Los hombres que salvan vidas desde el aire

De izquierda a derecha, Adrián, David, Tomás, Casimiro, Jaime y Zbyszek. Foto: LUZ RODRÍGUEZ.

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

Están hechos de madera especial. Tienen vocación de servicio y arriesgan cada día en su profesión para intentar salvar la vida de otras personas. La tripulación del helicóptero del Grupo de Emergencias y Seguridad (GES) del Gobierno de Canarias con base en La Palma desarrolla una labor encomiable que suele quedar en el anonimato. La Palma Ahora pone rostro a estos profesionales altamente cualificados que lo dan todo en su trabajo. 

Si volar en un helicóptero ya entraña un cierto riesgo, hacerlo en un territorio como La Palma complica aún más la situación. “La Isla tiene unas condiciones orográficas y climatológicas de las más complejas de España por los vientos, la orografía, la calima y por contar con mucha elevación en muy poco espacio”, ha explicado a este digital Jaime Simó, segundo piloto de la aeronave Sokol W3A, equipada con todo lo necesario para realizar un rescate  o intervenir en un incendio, y con capacidad para volar hasta los 6.000 metros de altitud. “Los vuelos en esas condiciones se realizan con gran dificultad, pero tenemos muy buenos helicópteros y muy buenos profesionales que están bien entrenados para que un rescate se haga con la mayor seguridad posible”, asegura, y subraya: “Asumimos los riesgos de esta profesión, pero siempre dentro de un margen de seguridad, porque lo principal  para nosotros es la seguridad, la operación tiene que ser lo más segura posible, aunque siempre está el factor riesgo que hemos de minimizar”. “Algo muy importante para la seguridad es que en cada helicóptero vuelan dos pilotos totalmente habilitados y que pueden realizar cualquier tipo de tareas, operan juntos”, recalca. “Siempre decidimos entre todos si podemos hacer o no el recate en base a un margen de seguridad, y cuando iniciamos una operación, tenemos que tener un plan b y un plan c, siempre ha de haber una salida para que toda la operación sea segura”, detalla Simó. 

El helicóptero del GES con base en La Palma cuenta con dos tripulaciones que se turnan. Una de ellas –con la que se realizó este reportaje- está integrada por Casimiro Czarnecki (Polonia, 56 años), comandante de la aeronave; Jaime Simó (Barcelona, 43 años), segundo piloto; Zbyszek Kruczek (Polonia, 55 años), mecánico; Antonio David Pérez (Garafía, 40 años), rescatador; Tomás Hernández (Puntallana, 42 años), rescatador, y Alberto Adrián Pérez (El Paso, 39 años), operador de grúa y rescatador. La otra tripulación la conforman Andrés Petruczynik (Polonia, 56 años), comandante; Juan Jesús López (Málaga, 38 años), segundo piloto; Francisco Javier Guerra (Puntallana, 43 años), operador de grúa y rescatador; Pedro Rubén Arrocha (Puntallana, 43 años), rescatador, y Aythami Sanchez (Garafía, 28 años), rescatador. 

Estos profesionales tienen una elevada cualificación y altas dosis de altruismo. “Es un trabajo vocacional, alguien que no sienta vocación por esta profesión y por ayudar a las personas no creo que pueda desempeñarla”, dice Simó. 

El comandante Czarnecki compara volar en helicóptero en la Isla con la propia existencia. “En La Palma ningún vuelo es igual, cada vuelo es como una vida que cuando empieza no sabes qué es lo que vamos a encontrar”. “La tripulación tiene que resolver la situación y encontrar salida en cada caso, porque los rescates son diferentes”. Destaca la importancia de “trabajar en equipo, muy compenetrados, porque hay mucha variables que tenemos que contemplar y todo es muy arriesgado”, admite. “Intentamos hacer la operación lo más segura posible, pero todos corremos un riesgo, aunque si trabajamos bien y en equipo, resolvemos la situación”, sostiene. “Es preciso conocernos a nosotros mismos, al aparato, al medioambiente… porque todo complica nuestro trabajo”, apunta. Y comenta algo que considera “fundamental”: “No hay ningún tabú entre nosotros, aquí tenemos que hablar abiertamente de todos los problemas y resolver en tiempo vivo, en cada caso, y eso es lo difícil”. Czarnecki hace hincapié en que “los rescatadores tienen mucha experiencia y conocimientos, y mucha ciencia, porque tienen que saber escalar, bucear, nadar, atender a un herido…están altamente cualificados y son clave en un rescate”. Simó añade que estos profesionales “no solo cuentan con una alta preparación física sino también psicológica, muy, muy importante en este tipo de trabajo, porque en un rescate tiene que estar seguro el afectado, la tripulación y el helicóptero”. 

En La Palma, el helicóptero del GES realiza una media de un rescate por semana. La mayoría de ellos, en una franja horaria que suele situarse, aproximadamente, según las referencias estadísticas, entre las 13:00 y las 17:00 horas, pero “te pueden activar en cualquier momento”, señala Simó. 

Para el rescatador David Pérez, su trabajo supone “un hábito de vida porque me permite estar en el entorno que me gusta –la montaña y el mar- y además, ayudar a la gente”. Es un profesional curtido, pero reconoce que cuando tiene que rescatar a un niño “me impresiona mucho porque somos humanos”. 

A Alberto Adrián Pérez, también rescatador, su profesión le resulta “muy gratificante por el hecho de poder ayudar a la gente y hacerlo en un medio que conozco como es el mar y la montaña”. 

Tomás Hernández recuerda que “muchos venimos del voluntariado y trabajar ahora de rescatador me recompensa todo ese tiempo que llevo dedicado al altruismo”. “Estamos preparados para todo, pero siempre nos preocupa el estado en que vamos a encontrar a la persona”, apunta. Con tono de humor dice que “para mí este trabajo es como si abres la ventana y ves un documental”. 

Jaime Simó se siente un privilegiado por trabajar en “la oficina con las mejores vistas del mundo”. No duda en afirmar que en el GES tenemos “buenos rescatadores, buenos pilotos y buenas máquinas”. “Y lo más importante para nosotros en la seguridad”, insiste. 

Simó, en nombre del GES, quiere reconocer “la labor de todas las personas que colaboran, ayudan o trabajan en medios de emergencia porque hacen una labor muy grande y a veces queda en el anonimato”. También hay palabras de agradecimiento para este digital: “Gracias por intentar plasmar el lado humano del Grupo de Emergencias y Salvamento (GES) AH-51 La Palma”.

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