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Nuestros deseos para Rise of the Tomb Raider

Rise of the Tomb Raider

Álvaro Alonso

Hacen falta muchos, muchos años y muchas, muchas entregas para que una saga se convierta en un referente de la industria del videojuego. Y especialmente se necesitan muchos fans para que se convierta en una franquicia mítica.

Tomb Raider puede presumir de eso y mucho más. Las trepidantes correrías de la arqueóloga Lara Croft vienen arrasando desde 1996, año en que salió a la venta su primera entrega, una aventura cuadriculada y de personajes acartonados que sin embargo se hizo un hueco pequeñito en los corazones de los jugones.

Desde entonces la saga se ha multiplicado y ha mejorado a ojos vista, aunque no sin tener que enfrentarse contra todos los que la criticaban. Por ejemplo los que cuestionaban la sexualización de Lara, o los que acusaban a la franquicia de un marcado desgaste en sus últimas entregas.

 

Crystal Dynamics optó por cortar por lo sano y empezar de cero, una decisión que, aunque cuestionada en un principio, demostró ser acertada. El estudio dejó atrás las anteriores entregas y dio forma a Tomb Raider, un reboot con el que reiniciaban la franquicia y le conferían un tono más adulto y atrevido, más parecido a los que estamos acostumbrados en los últimos tiempos.

En el reboot controlábamos a una Lara más joven e inexperta, cuando todavía era una jovencita rica inocente que no iba por ahí con sus dos pistolas al cinto. Pero eso pasa pronto, cuando naufragamos en Yamatai y tenemos que sobrevivir con un arco y flechas, matando animales salvajes, isleños y toda clase de enemigos.

El juego encantó por el nuevo enfoque que se le daba a la franquicia, su estilo más maduro, su jugabilidad desenfrenada y unos gráficos que quitaban el hipo. Y no es de extrañar que muchos se frotaran las manos con gusto cuando Crystal Dynamics anunció que estaba trabajando en la secuela, Rise of the Tomb Raider, en el E3 del 2014.

Ha pasado un año desde el gran anuncio, y desde entonces hemos conocido algún que otro detalle del juego. Por ejemplo, que se ambienta un año después del naufragio de Yamatai, y que Lara buscará la Ciudad perdida de Kitezh, una leyenda rusa, así que nos tocará explorar la gélida Siberia. Se dice que en esa ciudad habita el alma de un poderoso profeta, capaz de conceder la inmortalidad a quien la posea, y por supuesto los interesados en hacerse con ella no son pocos.

En Rise of the Tomb Raider tendremos que avanzar por territorios helados, donde la nieve puede llegarnos por la cintura, y donde el ciclo día noche y el tiempo meteorológico tendrá un papel fundamental. Tendremos que cazar animales, recoger herramientas para fabricar armas y objetos, escalar por paredes de hielo con nuestro piolet, e intentar no morir mientras avanzamos por los salientes de más de una montañas. Podríamos tirarnos un rato hablando de lo que nos espera en el juego, pero eso ya lo hicimos.

Muchos os preguntaréis: “¿Entonces que quieren estos?” Es muy sencillo.

El listón en una saga del calibre de Tomb Raider siempre será muy alto, y Rise no es una excepción. El reboot de 2013 consiguió superar las expectativas, pero una fórmula que funcionó hace dos años puede que no sea la más acertada ahora. Sí, el reboot era una juego de acción pura y supervivencia, con tiroteos, combates intensos y muchas explosiones, pero esa no es la esencia de la saga.

Para el reboot y marcar los nuevos inicios de la saga estaba bien, pero ahora que nos encontramos frente a una segunda entrega, necesitamos más elementos de los juegos originales para tener la sensación de que estamos jugando a un verdadero Tomb Raider y no a un nuevo shooter de moda.

Y como por pedir que no quede, tenemos nuestra pequeña lista de deseos de lo que nos gustaría ver en Rise of the Tomb Raider.

En primer lugar, toca aclarar que las grandes dosis de acción del reboot de 2013 nos encantaron, así que queremos más de eso. Queremos avanzar por Siberia con nuestro arco a la espalda y nuestro machete en el cinto, cazando, matando enemigos y haciendo lo necesario por sobrevivir. Al fin y al cabo esa es la nueva Lara, una tía dura que nos daría una paliza en menos de lo que canta un gallo.

Sin embargo, no es lo único. En los juegos originales de Tomb Raider los puzles y tumbas tenían un peso fundamental, y aunque fueron introducidos en el reboot, no dejaban de ser meras anécdotas, diminutos obstáculos en nuestro camino que podíamos solventar cada sin darnos cuenta. Por eso queremos más puzles, más desafíos que nos hagan pensar y despertar esa parte de nuestro cerebro que se nos duerme cuando nos pasamos horas pagando tiros en nuestra consola.

Por suerte, parece que al menos en este sentido vamos a estar bien servidos. Crystal Dynamics es consciente de la importancia de las tumbas en la saga, tal y como comentó el director creativo del estudio, Noah Hughes, hace unos meses.  “Los puzles y rompecabezas son una parte importante en la fórmula, así que estamos muy contentos de anunciar tumbas en el juego que incluirán más puzles [...] Tardarás más tiempo en resolver las tumbas, pero aún así es una combinación muy interesante de físicas y sistemas de causa-efecto que llevan a ese gran final de cruzar esa puerta al final de la habitación”. Bien, Crystal. Bien.

Tercero. Siberia está bien, qué duda cabe, pero pasar tooooda la aventura en ese infierno helado puede resultar un poco cansino. Los viejos Tomb Raider sabían el riesgo de que todo el juego se ambientara en un “mismo escenario”, por eso llevaban a Lara de selvas a ciudades, de ruinas a islas, en cada entrega. Incluso en Uncharted 2 y Uncharted 3, otros dos grandes referentes del género de aventuras, Naughty Dog nos llevaba de un lugar a otro, dando variedad a la aventura.

Y eso es lo que queremos. No quedarnos estancados de Siberia y visitar otros lugares, ya sean ciudades, edificios o ruinas que se distingan totalmente del resto de escenarios. No somos exigentes, sólo queremos algunos minutillos fuera de la nieve. Crystal Dynamics ya comentó que visitaríamos otras localizaciones, como una ciudad moderna en el prólogo, pero somos desconfiados por naturaleza. En los concept arts del juego hemos visto un paisaje desértico y escarpado, así como otro verde y montañoso, pero nada de capturas in-game. Y hasta que no las veamos, no nos creemos nada.

Por último, no estaría de más que se despejara de una vez y por todas la polémica de en qué plataformas estará disponible. Desde hace meses la duda de si Rise of the Tomb Raider será un juego exclusivo de Microsoft está en el aire. Y no es para menos, porque Crystal Dynamics ha estado mareando la perdiz.

El estudio ha comentado en varias ocasiones que de momento están centrados en las versiones de Xbox One y Xbox 360 del juego, pero que eso no quiere decir que no vaya a llegar nunca a las consolas de Sony. Eso sí, no se han atrevido a dar una fecha estimada de cuando puede ocurrir eso.

La exclusividad ha sido confirmada más de una vez, pero siempre viene acompañada de la palabra “temporal”. ¿Qué temporal? Si no hay fecha de lanzamiento en PlayStation 4 eso quiere decir que es una exclusividad indefinida. O al menos eso es lo que piensan cientos de jugadores molestos por la decisión de que la nueva aventura de Lara no llegue a todos los públicos desde un primer momento. Por desgracia para estos jugadores, es lo que toca. La industria del videojuego ha cambiado, y las exclusivas van a convertirse en el pan nuestro de cada día.

A nivel técnico y gráfico no tenemos prioridades. Básicamente porque confiamos en Crystal Dynamics en este aspecto. Los tráileres y capturas mostrados hasta ahora son excepcionales,  y nos dejan con infinitas ganas de ver más y más. Por suerte, Rise of the Tomb Raider es uno de los juegos fijos en la conferencia de Microsoft del E3 de este año, así que muy pronto veremos a Lara de nuevo en acción.

En definitiva, lo que queremos es la esencia de la saga. Es difícil relanzar una franquicia, darle un nuevo comienzo y conservar todos aquellos elementos que la hicieron grande en su día, pero con esfuerzo puede conseguirse. Crystal Dynamics hizo un gran trabajo con el reboot de 2013, consiguió hacernos sentir que estábamos controlando a la auténtica Lara Croft, pero eso que lograron puede perderse en menos de lo que canta un gallo.

Más que novedades, pedimos respeto por las características clásicas de la saga. Porque hay veces, aunque no lo parezca, que lo más puntero, original y rompedor no casa con algunas franquicias.

 

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