Es el resultado de la pelea interna del PP de Salamanca tras la llegada de Alfonso Fernández Mañueco a la alcaldía salmantina. Su anterior alcalde y mentor del actual, Julián Lanzarote, ejecutó obras faraónicas. Y el de hoy ha decidido dar marcha atrás en algunos casos, con la consecuente repercusión económica para los salmantinos.
El caso más evidente es el aparcamiento de la Plaza de Los Bandos que Julián Lanzarote se empeñó en construir junto a la Plaza Mayor salmantina a pesar de la oposición de los movimientos vecinales y del resto de los partidos políticos, a excepción del PP. Hubo manifestaciones, recogidas de firmas, exabruptos… Pero el que fuera alcalde salmantino, y hoy senador, Julián Lanzarote se empecinó y aprobó el parking.
Sin embargo, una de las primeras medidas que tomó Alfonso Fernández Mañueco al llegar a la alcaldía de Salamanca fue dar marcha atrás en esa construcción. El también secretario regional del PP en Castilla y León argumentó esta postura en que había una amenaza por parte de la Unesco de retirarle a la capital salmantina el título de ciudad patrimonio de la humanidad.
El Ayuntamiento de Salamanca ya pagó, con Lanzarote de alcalde, más de medio millón de euros para el proyecto de construcción y para costear uno de los dos sondeos arqueológicos llevados a cabo para descartar la existencia de restos de relevancia. Como consecuencia de esta marcha atrás, el Consistorio se vio obligado a llegar a un acuerdo con la UTE adjudicataria de la construcción y explotación del aparcamiento, tras el contrato firmado en noviembre de 2008.
Pero ese acuerdo no fue posible. Y la empresa Isolux Corsán, una de las que componían la Unión Temporal de Empresas, decidió reclamar en vía judicial lo que ellos consideran como dinero que han dejado de percibir. Así, según ha confirmado a La Meseta fuentes de esta empresa, se piden 800.000 euros en concepto de “daño emergente” y otros tres millones de euros por “lucro cesante”.
Desde el Ayuntamiento de Salamanca, en cambio, se considera que esa cantidad no se acoge a la realidad, por lo que han reclamado un informe externo que valore el lucro cesante, es decir, el dinero que la empresa podría haber ganado y no lo ha hecho por no realizar la obra.
Este doble planteamiento (ahora, sí; luego, no) por parte del mismo partido en el Gobierno municipal de Salamanca, si bien con distintas personas, no es nuevo. Con la llegada de Mañueco al Ayuntamiento salmantino, éste se quiso distanciar de algunas políticas llevadas a cabo por Lanzarote. Y lo hizo con cambios de obras, con marcha atrás en trabajos realizados…
Un ejemplo. Si Lanzarote dio el visto bueno a que una avenida de Salamanca tuviera mediana, llegó Mañueco y la quitó. En total, la nueva inversión conllevó 200.000 euros. Y no ocurrió nada.
Si se renovó una plaza que generó disputas (la Plaza de la Constitución), se cambia de nuevo y se arregla el problema: otros 100.000 euros gastados más.
A todo ello se suman otros 300.000 euros por despidos del personal de la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura; otros 100.000 euros por un circuito de mountan-bike que está sin utilizar; o las reclamaciones de varias empresas por obras realizadas y que dicen que no han cobrado, como las referidas a una provisión de material para la Policía Local o las relacionadas con trabajos en un Museo, que podrían superar los 880.000 euros.
