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El ocupa de la Real Fábrica de Tapices: “Que vengan, no voy a dar las llaves”

La fachada de la Real Fábrica de Tapices. FOTO: Real Fábrica de Tapices

elDiario.es Madrid

Livinio Stuyck no va a poner fácil su desalojo de la vivienda de casi 700 metros cuadrados en la Real Fábrica de Tapices en la que vive “totalmente gratis” desde hace 20 años. “Que vengan, no voy a dar las llaves”, ha declarado Stuyck a El Confidencial, que se ha negado a hablar con eldiario.es tras destapar su irregular situación. 

Este jueves, a mediodía, mientras dos agentes de la Policía Nacional flanqueaban la puerta de la Real Fábrica de Tapices, el subdirector general de Contratación y Gestión Cultural del Ministerio de Educación y Cultura, Ignacio Castillo, junto con la jefa de Servicio de Patrimonio como secretaria del acto, Carmen Blanco, tres miembros más del Ministerio, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento y el administrador gerente de la Real Fábrica, Alejandro Klecker, han indicado a Stuyck que debía abandonar el inmueble, tras haberle sido previamente comunicado a través de burofax hace unos días.

Dos abogados asistieron al expropietario de la Real Fábrica, que comunicaron a los presentes que un defecto de forma permite a Stuyck permanecer 48 horas más en la vivienda. Posteriormente, se ha acordado que el desahucio se retrasa hasta el próximo martes 28 de marzo. 

“Que vengan, no voy a dar las llaves”. Él se aferra a los derechos adquiridos. “Mi familia lleva aquí 300 años. Yo nací aquí. No llevo aquí 20 años sino 71. Es mi casa”. Este viernes publicamos que Livinio Stuyck no solo ha vivido gratis en la vivienda, sino que no ha pagado ni la luz ni el agua en dos décadas

Livinio Stuyck fue el último propietario privado de la Real Fábrica de Tapices. La traspasó a una fundación creada por el Gobierno a finales de 1996, cuando estaba al borde de la quiebra. Fue Esperanza Aguirre quien lideró el rescate de esta antigua manufactura de tapices, que fundó Felipe V, y en la que el Ministerio de Educación y Cultura, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento emplearon trescientos millones de pesetas (1,8 millones de euros) del dinero público para salvarla del cierre.

La familia Stuyck y sus antepasados fueron dueños y gestores de la Real Fábrica durante casi tres siglos. Son descendientes de Jacobo Vandergoten, el tapicero flamenco que el rey Felipe V trajo a España desde Amberes en 1720 para fundar esta manufactura de tapices y alfombras de lujo, inspirada en los reales talleres franceses.

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