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El Mercado Social de Madrid decide el futuro de su moneda, el boniato

El Mercado Social de Madrid. // Ana Encinas

Ana Encinas

El Mercado de la Economía Social de Madrid (MES) ha iniciado un proceso de participación sobre el uso de su moneda, el Boniato. La reflexión en torno a esta alternativa al euro se articula en tres fases que han ido desde marzo hasta el próximo mes de mayo. La primera, que estuvo abierta hasta el 3 de abril, fue una votación sobre las “líneas estratégicas” en las que se barajó incluso la eliminación de la moneda, opción que fue descartada. las dos opciones más votadas suenan antagónicas: incentivar o promover el papel del boniato o bien reducir su papel limitándolo a grupos reducidos y “experimentales”.

La segunda fase discurre ahora entre el 15 y el 30 de abril y trata de elegir estrategias concretas. El proceso terminará con la redacción de un informe que recoja los datos de las anteriores consultas, las conclusiones y “una propuesta clara sobre la estrategia de la moneda social del MES”, informan en el sitio habilitado para votar. Los resultados de estas consultas determinarán el futuro de la moneda y todos los socios del MES tienen derecho a voto.

La reflexión interna comenzó en enero, con un debate donde se abordaron los retos y dificultades de las monedas sociales, aunque también sus oportunidades. En el encuentro, al que asistieron unas 50 personas, se abordó la problemática que conlleva desafiar la concepción social que tenemos del dinero. En esta jornada de debate se repasaron las funciones de las monedas sociales y se compararon experiencias como las de el Ecosol, en Cataluña, o el Bristol Pound en Bristol.

Entre los aspectos que cuestionan o complican su continuidad se encuentra la dificultad añadida que supone contabilizar la entrada de Boniatos. Esto implica para las entidades participantes la necesidad de llevar un doble seguimiento de las cuentas: en euros y en boniatos. Por otro lado, el sistema de pago está copado por empresas como Visa y Mastercard. Se precisa de una infraestructura que permita una gestión sencilla, clara y manejable que englobe también los valores en torno a los que se articula el movimiento de la Economía Social y Solidaria. En definitiva, un sistema de pago democrático y horizontal.

“El proceso tiene sus desafíos porque tiene que vencer inercias y en Madrid no existe, de momento, una red tupida de alternativas de economía solidaria que permita un crecimiento fuerte del boniato”, explica Roberto Valdivieso, representante de los consumidores en el Consejo Rector del MES. Un sistema, el monetario, que quizá aún no se ha revisado lo suficiente. “Nos hemos atrevido a cuestionar la propiedad privada creando redes y empresas de propiedad colectiva, pero cuestionar el dinero todavía nos cuesta”, opina Genoveva López, experta en moneda social.

“Las monedas sociales tienen el cometido de relocalizar los procesos económicos. Pueden adoptar distintos modelos en función de su cometido. Por ejemplo, fomentar las energías renovables, el voluntariado o fortalecer el comercio local”, continúa Genoveva, que detalla que este tipo de monedas dificultan la especulación y la acumulación. “El sentido de las monedas sociales es que circulen para generar riqueza. El dinero no es solo un medio de intercambio, sino que tiene unos valores atribuidos y unas connotaciones determinadas”. El Boniato circula a través de los intercambios comerciales de entidades y consumidores del MES, “lo que favorece la economía real y el entorno”.

Para Roberto Valdivieso, el boniato “nos permite crear nuestra economía”. Opina que “la moneda social tiene sentido porque permite que los comunes generemos nuestra moneda”. Y es que el objetivo de esta moneda social, que funciona desde 2013, es fomentar la economía cercana y fomentar un tipo de relación comercial igualitaria y basada en el trabajo real. “La moneda social se crea y se destruye por y en función de la actividad económica real que se da entre las entidades y las personas. No produce intereses y no tiene sentido acumularla”, este planteamiento fue formulado durante la jornada de reflexión y alimenta buena parte de los argumentos a favor del uso del Boniato. Su funcionamiento elimina la posibilidad de especular y facilita la rotación, algo que termina por favorecer los intercambios que se dan dentro del Mercado Social. Quienes están a favor también alegan que nunca existirá escasez de moneda, porque existirá tanta como riqueza o trabajo real exista en el MES.

El Boniato y la economía de proximidad

El Boniato es una moneda virtual que adquiere forma de papel una vez al año, para la Feria del MES. Quien realiza una compra en cualquier entidad adscrita al MES obtiene una bonificación en Boniatos, lo que se traduce en un descuento en la próxima compra dentro del mercado. Sin olvidar que los propios establecimientos que forman parte del MES son a su vez consumidores y proveedores. El objetivo ahora es ampliar esa red de “prosumidores” (productores y consumidores) que aporten riqueza a este sector. Riqueza entendida en un sentido amplio que engloba puestos de trabajo, mejoras laborales o fomento del comercio local, entre otras. La moneda social se genera, pues, a partir de los intercambios económicos que tienen lugar dentro de este ámbito.

El Mercado de la Economía Social de Madrid es una cooperativa que comprende una red de consumidores, grupos y cooperativas de consumo y entidades proveedoras. Los intercambios que se producen en este ámbito han de cumplir con una serie de criterios éticos, democráticos, equitativos, ecológicos y solidarios recogidos en la carta de la Red de Economía Alternativa y Solidaria (REAS) y aplicables en todos los territorios. El funcionamiento de este tipo de iniciativas va dirigido a la consolidación de un mercado centrado en el bienestar colectivo construido en base a relaciones de confianza, cercanía y reciprocidad.

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