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Impresiones Beta Destiny, los creadores de Halo desvelan su futuro

Destiny Avance

Daniel Moreno

Llevábamos desde su anuncio oficial hace ya tantos y tantos meses con ganas de echarle el guante y con motivo puesto que nos encontramos ante la primera obra de los creadores originales de Halo desde que decidieran abandonar Microsoft para aceptar el abrazo protector de Activision, editora junto con la que han dado vida a Destiny, posiblemente uno de los juegos más ambiciosos de la historia y desde luego el principal candidato a reventar todos los rankings de ventas este año.

Así es, porque ya desde que comenzarán las primeras filtraciones sobre aquello que se traían entre manos en Bungie supimos que era algo enorme, casi inconcebible por aquel entonces. Se hablaba de situar al jugador en un vasto y rico universo en permanente conexión con otros jugadores, creando una simbiosis perfecta entre shooter y MMO con tintes roleros. Se hablaba de poder disfrutar de mapas abiertos, de cientos de misiones, de poderosos adversarios, de la posibilidad de viajar de un lugar a otro del Sistema Solar saltando de la Tierra a la Luna y de la Luna a Marte y Venus. Se hablaba de una historia épica, de una ambientación sin igual, capaz de hacernos sentir lo mejor de las grandes obras de la ciencia ficción del cine y la literatura. Se hablaba mucho, quizás demasiado, y hasta hace relativamente poco no teníamos más que la esperanza de que al menos la mitad de todo ello fuera cierto.

Hablar de Destiny era como hablar de la salida de la crisis, de la segunda venida de Cristo o de las Olimpiadas en Madrid. Sin embargo se acerca septiembre, mes para el cual Bungie y Activision han fechado un lanzamiento cada vez más palpable, y antes de dicho aterrizaje sus responsables han tenido a bien ofrecer una beta que ya está haciendo las delicias de cientos de jugadores.

Nosotros ya la hemos probado. Qué digo, la hemos exprimido a conciencia. Y estas son nuestras conclusiones.

Argumento y jugabilidad: el Sistema Solar es tu campo de recreo.

Para aquellos que anden un poco despistados, vamos a comenzar con una breve presentación en sociedad: Destiny es, como ya hemos dicho más arriba, un juego de acción en primera persona de ambientación futurista y mecánicas a mitad de caballo entre un MMO, un RPG, un sandbox y un título de acción pura y dura. Sí, es de los creadores de Halo, y es por ello que es deudor de esta icónica saga de Xbox, al igual que parece tomar ciertas referencias de otros grandes juegos como Borderlands, Titanfall, Mass Effect y otros tantos. Destiny sabe a mixtura, a cóctel de géneros, de formas e incluso de artes. Pero lejos de acabar en revuelto sin sentido es capaz de imprimir una sensación única y compacta en la que todo encaja y aparenta funcionar a la perfección.

No es poco lo que esta beta nos ha dejado probar, aunque ciertamente sabe a muy poco para todo aquel jugador que alcanza el nivel 8, el máximo permitido por ahora, y consigue superar todas las misiones accesibles del modo campaña. Como comentábamos al principio Destiny aspira a reunir en un solo pack el single player y el multijugador, y ciertamente lo consigue dejando a un lado el multi competitivo, el cual por cierto destila sabor a shooter clásico, de esos verticales y frenéticos como Quake III que tanto nos gustan.

Pero antes vamos a hablar de la campaña para un solo jugador. Ciertamente son pocas las misiones abiertas en la beta, por lo que por ahora no podemos juzgar ni por asomo la trama del juego y el desarrollo de las misiones a largo plazo ya que no contamos más que con unas pequeñas pistas que, aunque dejen ver algún que otro defecto, resultan más que prometedoras.

Particularmente somos de aquellos jugadores que exigimos una historia a la altura del universo en el que se ambienta el juego, por lo que Destiny tiene mucho que decir en este apartado. Es casi una norma no escrita que a mayor libertad dada al jugador más complicado resulta impresionarle, engancharle con el modo historia, por lo que ese es quizás el gran reto que este juego tiene por delante.

Despertamos en un páramo resucitados por un espectro, una pequeña criatura robótica encargada de dar con los guardianes que protejan la Ciudad, el último reducto de la humanidad bajo el amparo del Viajero, una esfera gigantesca que fue la responsable de traer una época dorada para el ser humano hasta que la Oscuridad que la perseguía invadió el Sistema Solar. Bien, la base es buena, sin embargo el desarrollo de las primeras misiones resulta algo menos acertado, resumiéndose en recorrer libremente el mapa correspondiente hasta llegar al punto de inicio, avanzar de A a B matando bichos por el camino hasta que llegamos a una gran sala en la que nos tocará matar a un bicho más grande o bien repeler oleadas de enemigos. En otras palabras, está organizado por mazmorras de las de toda la vida, y en este punto esperamos más variedad, con misiones realmente inspiradas que nos consigan hacer olvidar por un momento el modo cooperativo, sin lugar a dudas la gran guinda de este juego.

Así es, porque en la demo ya hemos podido probar una misión de asalto con la compañía de otros dos jugadores que nos ha causado una mejor sensación. Consistente en tener que atravesar varias cámaras disputadas por dos bandos opuestos hasta llegar a la guarida del típico jefe final, hay que decir que cuenta con un par de momentazos, como por ejemplo cuando nos la tenemos que ver con un robusto tanque gigante que nos corta el paso, no dejándonos otra opción que coordinarnos con nuestros compañeros y gastar mucha munición apuntando a sus puntos flacos.

En cuanto al multijugador competitivo, destacar un marcado carácter de eSports. Desde su estética, concepción y el propio desarrollo, todo está orientado a que cada jugador disfrute compitiendo, siempre tratando de demostrar quién es el mejor en la arena, el más rápido con el fusil y el más apto para tareas de apoyo. Por el momento sólo hemos podido disfrutar del típico modo de Control de zonas en el que tenemos que capturar todas las áreas posibles para nuestro equipo tratando siempre de mantenerlas ante los rivales, destacando la marcada verticalidad de algunos escenarios en los que el salto propulsado será crucial, permitiéndonos caer encima de nuestros rivales de forma demoledora.

En este modo la munición para armas secundarias se encuentra en lugares muy localizados mientras que la de armas pesadas caerá del cielo de forma aleatoria, no dejándonos otra opción que invertir tiempo y esfuerzos en hacernos con ella si queremos contar con cierta ventaja. Además en el mapa ambientado en la Luna, de carácter más abierto, también contaremos con la posibilidad de invocar nuestra moto, subirnos a vehículos con armamento pesado o controlar torretas de apoyo.

Estas tres modalidades de juego tienen un elemento en común, el nexo que da sentido a toda esta odisea espacial: forjar a nuestro campeón, el héroe destinado a salvar al Viajero y proteger lo que queda de la humanidad. Cada misión principal o secundaria, cada muerte que nos cobremos en el multijugador competitivo o cada jefe final que aniquilemos en el cooperativo nos ayudará a lograr este objetivo, contando por supuesto con un tan completo como adictivo sistema de progresión.

Teniendo en cuenta que los mapeados están repletos de cuevas o pasadizos protegidos por criaturas mucho más poderosas que nosotros, subir de nivel de forma rápida será algo casi necesario para todo aquel que guste de explorar hasta el último milímetro de mapa disponible, y hay que decir que el que podemos disfrutar en la beta, el Cosmódromo terrestre, ya es de por si realmente descomunal.

Cada personaje, ya sea un Titán, un Cazador o un Hechicero contará con sus propias habilidades ideadas para ofrecer diferentes formas de jugar, y de ellas salen diferentes ramificaciones por descubrir, llegando a poder desbloquear poderes realmente sorprendentes. La variedad en este sentido está garantizada para que cada cual obtenga una experiencia de juego a medida, abriendo la mano a que podamos crearnos varios guardianes fomentando la rejugabilidad.

Por supuesto el inventario tampoco se queda atrás, aunque es evidente que está muchísimo más simplificado de lo que podríamos encontrar en un RPG al uso. Contaremos con varias clases de armas principales, secundarias y pesadas, cada una de ella con diferentes características o efectos, así como una buena variedad de yelmos, guanteletes, perneras y pecheras, algunas de ellas con hueco para la mejora. También podremos guardar los objetos que nos sobren para cederlos a cualquier otro guardián que hayamos creado o bien convertirlos en dinero para comprar nuevos ítems.

Apartado técnico y artístico: una oda a la ciencia ficción.

A nivel gráfico nos encontramos con un juego realmente soberbio, muy sólido y con ciertos puntos sobresalientes como por ejemplo la iluminación. El resultado en Playstation 4 a 1080p y 60fps nos ha dejado más que satisfechos, aunque bien es cierto que en ocasiones se aprecian alguna que otra caída en la tasa de imágenes por segundo, algo que tampoco es nada del otro mundo y hay que tener presente que se trata de una beta con cierto margen de mejora.

En el plano artístico destaca la mano de Bungie, así como cierta inspiración en obras de la ciencia ficción más clásica así como de propuestas más actuales como la saga Mass Effect. No es raro andar deambulando por el mapeado para de repente caer embobado ante una estampa realmente magnífica en mitad de un páramo postapocalíptico con naves surcando el cielo y seres extraterrestres intercambiando disparos, y eso sirve en gran medida para hacer que el jugador se sienta todo y parte de este rico universo por explorar.

Conclusión: motivos para la esperanza.

En definitiva, nos toca repetirnos: estamos ante el que juego que probablemente cope buena parte de los titulares de aquí a finales de año y comienzos del siguiente, con la ambición de extender su presencia durante al menos diez años a base de expansiones como las dos ya confirmadas, The Dark Below y House of Wolves con las cuales se quiere ampliar una experiencia que ya de por sí promete ser inabarcable para un buen número de jugadores.

Guste o no Destiny es carne de DLC. Su mismísimo esquema central dicta que hay hueco para nuevas clases de guardianes, para ampliar aún más el repertorio de armas, armaduras y demás ítems, así como para ofrecer nuevos tipos de enemigos, algo digno de elogio si tenemos en cuenta la gran variedad con la que ya cuenta actualmente, con algunos realmente retadores y otros tantos sencillamente molestos aunque igual de agradecidos. Nos jugamos el cuello a que el número de mapas, misiones, desafíos y eventos no dejará de crecer de forma exponencial, algo que no debería preocupar a aquellos que se hagan con el juego en la edición de PS3 o 360 si tenemos en cuenta que cuando quieran dar el salto a la next gen podrán hacerlo sin perder lo ganado (aunque les vuelva a tocar pasar por caja y siempre que no cambien de Xbox a Playstation o viceversa).

En definitiva, se ha confirmado que estamos ante un proyecto de largo recorrido, un juego que hará que muchos dejen de pensar en Halo como algo sin lo que Bungie no tiene sentido. Cierto es que esta beta tiene sus sombras, como una IA un tanto mejorable que nos permite acabar con los enemigos de una estancia desde fuera sin ser apenas molestado dado que no nos persiguen, al igual que el hecho de contar con ciertas misiones repetitivas y poco inspiradas, pero en general nos ha dejado unas sensaciones soberbias, siendo un muy buen anticipo de todo aquello que estar por venir y haciéndonos dudar si conseguiremos algún día conquistar esta epopeya.

Después de todo, ¿hay algo mejor para cualquier gamer que un buen desafío?

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