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El móvil del futuro arreglará sus propios arañazos como por arte de magia

El móvil del futuro podrá reparar sus propios rasguños

Pilar Chacón

Mantener el móvil impoluto como el primer día no es tarea fácil, sobre todo cuando se tiene la costumbre de cargar con él en el bolsillo, junto con un arma inesperada que, en principio, no está pensada para ser dañina. Hablamos, por supuesto, de las llaves, culpables de que hayamos encontrado algún que otro arañazo en la parte posterior del teléfono. Y es cierto que no altera el funcionamiento normal de nuestro 'smartphone', pero no podemos evitar sentir nostalgia por aquellos tiempos en que estaba nuevo y reluciente.

Varios son los fabricantes que se han percatado de este pequeño detalle. El ejemplo más reciente es el modelo LG G Flex que, además de sorprender con su pantalla curva, tiene una carcasa capaz de regenerarse tras un simple arañazo.

Puede sonar a ciencia ficción o truco de magia, pero detrás está una de las técnicas más innovadoras que investiga actualmente la ciencia de los materiales. Más conocido como 'self-healing' (autorreparación en inglés), este método aspira a ser la fórmula para que, dentro de unos años, todo lo que sufra desperfectos recupere casi de inmediato su forma original, como si nada hubiera sucedido.

¿A qué llamamos 'self-healing'?

El pasado mes de mayo, la Universidad de Illinois dio un paso de gigante al encontrar la forma en que cualquier objeto hecho de plástico pudiera reparar una grieta de unos tres centímetros de ancho - un tamaño cien veces superior a lo que se había conseguido hasta la fecha - sin ayuda de un agente externo.

Los investigadores colocaron dentro del plástico unas microcápsulas que contenían un gel reparador. Cuando el material sufría una rotura, las capsulas se abrían y dejaban paso al gel para que arreglara dicha grieta. Imitando el papel de las plaquetas en el cuerpo humano, el gel cubría la parte dañada y el plástico recuperaba, así, su forma original.

Un importantísimo avance para el 'self-healing', un área de investigación que, según los expertos, prácticamente acaba de nacer. Empleada para arreglar los arañazos del capó en los coches - la marca Nissan lleva incluyendo esta técnica en sus modelos desde 2005 - o la parte de atrás de las carcasas de los móviles - los iPhone desde 2012 o el citado LG G Flex-, aspira a que en un futuro cercano todos los objetos que nos rodean se reparen automáticamente.

“Lo que se está investigando es una capacidad regeneradora no sólo superficial, sino en todo el material”, explica a HojaDeRouter.com Silvia González, profesora de ingeniería de materiales en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. “Que se regeneren en cuanto haya más golpes u otros problemas, porque no es lo mismo un arañazo que una abolladura”.

Forman parte de los denominados “materiales inteligentes”, aquellos que, según Toribio Fernández, catedrático de la Universidad Politécnica de Cartagena, “son actuadores [porque se mueven], sensores [porque sienten] y autoreparables”. Tal vez no serán mucho más fuertes que los actuales, pero sí capaces de arreglarse para que los sigas usando sin preocupaciones.

Todos los materiales inteligentes que se han obtenido hasta ahora presentan alguna de las tres características, y casi todos ellos están inspirados en la naturaleza. En el caso de los autoreparables, la técnica más empleada imita al cuerpo humano cuando nos lesionamos o nos hacemos una herida. “Como el sistema vascular, un sistema que es capaz de mandar masa ósea a la parte del cuerpo donde yo lo necesito”, indica González.

'Self-healing', no sólo para los plásticos

Los materiales que se autoreparan están entre los diez avances tecnológicos más destacados de 2013 según el Foro Económico Mundial, que apunta como características ideales “que no necesitasen ningún agente externo, que sean capaces de evaluar y detectar el defecto y arreglarlo, y además que se reparen completamente, que se regeneren a la posición original”.

Para lograrlo, los científicos aún deben superar unos cuantos obstáculos. De acuerdo con González, además de conseguir que se reparen las fisuras más profundas, hay que investigar el porcentaje en que se recupera la parte dañada del material, así como el número de veces que es capaz de regenerarse. Además, hay que conseguir que los metales, y no solo los plásticos, sean capaces de reparar sus propios daños.

Parece que van por buen camino. El pasado mes de diciembre, un grupo de investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts dio con una técnica que podría permitir a un metal reparar pequeños rasguños y evitar, así, una fractura mayor. Un descubrimiento que les ha llevado a investigar también qué aleaciones de metal son las más adecuadas para que las grietas se arreglen por sí solas.

Avances como éste y el uso real que ya tiene el 'self-healing' llevan a los investigadores a pensar que dentro de poco no resultará extraño ver objetos que se autorreparan. De acuerdo con González, en un futuro cercano veremos más carcasas de móviles y capós de automóviles arreglarse por arte de magia. Electrodomésticos y materiales usados en aeronáutica disfrutarán pronto del 'self-healing'. “Imagina el impacto de un ave en el avión y que este defecto se autoreparara”.

A pesar de que aún falta investigación y trabajo para avanzar en el tema, la investigadora prevé que dentro de unos cinco o diez años tendremos unos materiales más eficientes en este sentido. Un avance de la ciencia que de magia o ciencia ficción tiene poco.

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Las imágenes de este reportaje son propiedad, por orden de aparición, de Mathias F. Svendsen, Haakan Dahlström, Plaqueta, y Michael Coghlan

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