‘Diario de un volcán’ aporta datos inéditos del Teneguía

Manuel Lorenzo (izquierda) y Manuel Garrido son los autores de 'Diario de un volcán'. Foto: LUZ RODRÍGUEZ

Esther R. Medina

Fuencaliente —

La documentación oficial depositada en la Dirección Insular de la Administración General del Estado sobre la última erupción en tierra acontecida en España, ha visto la luz. Los investigadoras Manuel Garrido Abolafia y Manuel Lorenzo Arrocha desgranan en el libro ‘El Teneguía (21 de octubre al 24 de noviembre de 1971). Diario de un volcán’ los partes que diariamente emitían las autoridades sobre el acontecimiento telúrico. “El contenido es en parte inédito, pero hay que tener en cuenta que algunos de estos informes fueron publicados en la prensa y que Juan Carlos Díaz Lorenzo también escribió un libro sobre el volcán que recogía lo publicado, aunque hay datos que sí son desconocidos, como los informes diarios (hasta cuatro o cinco) que el Ayuntamiento de Fuencaliente remitía a la antigua Delegación del Gobierno y los del equipo científico, que eran recogidos por el delegado del Gobierno y remitidos al gobernador civil”, han explicado a LA PALMA AHORA . “Se aporta información nueva sobre el volcán puesto que se recogen los partes pormenorizados de los científicos que estuvieron controlándolo, el profesor Fuster y el geólogo Telesforo Bravo”, subrayan.

La publicación, que ha sido editada con motivo del 43 aniversario del Teneguía, “desgrana cronológicamente” el contenido de los partes oficiales sobre lo ocurrido entre el 21 y el 24 de noviembre de 1971. “A las 15.20 horas el Alcalde de Los Llanos de Aridane comunica a esta Delegación que se ha iniciado una erupción volcánica en la zona sur del municipio de Fuencaliente. Esta noticia es confirmada inmediatamente por el Secretario de Fuencaliente, concretando que el lugar de aparición de la erupción se encuentra al sur del volcán de San Antonio, en una llanura próxima a los Roques de Teneguía, a una cota de unos trescientos metros sobre el nivel del mar y a una distancia de unos dos kilómetros de Los Quemados, barrio más próximo a la erupción, y que no hay viviendas en las inmediaciones del lugar. La erupción se ha iniciado a las 15.06 horas tras unos fuertes ruidos subterráneos y salida abundante de humos, acompañado de fuertes explosiones”, según se recoge en el informe del 26 de octubre de 1971. “Rápidamente se comunica la noticia al Gobernador Civil de la Provincia, quien inmediatamente se desplaza a la isla por vía aérea y llega a Fuencaliente a las 17.30 horas. Se adoptan las primeras medidas de seguridad, se desaloja a los visitantes del casco urbano de Fuencaliente, así como a los vehículos allí aparcados. Se establece una línea de seguridad en torno a la zona afectada por la erupción y se corta el tráfico que afluye hacia Fuencaliente; los vecinos de Los Quemados, Las Caletas y Las Indias y algunos de Los Canarios, abandonan sus viviendas. Estos evacuados son acogidos en casas particulares de distintos municipios de la isla, y un numeroso grupo de unas cien personas es alojado en el Antiguo Asilo de Ancianos de Santa Cruz de La Palma. La Cruz Roja traslada al hospital a los enfermos y personas de más edad existentes en la zona. Seguidamente, el Gobernador Civil, en unión de las autoridades insulares, visita el lugar de la erupción. Hay una larga figura de unos 300 metros de longitud, con varias bocas, en las que se producen explosiones que lanzan materiales fundidos a considerable altura, y se nota sobre la superficie la masa fundida que parece que hierve en enormes borbotones. Desde el Ayuntamiento de Fuencaliente el Gobernador Civil informa de la situación al Sr. Ministro de la Gobernación”, se indica en el parte de la citada jornada, en el que también se da cuenta de la llegada del profesor Telesforo Bravo, catedrático de Geología de la Universidad de La Laguna, de la reunión mantenida por todas las autoridades para “dictaminar el plan de actuación”, así como de las declaraciones hechas “para prensa y radio” por el Gobernador Civil con el fin de “llevar tranquilidad a la población”. Se precisa también que “la lava llega al mar hacia las 05.00 horas de la madrugada”.

Manuel Garrido, uno de los autores de la publicación, es el responsable del archivo histórico de la Dirección Insular de la Administración General del Estado. “La Revista de Estudios Generales de La Palma publicó algo parecido para entregar a los asistentes en la presentación del número tres de la revista, pero en aquella ocasión se tomaron los partes oficiales del volcán de San Antonio; como sabíamos que había partes oficiales sobre el Teneguía, la Sociedad de Estudios Generales, una vez solicitado el correspondiente permiso a la Administración, propuso al Ayuntamiento de Fuencaliente recopilar la información, también en formato de informes, para conmemorar el 43 aniversario del nacimiento del Teneguía”, ha señalado a este digital. La labor de los dos autores ha consistido en “seleccionar lo que se iba a publicar, darle cuerpo y transcribir literalmente los documentos, además de maquetar la obra para ahorrar costes”.

Una vez analizados los partes oficiales del Teneguía, lo que más llamó la atención de Garrido y Lorenzo fue “la gran organización que existió desde el primer día -aunque quizás el control para acceder a la zona se relajó un poco ya que en la época no había medios suficientes- pero sí que hubo una muy buena coordinación entre todas las fuerzas actuantes”, aseguran.

Como datos “llamativos” citan “la evacuación de hasta 175 personas al centro de asistencia de Santa Cruz de La Palma” o “el regalo de la empresa Fagor de una cocina industrial y un frigorífico para atender las necesidades de los vecinos de Las Caletas, Los Quemados y Las Indias, que eran atendidos por militares”. “También es curioso que el secretario del Ayuntamiento de Fuencaliente, que desde el primer temblor estuvo pendiente del volcán, tuvo que ser hospitalizado por una ”enajenación mental“ pasajera ya que se declara en el parte médico que durante diez días no había dormido ni descansado”.

Garrido y Lorenzo subrayan que “otro detalle interesante del que la prensa no se hizo eco es la muerte de dos personas, y no de una, como se publicó”. El otro fallecido fue un vecino de Fuencaliente, de 32 años, Juan Acosta Rodríguez, casado y con dos hijos, que murió por asfixia mientras recogía carnada para pescar viejas, detallan. “También se intoxicaron tres vecinos más, pero sin consecuencias”. Recuerdan asimismo que “el patrón y marineros de un pesquero de Ondarroa, que faenaba en la zona, ayudaron a sacar 28 barquitas pesqueras que había en la playa del Faro ante el peligro inminente que corrían”.

El alcalde de Fuencaliente, Gregorio Alonso, resalta que “varios han sido los libros, artículos o trabajos escritos sobre este acontecimiento; el contenido de esta publicación, en cambio, es inédito. Se desgrana, cronológicamente, toda la documentación oficial de la erupción depositada en los archivos de la Dirección Insular de la Administración General del Estado”. La publicación de Garrido y Lorenzo, afirma, “proporciona nuevos datos de la historia de nuestro municipio y nos va a ayudar a conocer un poco mejor la singularidad de nuestra tierra”.

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