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El coste para España de estar en la lista británica de países de riesgo: cientos de euros en tests, cuarentenas y otros obstáculos para viajar

Pasajeros llegan al aeropuerto de Heathrow, 3 de mayo 2021.

Cristina Puerta

Londres —

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Reino Unido es el principal país de donde llegan los turistas a España y es uno de los lugares de Europa donde viven más españoles. El coste de las pruebas y ahora la alta incidencia de España en comparación a la británica (166 de media frente a 42 por 100.000 habitantes en 14 días) y la de otros países vecinos amenaza con seguir perjudicando el turismo y la movilidad de decenas de miles de españoles.

Reino Unido mantiene a España entre los países de riesgo que requieren test en origen y en destino obligatorios y una cuarentena domiciliaria que el Gobierno controla a través de llamadas y mensajes de texto informativos. En su última actualización, el Gobierno de Londres ha incluido a Portugal en la lista de países que no requieren test por el control de la epidemia (con una incidencia alrededor de 60).

Lo que cuesta

“Para volver tengo que reservar una prueba en España para volar. Después tengo que comprar un pack de pruebas de la lista de laboratorios recomendados por el gobierno. Eso son 220 libras (unos 255 euros). Con un descuento de British Airways se queda en 180 libras (210 euros). Luego tengo que hacer otra prueba para volar de vuelta. Además, como necesito ver a mi familia, voy a hacer la prueba para acabar la cuarentena antes. Tras cinco días, la haré. Por tanto, los test me han costado ya alrededor de 500 libras (580 euros)”, cuenta Sue Wilkins, una británica residente en España que la semana que viene volará a Inglaterra para ver a sus hijas y sus padres. 

A partir del 17 de mayo, Inglaterra reabre sus fronteras a los vuelos internacionales, dentro del plan de desescalada establecido por el Gobierno de Reino Unido. Para que los viajes se realicen de forma que se evite la extensión del virus de la COVID-19 y sus variantes, el Gobierno británico anunció un sistema de semáforo, mediante el cual los viajeros serán sometidos a diferentes restricciones dependiendo del país de origen desde el que lleguen a Inglaterra. El sistema categoriza los países teniendo en cuenta indicadores como el nivel de contagio o el ritmo de vacunación. Así, los países han sido clasificados en tres niveles: verde, ámbar y rojo. 

España se encuentra, por el momento, en el nivel ámbar, aunque dicha lista es revisada cada tres semanas, cuando se espera que pase a la lista verde. Todos aquellos que provengan de un país en ámbar deberán hacerse una prueba antes de volar, aislarse durante diez días a la llegada y comprar un kit de dos pruebas, que deberán realizarse el segundo y octavo día de la cuarentena. Para aquellos que quieran acabar la cuarentena antes, hay disponible una cuarta prueba, que deberá comprarse aparte y que se deberá realizar el quinto día.

Para Sue, eso ha significado casi 600 euros. Sin contar, todavía, el precio de la PCR que tiene que hacerse para volver a entrar en España, que es uno de los pocos países de Europa que ni acepta test de antígenos ni los ofrece gratis ni los facilita al llegar al aeropuerto. La ministra de Turismo, Reyes Maroto, sugirió esta semana que a partir del 20 de mayo España podría retirar la exigencia del PCR dada la baja incidencia de la epidemia en Reino Unido, pero no dio detalles. La actual lista de lo que España considera “países de riesgo” está vigente hasta el 24 de mayo.

Fronteras británicas casi cerradas

El 17 de mayo es una fecha largamente esperada para muchos. Reino Unido no ha dejado salir a sus residentes sin una excusa razonable como trabajo, voluntariado o razones médicas. Para muchas familias, esta es la primera oportunidad en meses de reunirse. Para personas como Sue la inversión merece la pena.

Para aquellos que quizá se estén planteando unas vacaciones, quizá se lo tengan que pensar dos veces. Para empezar sigue vigente la prohibición de entrar en España desde Reino Unido para hacer turismo. Y, si se levanta este veto, los precios son prohibitivos especialmente para viajar en familia.

Jamie Coles, un británico afincado en Barcelona, viajará a principios de junio con su mujer y su hijo recién nacido, a quien sus familias todavía no conocen. Los vuelos de los tres han costado un total de 230 euros. Sin embargo, el kit de pruebas a su llegada son 200 euros por cada uno (400 en total, pues solo tienen que realizarse los test niños mayores de seis años). A ello hay que añadir el test que tienen que hacerse antes de salir de España y el que tendrán que realizar a la vuelta para entrar. El total del coste por volar se ha incrementado por cuatro si solo tuvieran que pagar el vuelo. 

Tanto para Sue como para Jamie y su familia, el incremento de lo que van a pagar por un viaje que, al menos, va a durar un par de semanas, es asequible. Dicen que les compensa por la duración de la estancia porque van a visitar a sus familias y no tendrán gastos de hotel ni de comida. Sin embargo, Sue reconoce que, antes de la pandemia, estaba acostumbrada a viajar una vez al mes para ver a su familia y ahora “no sería asequible” y “no tendría ningún sentido”. 

Quién no se lo puede permitir es Jennie Lake Maher, una inglesa afincada en la Costa del Sol que trabaja en el sector turístico en España. Como ahora mismo en España no hay turismo, su empresa permanece cerrada. “La situación es difícil económicamente como para permitirme volar y, además, hacerme una prueba para salir y el resto de pruebas que tienes que pagar por el viaje”, explica.

“Ahora mismo, se está haciendo un negocio en Inglaterra con esto”

“Son muchas las peticiones ciudadanas que se han iniciado para que el gobierno abarate los costes de las pruebas para los viajeros, aunque sin éxito todavía. En otros países, el gobierno subvenciona los test a sus residentes, sin importar si la razón es que tienes síntomas o quieres viajar, por ejemplo, Francia.

Javier García, un español que viaja la semana que viene a España, no puede evitar comparar su situación con la de un amigo suyo que vive en Francia. “Con una PCR, él ha podido estar esos cuatro o cinco meses viajando. ¿Por qué? Porque Francia le pagaba su PCR y él solo pagaba el coste de la PCR de España a Francia”. En comparación, un viaje entre España y Francia solo se paga por una PCR, aproximadamente 90 euros. “Lo que yo en ocho meses no he ido a España, mi amigo ha ido y ha vuelto cuatro veces”, dice Javier, que lleva menos de un año viviendo en Reino Unido. 

En Inglaterra, todas las pruebas que se realizan por motivo de un viaje se hacen por la vía privada. Las PCR en el sistema de salud británico (NHS, por sus siglas en inglés) son solamente para aquellos que han mostrado síntomas del virus o se ha detectado una variante en su área y el Gobierno quiere hacer un seguimiento. Igual que en España, no están disponibles gratis para viajeros. Para los test que los viajeros deben realizar a la vuelta, el Gobierno británico ha facilitado una serie de proveedores donde los viajeros pueden adquirir el kit. Los más baratos rondan las 100 libras y los más caros, las 550. 

“Es un dineral”, dice Cristina, una española que viajó el mes pasado a España. “Más que nada porque no tienen en cuenta la vacuna, es un sistema estándar. Entiendo lo de la prueba el día 2 y 8 pero realmente es todo por lo privado. Ahora mismo, se está haciendo un negocio en Inglaterra con esto”. Cristina, que tuvo que hacer todas las pruebas para viajar aun cuando ya había recibido las dos dosis de la vacuna, espera que se cambie el sistema para adaptarse a aquellos que están vacunados o, por lo menos, que se intente hacer una prueba piloto para buscar alternativas.

Reino Unido ha vacunado con al menos una dosis a 35 millones de personas, es decir el 67% de su población adulta. Ya están inmunizadas con dos más de 18 millones, es decir, el 35%.

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