“Los halcones están haciendo un daño tremendo a la colombofilia”

Alonso Lugo muestra una paloma en su palomar. Foto: LUZ RODRÍGUEZ.

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

Los colombófilos están “desesperados” por los continuos ataques del halcón tagarote (falco pelegrinoides), una especie que procede de África, a las palomas mensajeras. “Perdemos una media de entre 15 y 30 palomas desde que empezamos a sacar los pichones, en febrero o marzo, hasta que comienzan a volar a final de año, cuando se inicia el campeonato”, ha asegurado a La Palma Ahora Alonso Lugo, un veterano colombófilo de Santa Cruz de La Palma que durante más de 30 años fue presidente del Club Centro Colombófilo de la capital y también, en otro periodo, máximo responsable de la Federación Insular de Colombofilia. “Las pérdidas son de casi 30 palomas por palomar, porque unas se las comen, otras las dejan malheridas y otras desaparecen presas del pánico”, afirma. “Atacan hasta mi palomar, que está en todo el centro de la ciudad, porque en La Caldereta hay dos o tres parejas de halcones”, señala.

Alonso considera que el halcón tagarote “es una plaga como la gramínea rabo de gato (Pennisetun setaceum) y las autoridades deberían destinar partidas para su erradicación o, por lo menos, para disminuir su población”. “El halcón autóctono hace solo una cría al año y no ocasiona ningún problema, es un predador normal, pero el otro hace dos o tres nidadas, multiplicándose demasiado”, explica. “Muchos colombófilos han quitado el palomar porque nadie pone solución a este tema”, se queja. “Una paloma mensajera vale un dineral, puede costar, si es buena, entre 6.000 y 20.000 euros, y no solo es la cuestión económica sino también la sentimental, porque te matan animales que quieres; nos están haciendo un daño tremendo y hay que buscar una solución”, expone. “En los nidos de los halcones, en los acantilados del norte, y por la zona de Barranco Seco, han encontrado hasta 60 anillas de palomas, porque se las llevan para que coman las crías”, dice.

En los palomares “ya no faltan betadine, grapadora para coser y pomada antibiótica porque sabes que te van a llegar ejemplares heridos”, cuenta. “Hay una preocupación grande entre los colombófilos, muchos han quitado las palomas porque los halcones los tenían aburridos”, insiste. “Los políticos tienen que tomar conciencia de este problema y crear cuadrillas para eliminarlos todos o casi todos, como los muflones o el rabo de gato, porque están alterando el ecosistema”, apunta. “El halcón es un animal precioso, pero hay demasiados ejemplares en la Isla, calculo que más de un millar”, añade.

Los ataques de halcones a palomas mensajeras “es una plaga extendida a nivel regional, porque en las demás islas tienen el mismo problema que nosotros”, señala Lugo. La situación geográfica del Archipiélago y los vientos han propiciado la llegada de aves rapaces procedentes del continente africano, como es el caso del halcón peregrino, que ha terminado nidificando en acantilados de difícil acceso.

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