados y fundadores de PayPal del que han salido Tesla, LinkedIn, Yelp o Yammer), en esta lista están todas las 'startups' que han salido de ella. “Estoy convencido que va a suceder lo mismo con exfundadores y exempleados de Tuenti, sobre todo ahora que se cumplió el tiempo mínimo de permanencia tras la compra (...) Será a menor escala pero sucederá. ¿Tienen más posibilidades de éxito que otras? Probablemente no, pero si que es cierto que como Tuenti hacía un filtro duro a la hora de contratar, los 'business angels' y fondos españoles añaden un 'minipunto' si alguno de los fundadores de la nueva 'startup' estuvo en Tuenti”, resume. “Así es como se crea el ecosistema en España, no con programas políticos intentando imitar a Silicon Valley, sino con gente que tiene un ejemplo cercano a seguir y se arriesga, salga bien o mal”.

Sin programas políticos nació también Chamberí Valley: una comunidad de empresas tecnológicas de los alrededores del barrio que facturan mínimo un millón de euros (o han recibido esa inyección de capital). Cuando lo montaron, cuenta Iñaki Arrola, fundador de coches.com y uno de los miembros del grupo, “todos teníamos una circunstancia: habíamos pasado ya el momento Iniciador [el primer encuentro emprendedor que nació en España, para emprendedores incipientes] y entre nosotros podíamos darnos mucho valor”.

Entre las más de treinta compañías están coches.com; Weblogs, la mayor red de blogs en español; Ticketea, que acaba de empezar su expansión internacional; Gowex o varias ventas recientes: eltenedor (la parte española de Lafourchette, compañía francoespañola que empezó a funcionar en 2006 y en 2007 en España), recientemente adquirida por TripAdvisor por 40 millones; Sindelantal.es, vendida a Just Eat en 2012 o Saluspot, a Telefónica en 2014.

Aunque si la cosa va de números y grandes operaciones, no todo está dentro de este 'valle'. El ejemplo más reciente es el (¿modesto?) portal de clasificados milanuncios.com. Nacido en 2005 en Cáceres (sin aceleradora de por medio) y trasladado a Madrid, el grupo alemán Schibsted se lo acaba de agenciar por... ¡100 millones!

“Tenemos mentalidad de invertir en ladrillo, pero eso está cambiando”

¿Hacia dónde va Madrid? ¿Y el resto del país? ¿Tenía razón Techcrucnch cuando decía que no hay muchas 'startups' españolas pero que no paraban de nacer iniciativas? Y, por cierto, ¿sirven de algo esas iniciativas?

En 2011 en Chamberí Valley escribieron España Emprende (un texto pidiendo cambios en la educación, facilidades para contratar – pagar menos seguridad social - y mejora de la fiscalidad en las 'stock options'), la política nacional ya estaba inmersa en emprendimiento e innovación. “El tema de los políticos salió con Ana Pastor. Pensábamos 'los políticos no hacen nada' y ella dijo 'quizá hay alguno que merezca la pena que venga'. Vino Juanxo de Equo, Marina Basagoiti, ha venido Albert Ribera... En el momento de las elecciones los políticos intentaron aprovechar el momento de ”los emprendedores molan, vamos a hacer la foto“.

Fuimos porque, sin querer una foto, era interesante que pudiésemos decir algo. Pensábamos que no iba a servir para nada y el tiempo nos ha dado la razón, pero no intentarlo era una pena“, afirma Arrola. ”No quisimos movilizar nada porque yo no creo que nosotros seamos referentes... Internet en España es pequeño. Yo siempre digo: cuánta gente que va por la calle conoce a gente de Internet. Un inversor el otro día me decía que había ido a ver a uno de sus socios y que tenía un edificio entero. El edificio valía 10 veces mi fondo“.

¿Es un problema de dinero? “Es la queja de siempre”, apunta Muñoz. “Tenemos mentalidad de invertir en ladrillo, pero creo que está cambiando, que hay inversores pasando a este modelo. Pero no sé si hay proyectos interesantes para ser invertidos. Muchos no están maduros para recibir inversión y no hay tantos inversores”. Aunque las pequeñas rondas se suceden (casi cada día tenemos noticias de alguna ronda semilla de alrededor de 100.000 euros), el eterno debate es siempre si falta inversión o faltan 'startups'. “En España hay mucho dinero”, afirma Arrola. “Yo tengo un pequeño fondo del que Sindelantal salió muy bien. Sólo hemos invertido en 11 empresas en dos años y medio porque pensamos que no hay proyectos suficientemente buenos. Y no sólo lo pienso yo. Lo que pasa es que el proyecto bueno que quiere dinero no va a ninguna incubadora: llega, pone las normas y tú pones el dinero. Pero no hay tantos proyectos buenos”.

Aunque iniciativas como Madrid Seed Capital (dejar el dinero público en manos de inversores, que son los que saben) pretenden atajar ese problema, también hay quien se pregunta si deben ser eternas. “Siempre he escuchado decir que cuando el mercado esté maduro las administraciones públicas ya habrán cumplido su función”, reconoce Muñoz. “Deberían dar un paso atrás, retirarse y que sea el propio mercado. Madrid Emprende lleva desde 2005 montando viveros, cuando no había nada y ahora hay un montón de 'coworkings' privados”. “Parece que tenemos prisa en hacer las cosas muy rápido”, añade Arrola.

“Pero los ríos grandes van haciéndose grandes según van entrando riachuelos y afluentes. Tengo un ejemplo muy bueno, de hace dos años en una mesa redonda de inversores de capital riesgo de Israel. Uno de los ponentes me dejó callado, a mí y a todo el auditorio. Típica primera pregunta: ¿qué tiene que hacer Madrid para ser como Tel Aviv? ¿O para ser como Silicon Valley?”. No es la primera vez que alguien nos comenta algo parecido en Europa – recuerda cuando hablamos de Atenas y las prisas o ganas por ser igual que Silicon. “Y él dijo: pues que pasen cuarenta años. Porque nosotros llevamos 40 años haciéndolo, ¿vosotros cuánto lleváis?”.

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