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Llamar y navegar gratis desde el móvil: una historia de fracaso, deudas y mucha publicidad

El operador inglés Ovivo ha echado el cierre (Foto: Steve Snodgrass | Flickr)

Sergio Uceda

Londres —

El finlandés Pekka Ala-Pietilä seguramente no pasará a la historia de la telefonía por haber sido presidente de Nokia Corporation hasta el año 2005. Será recordado por algo mucho más quijotesco. Pekka fundó, junto con otro socio (Antti Öhrling), uno de los primeros operadores del mundo que permitían llamar y enviar SMS sin pagar un duro. No hay que confundirlo con las tarifas de móvil que en España a veces se anuncian “gratis” al contratar alguna oferta de ADSL, sino que en este caso se trataba de una línea por la que no había que pagar absolutamente nada. Cero.

Blyk, la primera tarifa de móvil gratuita

Blyk, que así se llamaba la compañía, nació en 2007 en Reino Unido y pretendía financiarse enteramente a través de la publicidad. Era un operador virtual y funcionaba a través de la red de Orange. Estaba destinado únicamente a jóvenes y adolescentes. Tanto era así, que para ser cliente había que demostrar que no se superaban los 24 años de edad (ni se estaba por debajo de los 16). La compañía diariamente enviaba varios MMS publicitarios y a cambio el usuario cada mes obtenía 43 minutos y 217 SMS. Gratis.

El negocio parecía redondo. El antiguo alto ejecutivo de Nokia ofrecía a un grupo de marcas - que incluían McDonald’s, Coca-Cola o L’Oréal - llegar a un público joven, influenciable y muy segmentado gracias a los formularios de inscripción. Por ejemplo, y por decir algo, permitía enviar un viernes por la noche un colorido MMS con una oferta de cosméticos directamente al bolsillo de todas las chicas de entre 16 y 19 años residentes en grandes ciudades.

La compañía alcanzó los 200.000 clientes, pero desde el primer momento algunos analistas predijeron que iba a ser un modelo difícil de sostener. Apuntaban que los ciclos cambiantes de la publicidad no eran compatibles con los gastos fijos de una red de telefonía. Quizás por esta razón, o porque la crisis no animaba a hacer experimentos publicitarios, Blyk dejó de operar en Reino Unido dos años después de su nacimiento. En 2009 vendió su tecnología a Orange y el operador francés la utilizó para sus comunicaciones con clientes de pago. Aunque la marca sobrevivió en otros países de distintas maneras.

La experiencia estadounidense

Así fue el auge y caída de la primera compañía de móvil gratuita. Pero no fue el único caso de la época, ya que la misma suerte corrió un experimento similar que se desarrolló simultáneamente al otro lado del Atlántico. El gigante Virgin Mobile USA comenzó a ofrecer en 2006, a sus clientes de pago, ganar algunos minutos a cambio de ver anuncios. También destinado a un público joven, el programa 'Sugar Mama' daba un minuto de voz a cambio de pasar un tiempo equivalente viendo 'spots' de marcas como Pepsi, Sony o Nintendo y después respondiendo cuestionarios.

Era distinto a Blyk porque se trataba de un complemento a las tarifas de pago. Era el usuario el que tenía que ir a ver los anuncios y no la compañía la que los enviaba y, además, era imprescindible hacer una recarga cada cierto tiempo. 'Sugar Mama' alcanzó la respetable cifra de 900.000 usuarios, pero tuvo el mismo destino que Blyk. También duró dos años y cerró a finales de 2008. Virgin acusó a la empresa gestora (Ultramercial) de adeudarle cerca de un millón de dólares. Recordemos: un par de años y deuda impagada. Es algo que se repite en esta historia.

Minutos, SMS y megas gratis

Las experiencias anteriores no daban muchos ánimos para repetir el invento, pero pasan unos años y en 2012 vuelve aparecer en Inglaterra un operador que apuesta más fuerte que nunca por el concepto de telefonía gratuita. Ovivo Mobile, un virtual que utiliza la red de Vodafone, empieza a ofrecer gratis unas muy completas tarifas de 100 minutos, 100 SMS, 200 MB de datos y llamadas sin coste a números de la misma compañía. También planes para tabletas con más megas y otros más completas, de pago, financiados parcialmente con publicidad.

A diferencia de los ejemplos anteriores, con Ovivo no había que tragarse 'spots' publicitarios ni se recibían MMS. Era algo mucho menos intrusivo: al navegar por internet, de vez en cuando, se redirigía a una página con publicidad. Esperabas cinco segundos y podrías seguir navegando normalmente. Eso era todo. Lo que quiere decir que un inglés con un consumo moderado podía pasar meses sin tener que pagar nada por utilizar su móvil. Y si no navegaba por internet, si sólo llamaba o enviaba SMS, ni siquiera tenía que exponerse a la publicidad.

¿Pero qué cambió respecto a la época de Blyk y 'Mama Sugar'? Según explicaba tras el lanzamiento de la compañía Dariush Zand, CEO de Ovivo, cuando apareció Blyk el mercado de la publicidad en el móvil aún no estaba suficientemente maduro. Pero en el 2012 la situación era distinta y mucho más prometedora. Era la época del 'smartphone', la publicidad móvil y las aplicaciones. Ovivo tenía acceso a todo el historial de navegación del cliente, lo que permitía ofrecer una segmentación casi total a los anunciantes. Minutos y megas gratis a cambio de tu privacidad. El modelo de negocio de una red social aplicado a las telecomunicaciones.

¿Esta vez sí?

Ovivo parecía, por fin, haber encontrado el camino. En el 2013 recaudó cerca de medio millón de libras a través de una campaña de 'crowfunding' y en este 2014 se propuso conseguir una financiación de 3 millones de libras. Al mismo tiempo, se mejoraba la tarifa gratuita, que alcanzó los 300 minutos, 300 SMS y 500 MB al mes a cambio de nada. Por si fuera poco, los usuarios tenían una opinión muy positiva de la atención al cliente, que estaba en el mismo país y respondía dudas con rapidez.

Y así llegamos a la tarde del 19 de marzo. Ese día los clientes de Ovivo descubren sorprendidos que no pueden llamar ni navegar con su conexión de datos. Durante unas horas, todavía pueden recibir llamadas, aunque más tarde la red deja de funcionar por completo. Extrañados, algunos se dirigen a la web de la compañía y descubren con sorpresa el siguiente mensaje sobre un fondo blanco: “Estimado cliente de Ovivo, lamentamos anunciar que por razones fuera de nuestro control Ovivo Mobile cierra”.

Nada antes hacía presagiar el dramático fin de la compañía, que hasta el último momento estuvo operando con total normalidad. Ningún aviso, nada. Pero de golpe desactivaron todos sus perfiles en las redes sociales y se cortaron las vías de comunicación. Se esfumó y simplemente dejaron la puerta abierta a portar los números de teléfonos a otro operador.

La historia es cíclica y, como ocurrió en el pasado con otros operadores, el cierre se produjo dos años después de su lanzamiento. Con 50.000 usuarios registrados, lejos del objetivo de “cientos de miles” que tenía la empresa para 2014. Las causas del abrupto cierre volvían a apuntar a deudas impagadas (en este caso, a Vodafone, que ponía la red) así como a un incumplimiento de contrato por parte de un agente intermediario (Cognatel). La prensa también destaca que las cinco compañías de las que había sido director el fundador de Ovivo hoy ya no existen.

Telefónica, la última esperanza

Así terminó la apuesta más clara por el modelo de telefonía móvil gratuita desde los tiempos del expresidente de Nokia. Aunque todavía sobreviven algunos experimentos. Blyk se mantiene en Holanda con un modelo híbrido que financia parcialmente tarifas de pago con publicidad. En Reino Unido, la compañía Samba regala unos exiguos 3,5 MB cada vez que se reproduce un 'spot' publicitario de un minuto. En Tailandia, el operador Freebie ofrece desde finales de 2013 una tarifa con 180 minutos gratis a cambio de escuchar 15 segundos de publicidad en cada llamada (de un máximo de 2 minutos).

Curiosamente, después del cierre de Ovivo, la empresa europea que más fuerte parece apostar por el móvil gratuito la tenemos en casa. En el 2010, Telefónica creó en Alemania el operador Netzclub, que actualmente regala 100 MB al mes (después se reduce la velocidad) a cambio de recibir publicidad a través de SMS, MMS o email. Así pues, Telefónica ya ha superado con creces la maldición de los dos años y es difícil que la multinacional se vea obligada a cerrar la compañía de un día para otro.

Pero la oferta de Telefónica no es todavía comparable a una tarifa completa de pago. Junto con los datos, no incluye llamadas ni SMS, como sí hacía Ovivo. ¿Será quizás que es todavía demasiado pronto para la telefonía móvil completamente gratuita o simplemente es una idea imposible? Pase lo que pase, conviene recordar las sabias palabras que se suelen pronunciar en estos casos: si te dan algo gratis, no eres el cliente: eres el producto.

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