Doce años de la trágica riada en Las Angustias

Martín Macho / Martín Macho

Aunque desde el día anterior el Archipiélago canario estaba en situación de prealerta y posteriormente en alerta por fenómenos meteorológicos adversos, nada hacía presagiar el drama que la Naturaleza, mostrando una vez más su descomunal ímpetu, iba a dejar inscrito en la historia reciente de La Palma.

Sobre las tres de la tarde de la funesta jornada, súbitamente, las aguas desbocadas se precipitaron barranco abajo por Las Angustias y se llevaron la vida de tres excursionistas alemanes que, junto a otros que corrieron con mejor suerte y lograron no ser arrollados por la violenta crecida, transitaban por el lecho de la gran garganta de la Caldera de Taburiente. Este miércoles de 2013 se cumplen doce años de la trágica riada.

El fatídico aluvión, provocado por una repentina tromba de agua registrada en las zonas altas del Parque Nacional de La Palma, tuvo lugar el 20 de noviembre de 2001 y se saldó con el desolador balance mencionado. Asimismo, otras 47 personas quedaron durante horas atrapadas en el barranco y otras 91 tuvieron que pasar la noche en el Centro de Servicios Taburiente, refugiadas, en pleno corazón del emblemático entorno natural de la Isla.

El guía que acompañada a los turistas que sufrieron el fatal desenlace dio la voz de alarma a las 14.45 horas. La tremenda riada los sorprendió en el barranco y fueron arrastrados por la furiosa crecida. Uno de los cadáveres apareció en el puerto de Tazacorte, a unos tres kilómetros del lugar donde sufrió el mortal zarpazo del violento torrente. (En la imagen de la izquierda, una cruz en recuerdo de una de las víctimas colocada justo en el lugar donde fue arrastrada por la crecida. Foto: JOSÉ HERIBERTO LORENZO).

Aquellas lluvias torrenciales, que dejaron en menos de seis horas unos 120 litros de agua por metro cuadrado, recuerda José Heriberto Lorenzo Pérez, agente de Medio Ambiente del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente y graduado en Seguridad y Control de Riesgos por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), también provocaron que el barranco de El Riachuelo se desbordase, causando daños en el campamento del Aula de La Naturaleza situado en la zona, lo que obligó a evacuar a un grupo de 50 alumnos de entre 16 y 17 años del IES Alonso Quesada de Las Palmas de Gran Canaria que en esa fecha estaban utilizando las instalaciones.

Igualmente amenazaron con desbordar el recinto acondicionado para vehículos todoterreno 4x4 en la parte alta del barranco de Tenisca, lo que hizo necesaria una actuación de urgencia para contener una posible riada aguas abajo que hubiese afectado al núcleo urbano de Los Llanos de Aridane.

Puede afirmarse, añade el citado técnico, que el despliegue de los equipos de rescate realizado para atender a las personas afectadas por esa riada fue “una de las primeras grandes actuaciones de coordinación extraordinarias por parte de la Dirección General de Seguridad y Emergencias, así como del GIE (Grupo de Intervención en Emergencias), actualmente denominado GES (Grupo de Emergencias y Salvamento)”. Intervinieron tres de sus helicópteros, además de uno de la Guardia Civil.

Tras este percance y, posteriormente, la riada del 2002 en Santa Cruz de Tenerife, “se mejoró sustancialmente el protocolo de comunicación ante Fenómenos Meteorológicos Adversos, incluyendo a los Parques Nacionales canarios en el sistema de avisos de la Dirección General de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias”.

Aunque, resalta, “el verdadero momento de mejora de la gestión de este tipo de emergencias en lo que a nivel jurídico se refiere, fue con la aprobación el Plan Específico de Protección Civil y Atención de Emergencias de la Comunidad Autónoma de Canarias por Riesgos de Fenómenos Meteorológicos Adversos (PEFMA)”.

También se diseñó “un sistema para transmitir e informar diariamente a los visitantes del Parque Nacional de La Caldera de Taburiente la predicción meteorológica para el día, y en su caso, las situaciones de prealerta o alerta que puedan haber sido declaradas, mediante unos carteles específicos de información meteorológica actualizada, pioneros a nivel nacional”.

“Es indudable”, insiste José Heriberto Lorenzo, “que el sistema de Seguridad y Emergencias en Canarias ha mejorado sustancialmente desde aquel año, ganando en eficiencia, rapidez y, sobre todo, coordinación en sus actuaciones, lo cual redunda en la seguridad de las personas, pero lo cierto es que aún queda mucho por andar”.

El 21 de octubre de 2011, dice, “volvió a ocurrir algo parecido en la Isla, pues, rememora, ”unas lluvias localmente torrenciales dejaron atrapados a unos 52 visitantes en el barranco de Las Angustias, repitiéndose algunos de los hechos ocurridos aquel 20 de noviembre de 2001“. Considera que ”algo sigue fallando“ toda vez que, expone, ”en esta ocasión no había decretada ninguna situación de prealerta por fenómeno meteorológico adverso, por lo que se permitió el acceso al Parque“. Quizás, alega, ”sería cuestión de replantear algunas medidas que se toman“.

(En la imagen, entorno donde fue arrastrada por la riada una de las personas fallecidas, cerca de la la zona conocida por Dos Aguas. Foto: JOSÉ HERIBERTO LORENZO).

En el lugar donde, en el lecho del barranco, la riada se llevó a uno de los turistas fallecidos, en su memoria, los familiares han colocado una cruz.

El entonces consejero de Presidencia e Innovación Tecnológica del Ejecutivo autonómico, Julio Bonis Álvarez, en una comparecencia en el Parlamento regional a instancia del grupo Socialista, según se recoge en el Diario de Sesiones del 12 de diciembre de 2001, señaló que la resolución del mencionado “incidente” en el Parque Nacional de La Caldera “supuso el establecimiento de un dispositivo especial de rescate bajo la dirección de los responsables del Grupo de Intervención de Emergencias del Gobierno de Canarias, con la participación de la Guardia Civil, de la Policía Local de El Paso y Los Llanos de Aridane, de voluntarios de Ayuda de Emergencia Anaga, bomberos voluntarios de Los Llanos, Cruz Roja Española y del Servicio de Urgencias Canario, activados y coordinados por el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad 112”.

Este dispositivo, dijo, “permitió el rescate en menos de dos horas de 91 personas por los tres helicópteros del GIE, del Grupo de Intervención de Emergencias del Gobierno de Canarias, y uno de la Guardia Civil, y de otras 47 personas con la ayuda de los equipos de rescate que actuaron por tierra”.

La actuación conjunta de “todos estos medios, pues, consiguió que prácticamente, en una hora y cuarenta y cinco minutos, estas 142 personas que pasaron la noche en la Caldera de Taburiente fueran rescatadas”.

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