Lynch tiene 83 ‘tacos’ y es el motero más veterano de Canarias

Lynch, con 83 años, sigue montando en su moto honda shadow 750. Foto: LUZ RODRÍGUEZ.

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

Cuando se sube a su moto honda shadow 750, pone la música a tope y desaparecen los dolores de su cuerpo. Se siente un veinteañero. Pero José Juan Lynch González tiene 83 ‘tacos’ y es el motero más veterano de Canarias. Pertenece a la peña ‘Nubes Negras’, donde sus compañeros de viaje le consideran “una institución”. “Tengo moto desde los 20 años, pero después me empecé a llenar de hijos y me tuve que pasar al coche porque no podía tener todo, aunque el gusanillo siempre estaba ahí”, ha recordado a LA PALMA AHORA.

Los años, de momento, apenas le han pasado factura y puede seguir disfrutando de su pasión. “Tengo algunas dificultades al subirme y al bajarme de la moto, por un problema en la cadera, pero una vez que me monto, creo que me siento mejor que antes, disfruto más que cuando era joven y se me quitan todos los dolores”, asegura este hombre afable que sigue fiel a la estética motera con su casco y chaleco lleno de chapas. Sin embargo, reconoce que “antes cogía una moto por la mañana y otra por la tarde; ahora salgo menos porque estos últimos fríos me han acobardado y tengo miedo a una caída”.

En su larga vida de motero sólo ha sufrido un percance en la carretera. “Hace unos seis años, en Barlovento, un niñato haciendo caballitos me arrolló y nos tumbó a mí y a mi mujer, y por eso tengo la cadera fastidiada, pero gracias a dios no he tenido ningún accidente de derrape”. “Y he recorrido todas las islas con mi mujer en esta motito”, dice mientras acaricia a su honda shadow.

Lynch, que nació en El Paso, aunque siempre ha residido en Santa Cruz de La Palma, asegura que las motos “han sido y son para mí todo, es otra vida, otra cosa… Una vez me preguntó un señor que qué se sentía, y yo le dije: ‘Usted móntese, la arranca y después me cuenta, yo no se lo puedo explicar”. Y elogia el espíritu solidario de su ‘tribu’. “Un motorista tiene amistades donde quiera que va, no es como los ‘enlatados’ -así llaman a los que tienen coche- que pasan y no se preocupan si ven a otro vehículo parado; los moteros, si vemos una moto que está parada, siempre preguntamos si necesitan algo, aunque no nos hayamos visto nunca y en cualquier sitio en el que te encuentres”.

Es consciente de que “muchos moteros, por desgracia, son imprudentes, sobre todo cuando eres joven, porque yo también lo fui y sé cómo me portaba; lo mío era la velocidad, correr, tenía una ducati de carrera y volaba por todos lados con carreteras de tierra”. Pero el paso de los años lo ha vuelto prudente. “Hoy ya no corro, lo mío es pasear, pongo la música a tope y voy gozando; a los chicos que corren mucho les digo: ‘Mira, tu no ves sino el piche, porque no te da tiempo a ver más nada, sin embargo yo te puedo decir dónde hay un árbol; muchos, desgraciadamente, de tanto correr ya se han comido el piche”.

A Lynch, jubilado de la compañía Telefónica, la afición a las motos no le ha salido barata. “El mantenimiento es algo caro, la ITV la pasan cada dos años, pero el impuesto municipal en Santa Cruz de La Palma es saladito y también hay que pagar el seguro; llegué a tener hasta cuatro motos, y eso era demasiado; tuve que vender dos porque muchas veces no me daba tiempo de cogerlas todas”.

Hace tres años le rindieron un homenaje a Lynch porque la revista ‘Canarias en Moto’ convocó un concurso regional para localizar al motero más veterano del Archipiélago. “Lynch era el mayor, y el segundo, un lanzaroteño que, desgraciadamente, ya falleció al impactar con un furgón en una rotonda”, cuenta Rafael Plasencia, compañero de trabajo Lynch en Telefónica y también miembro de la peña ‘Nubes Negras’. “Es un orgullo tenerlo con nosotros, es una institución en el grupo”, afirma.

La peña motera a la que pertenece Lynch se llama ‘Nubes Negras’. “Le pusimos ese nombre porque uno de ellos, cada vez que íbamos a salir a la carretera, decía: ‘Mira, hay una nube negra ¿no nos irá a coger el agua?”. El motorista más veterano de Canarias tiene una opinión muy negativa de la red viaria insular. “En la actualidad, las carreteras están fatal, destrozadas; menos mal que tenemos la de Las Mimbreras, que para nosotros es la más bonita, una maravilla; el único peligro que tiene es que te puedes encontrar con algún extranjero, que no suele respetar las curvas, pero como siempre vamos en grupo, el que va delante circula con precaución y avisa”. El trazado de las vías de La Palma, sin embargo, sí es “una gozada, porque el motero disfruta en las curvas, no en las rectas”. Y Lynch sigue disfrutando en su honda honda shadow 750 de las curvas, del paisaje y de la vida.

Etiquetas
stats