Alfonso Fernández Mañueco es el alcalde de Salamanca. Y el secretario general del PP en Castilla y León. Y el presidente del Comité de Derechos y Garantías de los ‘populares’ en el ámbito nacional. Y soñó con ser candidato a la Junta de Castilla y León. Y ahora mismo es el hombre que controla su partido en Salamanca y su provincia.
En las últimas semanas, el PP de Salamanca comienza a estar en los medios de comunicación por supuestas anomalías o irregularidades en las instituciones que controla en la provincia. Hace 15 días, el presidente de la Diputación Provincial, Javier Iglesias, dio a conocer públicamente que trasladaba a la Fiscalía supuestas irregularidades en la concesión de obras por parte del director del Área de Fomento, Manuel Borrego. Esta semana se ha conocido un documento, publicado por El País, en el que se desvelan pagos en B –es decir, sin contabilizar- durante la campaña del PP en el año 1999.
Desde la Diputación Provincial se insiste, por parte del equipo de Gobierno, que ha sido el PP y, de forma concreta, su presidente Javier Iglesias el que ha tomado la iniciativa de llevar al fiscal las obras que supuestamente se realizaron de forma irregular por parte de dos funcionarios, uno de ellos ocupa un cargo de libre designación. Iglesias se autoproclama como el abanderado de la limpieza en esta institución. Pero en ningún momento habla de que desde hace meses el partido en la oposición, el PSOE, le estaba reclamando documentos sobre esas obras. Y que desde hace algún año, entre los funcionarios de la Diputación salmantina se hablaba de Manuel Borrego –director del Área de Fomento- y de sus relaciones con alguna empresa de Salamanca. También obvia el presidente Javier Iglesias que Borrego es el “amigo” de Alfonso Fernández Mañueco, como éste mismo ha reconocido de forma pública; o que este funcionario entró en la Diputación de la mano de su amigo; o de la forma en la que se convocó su oposición.
Es decir, Mañueco estaba en esta institución provincial cuando su amigo Manuel Borrego entró en ella. Y Mañueco es el auténtico artífice de que Javier Iglesias cogiera poder en el PP provincial.
Y mientras la Fiscalía de Salamanca dilucida qué hacer con ese escrito de la Diputación Provincial de Salamanca, se conoció un documento en el que aparecían datos manuscritos con el epígrafe ‘B’ sobre la forma en la que se financió la campaña electoral del PP en el año 99, cuando Alfonso Fernández Mañueco era el secretario provincial.
Desde el momento en el que se conoció esta noticia, Mañueco ha dicho: “personalmente no tengo nada que ver con ello”. Y se ha remitido a un comunicado del PP de Salamanca en el que se decía que la financiación de la campaña del 99 había sido auditada por el Tribunal de Cuentas. Pero este órgano fiscalizador solo analiza la contabilidad oficial, desconoce la llamada ‘contabilidad B’.
Pero Mañueco en ningún momento ha recordado que en aquel momento era el número dos del partido, detrás de Julián Lanzarote –actual senador por Salamanca-. Tampoco ha hecho mención a que en aquel momento era el que controlaba la provincia, de hecho se autodefinió en aquellos años como el “presidente más joven de una Diputación española”. Y también ha obviado que la persona que de verdad controlaba las campañas electorales de esa época en Salamanca.
En los dos casos, Alfonso Fernández Mañueco está en el centro de la polémica. Y trata de desvincularse de ella. Pero ahora mismo es él el hombre fuerte del PP en Salamanca, por el que pasa cualquier acción del partido, y cualquier maniobra.
Y mientras tanto se niega a cualquier investigación que promueve el PSOE, quien ya ha presentado una denuncia por las supuestas irregularidades en la Diputación Provincial y ha enviado a la Fiscalía Anticorrupción la presunta financiación irregular del PP en Salamanca.
