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Michel Camilo y Tomatito: Entre lo delicado y lo torrencial

Michel Camilo y Tomatito en concierto

José Miguel Vilar-Bou

Cartagena —

El pianista de jazz Michel Camilo y el guitarrista flamenco Tomatito desplegaron ante el público de La Mar de Músicas de Cartagena “Spain Forever”, disco que cierra la trilogía que iniciaron hace veinte años con “Spain” y que les llevó a ganar un Grammy.

Ambos intérpretes exhibieron durante casi dos horas la madurez creativa y la complicidad de veinte años haciendo música juntos, compartiendo escenario por todo el mundo.

“Después de tocar tanto con Michel, me encuentro con que, cuando me pongo a componer, a veces me salen cosas un poco latinas”, reconocía Tomatito en una reciente entrevista con eldiario.es Región de Murcia.

Anoche, el dúo hizo un recorrido por sus tres discos conjuntos, alternando la exuberancia sonora de “Spain” y “Spain Again” con la suavidad del más reciente “Spain Forever”.

“El último es más romántico”, afirma Tomatito.

Todo un contraste que no dejaron de explotar (con éxito) una y otra vez.

Sólo se echó de menos el “Bésame mucho”, primer tema que interpretaron juntos hace dos décadas en Barcelona y que fue el germen de su hoy larga y fructífera colaboración.

El arranque de la velada, en un abarrotado auditorio Parque Torres, incluyó el enérgico e infalible “Libertango” de Astor Piazzola al que siguió la bellísima “Our Spanish Love Song”, de Charlie Haden.

Sobre el escenario, el dominicano y el almeriense pasaron por su tamiz los estilos más variados, desde el tango y la rumba a la milonga. También se acercaron a los sonidos de Brasil con “Agua e vinho”, de Egberto Gismonti.

Los momentos más enérgicos los procuró el “latin jazz” de Camilo, quien no dudó en desplegar todo su poderío ante el piano.

El dúo regresó a Piazzola con una bellísima interpretación de “Oblivion” que arrancó al público un largo aplauso.

Siguieron adentrándose en su reciente “Spain Forever” con el tema principal de la película “Cinema Paradiso”, de Ennio Morricone.

Precisamente, esta fue la pieza germinal del álbum:

“La cosa surgió porque me encargaron para un festival de películas la música de ”Cinema Paradiso“. Hablando con Michel, le dije: ”Mira, estoy aprendiendo esto, a ver qué te parece“. Empezamos a tocar y así surgen las cosas”, explicó Tomatito en la citada entrevista.

Fue especialmente interesante ver, poco después, al flamenco tocando a la manera del belga Django Reinhardt: un genio gitano reinterpretando a otro. Lo hizo con el tema “Nuages”.

Según explicó Michel Camilo, este tema se coló en su repertorio durante la prueba de sonido previa a un concierto en Francia: “Gustó tanto a quienes nos escuchaban que terminamos metiéndola en el nuevo disco”.

“Las cosas que hacemos siempre nos salen muy natural”, afirma Tomatito.

Estamos ante dos músicos a los que, en sus respectivos estilos, se define a menudo como “torrenciales” (“Yo soy un león”, ha llegado a decir Tomatito de su manera de tocar).

Sin embargo, sobre el escenario de La Mar de Músicas fueron capaces en ciertos momentos de una delicadeza sonora que erizaba la piel, como la coda de “Nuages” o cuando interpretaron a Erik Satie, quizás el momento más “académico” de un recital salpicado de explosiones caribeñas y flamencas.

Tomatito afirma que, cuando hace veinte años surgió la idea de tocar con el de Santo Domingo, la fórmula no le convencía: “Veía el piano, tan grande y con tanta energía, y la guitarra tan chiquitilla… En aquel momento era algo arriesgado”.

Es obvio que funciionó.

Tomatito sigue siendo el hombre poco hablador y discreto que, siendo apenas un adolescente, acompañaba a Camarón o a Paco de Lucía, siempre en silencio.

“Yo siempre había creído que lo mío era acompañar a otro. Era lo que conocía. Pero, al morir Camarón, me fui yo solo con la guitarra”, recuerda.

Se siente cómodo en segundo plano. No necesita muchas palabras: Su música lo dice todo por él.

Anoche tanto él como Michel Camili derrocharon su genialidad con generosidad mutua y con equilibrio, alternándose y apoyándose una y otra vez.

Es necesaria mucha complicidad e instinto compartido para tocar así.

“Spain” de Chick Corea, uno de los clásicos del dúo, cerró el concierto.

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