“Quería investigar mi apellido y logré identificar al primer García que llegó a La Palma”

Horacio Concepción es investigador y pintor. Foto: LUZ RODRÍGUEZ.

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

“Quería conocer los orígenes de mi apellido y terminé escribiendo un libro sobre la genealogía de unos 5.000 puntagorderos”. Horacio Concepción, pintor e investigador, natural de Barlovento, es el autor de la monografía Genealogías y familias de Puntagorda a través de las dispensas matrimoniales de la parroquia de San Mauro que acaba de editar Cartas Diferentes con el patrocinio del Ayuntamiento de Puntagorda. “Empecé el libro investigando mi apellido García, porque aunque mi madre es de Puntallana, mi bisabuelo procedía de Puntagorda, y no pensaba realmente llegar a esto, pero cuando ya estaba metido en la investigación pensé que tenía que seguir porque era importante para que las personas que proceden de ese municipio conozcan sus orígenes”, ha explicado a La Palma Ahora Horacio Concepción, que es miembro de la Sociedad de Estudios Genealógicos y Heráldicos de Canarias.

El volumen, que lo inició en 2007, le ha llevado cinco largos años de trabajo. “La maquetación ha sido muy costosa por los árboles genealógicos, la imprenta tardó dos años en maquetarlo debido su complicación”, asegura.

La principal fuente de documentación ha sido el Archivo Diocesano de La Laguna, en Tenerife, aunque también ha consultado “el archivo parroquial de Puntagorda,  el insular y algunos más”. Las dificultades en el proceso investigador han sido muchas, y el desembolso económico, de fondos propios, importante. “El acceso al Archivo Diocesano es muy complicado, ahora solo abren un día a la semana y tres horas al día, y solo pueden acceder trece personas, por lo que a veces para entrar a las nueve de la mañana estábamos desde las siete haciendo cola, y hay que desplazarse a Tenerife, lo que supone un gasto”, cuenta.

Horacio comenzó a investigar y constató que “en 1811 había desaparecido el archivo parroquial de Puntagorda, se había quemado la parroquia, y pensé que ya no tenía posibilidades de llegar más atrás con mi genealogía familiar, pero descubrí que se hacían las dispensas matrimoniales y entonces ya empecé a ir al Archivo Diocesano de Tenerife”. “El libro abarca desde principios del siglo XVI hasta 1811, año en que se quemó la parroquia, ese fue el periodo que estudié e intenté localizar lo máximo posible”, señala. “Y conseguí identificar al primer García que arribó a La Palma, el portugués Bartolomé García de Aguiar”, añade. “Cuando empiezas a investigar tu apellido descubres que la gente se movía antes entre municipios para casarse más de lo que yo pensaba”, apunta. “En el libro hay recogidas miles de personas, calculo que unas 5.000, aunque no lo sé con exactitud”, admite.

Entre las cosas que le llamaron la atención a Horacio en su largo proceso investigador se encuentran los índices de defunciones, en los que “cuando moría un niño a los tres días de nacer, por ejemplo, el cura decía que era afortunado porque se había ido al cielo con solo tres días de vida; tenían otra visión de la muerte y vivían de una manera totalmente diferente a nosotros”, apunta.

Los puntagorderos que quieran conocer sus orígenes tienen en el libro de Horacio una valiosa fuente de documentación que les conducirá a sus ancestros. El libro también recoge una serie de apéndices en los que aparece una relación de dispensas matrimoniales de Garafía relacionadas con Puntagorda; unos apuntes genealógicos sobre determinadas familias del norte de La Palma y una relación de personas naturales de Puntagorda que se casaron en Tenerife.

Horacio Concepción está “muy satisfecho” con la monografía y agradece a Cartas Diferentes y a Juan Gabriel Pérez, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Puntagorda, que “hayan apoyado este proyecto, porque creo que este trabajo tenía que ver la luz, no se había editado nada igual”, concluye.

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