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El creador de Dogecoin: “Ha sido una buena herramienta para educar sobre Bitcoin”

Jackson Palmer inició Dogecoin con una broma en Twitter

Lucía El Asri

Jackson Palmer se define como un friki del 'marketing', un 'geek' de corazón. Alguien que trabaja cada día para construir su marca y que lleva tanto tiempo dedicando su vida al sector tecnológico que apenas recuerda cuándo dio sus primeros pasos. Este australiano (de Gosford, un pueblo situado a apenas una hora de Sidney), que actualmente vive en San Francisco por cuestiones laborales, es uno de los responsables, junto al programador Billy Markus, de que la famosa criptomoneda Dogecoin exista.

Vio la luz en diciembre de 2013, casi por casualidad, y alcanzó la fama gracias a encontrarse en el momento adecuado y el lugar adecuado: se valió del éxito de las criptomonedas del momento, con Bitcoin a la cabeza, y de utilizar la imagen del 'meme' más famoso por aquel entonces, un perro de la raza japonesa Shiba Inu que robó el corazón a toda internet. “Me encantan los 'memes'”, asegura Palmer, que después de leer un artículo sobre Doge quiso combinar su “amor por la criptodivisa con lo que algunos llamaban el meme del año”.

Actualmente su fama es tal que no sólo contribuye con cuantiosas sumas a diversas causas benéficas, sino que ha creado a su alrededor una importante comunidad de la que, revela a HojaDeRouter.com, está realmente orgulloso.

El éxito de Palmer y Markus comenzó con una broma difundida por Twitter el 27 de noviembre de 2013: “Invirtiendo en Dogecoin, estoy convencido de que será la próxima revolución”. Tras recibir algunas respuestas animándole a continuar con la idea, compró el dominio Dogecoin.com una semana más tarde. Mientras tanto, Markus, que había intentado programar su propia moneda digital, se topó con el tuit de Palmer y contactó con él. Incluso antes de que respondiera a su mensaje, se puso manos a la obra. Pronto se unieron y, sin mucha dilación, Dogecoin se hizo pública.

Transcurridos poco más de 15 días tras su lanzamiento, la moneda había multiplicado por 300 su valor inicial (de 0.00026 dólares). “Era una criptodivisa en toda regla con 30 millones de dólares en capitalización de mercado”. Sin embargo, Dogecoin no había sido concebida como algo serio: “Para ser honesto”, admite Palmer, “nunca pensé en convertirlo en un proyecto”. Es precisamente esa “parte absurda” de su origen lo que “hace a la moneda algo muy divertido”.

Antes de sumergirse de lleno en esta andadura, al mismo tiempo que trabajaba para Adobe, Palmer ya había estudiado minuciosamente la cultura de Bitcoin, y había leído la exhaustiva obra de su desconocido creador, Satoshi Nakamoto. Pero aún había algo que no le terminaba de convencer, y no volvió a pensar en el asunto. A finales de 2013, un amigo volvió a conversar con él sobre Bitcoin y Litecoin, y “fue entonces cuando empecé a aprender todo sobre toda la variedad de ‘altcoins’ que entraban en escena”.

Una comunidad implicada

Dogecoin – una moneda descentralizada, virtual, que permite enviar fácilmente dinero en línea - se ha convertido en la excusa perfecta para ayudar a los demás gracias a esa comunidad de gente solidaria que se organiza a través de un foro propio, chats y una concurrida página de Reddit.

Palmer los define como “un grupo de personas apasionadas con sed de aprender sobre tecnología”, pero también como personas con sentido del humor que se ríen al ver la imagen de un perro. No sabe decir exactamente cuántos son, pero estima que, a juzgar por el alcance social y el volumen de transacciones, “son un par de cientos de miles”.

Palmer ha pasado más de un año trabajando para proteger esa comunidad, pero también poniendo todo su empeño en que el proyecto siguiera siendo divertido. “Esto se ha convertido casi en un trabajo a tiempo completo para mí”, afirma, y agradece que haya tantos voluntarios implicados en sacar Dogecoin adelante.

Gracias a ellos han logrado recaudar 40 millones de 'doges' para llevar agua potable a ciudadanos de Kenia, que el equipo jamaicano de ‘bobsleigh’ participase en unas olimpiadas de invierno o patrocinar un bólido de Nascar.

Palmer dice que el éxito de estas campañas es un “verdadero testimonio” del poder “microtransaccional” que tienen las campañas de 'crowdfunding'. “Sólo con 100.000 personas donando cincuenta céntimos puedes recaudar 50.000 dólares” para una causa. “Dogecoin proporcionó un vehículo para que esto fuera posible”.

Si se le pregunta cuál es la razón del éxito de su moneda, Palmer responde que “Reddit y los medios de comunicación en general ayudaron mucho”, aunque uno de los principales motores que impulsaron la criptodivisa fue la herramienta Dogetipbot, que permite a los usuarios compartir monedas fácilmente. “Se enviaban pequeñas cantidades de dinero y publicaban cosas divertidas”. Cuando alguien enviaba monedas a otra persona, esta a su vez las enviaba a otra, y así sucesivamente en un proceso viral.

Dogecoin versus Bitcoin

¿Tiene Dogecoin algo que envidiar a Bitcoin? Palmer se resiste a pensarlo. Para él son monedas diferentes con propósitos muy distintos, y “por eso han convivido en armonía”. Cree que, en todo caso, Dogecoin ha sido una herramienta de 'marketing' y educativa para crear conciencia sobre Bitcoin. Además, recuerda que la capitalización de mercado de la segunda (aun con todos sus altibajos) es mucho mayor que la de Dogecoin.

También se muestra convencido de que nacerán cada vez más proyectos similares, necesarios para que las monedas virtuales lleguen al gran público. “Todas se complementarán entre sí de alguna manera”. De momento, y como Dogecoin “no es algo tan serio” como Bitcoin, tampoco está sometida a las mismas políticas.

Después de 12 meses de trabajo, Palmer cree que el mayor reto ha sido que Dogecoin no perdiera de vista su esencia ni lo que representa. “Es una diversión, una nueva tecnología” que podría haberse visto truncada al entrar en juego dinero. Por suerte han superado los obstáculos y se han mantenido fieles su lema: “dar siempre importancia a las cosas absurdas”.

Palmer no cambiaría “absolutamente nada” de Dogecoin, y añade que en los próximos años se decidirá el verdadero futuro y el rumbo que ha de tomar la criptodivisa. Lo que está claro es que estará en manos de la comunidad y saldrá “del consenso y del poder distribuido”.

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Las imágenes de este artículo son propiedad, por orden de aparición, de Jackson Palmer, Dogecoin.com, Dogetipbot.com y Reddit.comDogecoin.comDogetipbot.comReddit.com

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