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La Comunidad de Madrid cierra una residencia pública de mayores tras anunciar un plan para mejorarlas

Entrada de la residencia San José, en Orcasitas. / Madrid.org

Sofía Pérez Mendoza

Los 39 usuarios de la residencia San José de Orcasitas se enteraron por la prensa de que ya no van a poder vivir donde viven. El centro público se cierra y los ancianos serán repartidos por varias residencias de la región, como confirma la Consejería de Políticas Sociales. Lo mismo pasa con los 50 trabajadores que tienen plaza como funcionarios en ese centro.

La Comunidad de Madrid, justifica que esta “no tiene infraestructura para poder hacer reformas y atender a personas dependientes cuando los usuarios cada vez lo son más”. Esta realidad, la dependencia cada vez mayor, está recogida en un plan de residencias presentado en octubre con el que el Gobierno admitió que nueve centros precisan de “una actuación intensiva e inmediata” para paliar sus deficiencias asistenciales: más profesionales y reconocer que los ancianos se han convertido en grandes dependientes.

El plan de residencias, que incluye la contratación de 1.000 trabajadores para poder reducir la ratio, se refiere justamente a las carencias que han sido negadas tras los accidentes de los internos, las quejas de los profesionales y las denuncias de los familiares que han obligado a la justicia a investigar dos de ellas (Arganda del Rey y Alcorcón).

“Los grandes dependientes fueron trasladados en base a un informe municipal que decía que la residencia no estaba adaptada. Pero a día de sigue teniendo licencia para atender a personas que se valgan por sí mismas”, explicó la concejala de Ahora Madrid Rommy Arce, edil de Arganzuela-Usera, en una asamblea de vecinos y vecinas celebrada este jueves en el barrio, donde el diputado de Podemos Raúl Camargo criticó el cierre y reclamó que el barrio necesita “no solo que no cierren esta residencia sino que abran otra porque hace falta”.

La residencia San José es una de las pocas que existen en la región de gestión directa, es decir, cuyo funcionamiento no se ha entregado a la gestión de una empresa concesionaria. Hasta ahora había 25 centros completamente públicos que ahora se reducen a 24 dentro de una red de 500 en los que son minoría.

El edificio albergará cuando los mayores se hayan marchado, para lo que aún no hay fecha, el Centro de Adaptación Cultural y Social (CACYS) para menores extranjeros no acompañados que ahora está ubicado en Arturo Soria. “Con el cambio este centro podrá acoger a 12 menores más, de 32 a 44”, dicen fuentes de la Consejería de Políticas Sociales. Desde Ahora Madrid interpretan este traslado como una “política de segregación de la ciudad, con el norte con la actividad económica y financiera y un sur con un desmantelamiento progresivo de los servicios públicos”.

Con el cierre de la residencia se clausura también un comedor social anexo que atiende a personas sin hogar del barrio de Orcasitas y que se traslada a la finca Vistalegre, a seis kilómetros de distancia. “Reparte 40 comidas y cenas diarias, además de bolsas de comida los fines de semana. Está dando un servicio al barrio y se va a dejar de prestar”, denuncia Arce. El nuevo lugar, según la Comunidad de Madrid, permitirá duplicar la capacidad de atención.

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