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“Las incidencias en El Roque hay que resolverlas pronto para que no se deje de observar ni un día”

Jorge Gmelch es responsable de Mantenimiento y Servicios del Observatorio del Roque.

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

El ingeniero Jorge Gmelch, palmero de Santa Cruz de La Palma, pero con apellido alemán, es el responsable de Mantenimiento y Servicios Comunes del Observatorio del Roque de Los Muchachos (ORM). Comenzó a trabajar en el complejo de astrofísica seis meses después de haber concluido la carrera de Ingeniería Industrial, por tanto, toda su vida laboral se ha desarrollado en estas instalaciones punteras a nivel mundial en la observación del universo. “Me siento un privilegiado porque en este trabajo todos los días son diferentes, tratas con instituciones de distintos países y culturas, y cualquier tarea que hagas para cualquier persona de los telescopios es muy grata”, ha asegurado en una entrevista con La Palma Ahora. “Además, las instalaciones son distintas en cada país y me tengo que preparar, estar al día en todo; me enriquezco porque en El Roque está la tecnología de vanguardia”, añade. Subir a la cumbre y bajar es lo peor. “Es lo más agobiante porque cuando vas al observatorio tienes que invertir mucho tiempo en el desplazamiento”. Pasa mitad de semana en el Centro de Astrofísica de La Palma (CALP), ubicado en Breña Baja, y la otra mitad en el ORM. “Muchos de los problemas ya se resuelven a través del sistema informático desde la oficina”, apunta.

La responsabilidad de Gmelch empieza “de la puerta para afuera de los telescopios”. Se encarga del mantenimiento y servicios comunes del ORM y del CALP. Cualquier incidencia que surja en el servicio eléctrico o de comunicaciones, incluidas las carreteras internas del complejo, que en invierno se ven afectadas por las nevadas, debe solventarla a la mayor brevedad. “Lo importante en nuestro trabajo es tener una buena capacidad de respuesta para hacer frente a todos los incidentes y que el observatorio no deje de observar ni un día, porque una hora de observación que se pierda es tiempo y dinero, los astrónomos llevan años esperando”, subraya. “Las instalaciones tienen que estar bien revisadas y mantenidas, pero por suerte tenemos un clima bueno”, dice.

Por otro lado, Jorge Gmelch lamenta “los bulos” que de forma periódica suelen circular en La Palma sobre el vertido de residuos contaminantes en el complejo de astrofísica. “Puedo asegurar que en El Roque no hay ningún tipo de contaminación y el que haga esa afirmación me lo tiene que demostrar; yo llevo trabajando allí 26 años, soy palmero, tengo hijos, cómo vamos a estar haciendo las cosas mal”, se pregunta. Además, resalta, “el observatorio no es una empresa química, todo es mecánico, los espejos llevan aluminio y en el proceso de limpieza para el aluminizado, los residuos generados van a depósitos herméticos y posteriormente a gestores autorizados”, detalla. Insiste en que “como palmero aseguro que en los 26 años que llevo arriba no ha habido ningún tipo de contaminación, no se ha vertido nada en el terreno, ni siquiera accidentalmente, solo están los vertidos de las aguas residuales”. “El mantenimiento de las aguas residuales lo lleva Canaragua y mensualmente se hacen analíticas de todos los parámetros, se analizan los acuíferos y las galerías que están dentro del margen en el que pudiera influir los observatorios, hay un control estricto, y nunca ha aparecido ninguna contaminación”, afirma. “Por fin ya tenemos la autorización de vertidos y el Cabildo tiene un proyecto interesante para llevar las aguas a Garafía cuando se incorpore el Centro de Visitantes del Roque”, adelanta. “Antes de asegurar que en El Roque se está contaminando hay que informarse y aportar pruebas, que demuestren que se contamina en vez de estar sacando bulos; allí se desarrolla una actividad limpia que respeta el medio ambiente”, reitera.

Gmelch no cree que los palmeros valoren en su justa medida lo que significa para La Palma contar con uno de los mejores observatorios del mundo. “Tristemente, creo que no lo valoran, y alguien tendría que explicarles el beneficio que supone para la Isla”. “Y si viene el Telescopio de Treinta Metros (TMT) incrementará nuestro trabajo y nos enriqueceremos más todavía porque los americanos son para nosotros un país nuevo, otra cultura, y se crearían nuevas empresas; es una oportunidad bastante enriquecedora para la Isla”, sostiene.

El responsable de Mantenimiento y Servicios Comunes del observatorio del Roque se plantea su futuro laboral en el mismo puesto que desempeña en la actualidad, aunque “con nuevas instalaciones que, si llegan, nos van a sacudir”.

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