La nueva novela de Jerónimo Tristante saldrá a la venta en mayo

La quinta novela del escritor murciano Jerónimo Tristante, en la que aparece su famoso personaje Víctor Ros, saldrá el próximo mes de mayo y está ambientada en el Londres de 1883 como homenaje al detective Sherlock Holmes, con el que tiene alguna similitud, pero también muchas diferencias.

Además, a principios de enero, Televisión Española emitirá una miniserie de seis capítulos titulada “Víctor Ros” y a cada capítulo seguirá un documental titulado “La España de Víctor Ros”, que presentará el propio Tristante y en la que participarán desde historiadores a periodistas.

Tristante, en una entrevista concedida a la agencia EFE, recuerda que el personaje nació en una novela suya inédita titulada “Arcada Dei, los secretos de Dios”, en el que hacía un breve homenaje al inteligente detective creado en 1887 por el escritor escocés sir Arthur Conan Doyle y también era un tributo a la literatura por entregas o folletín decimonónico.

El escritor usó mucho las hemerotecas para ambientar sus novelas y de aquella época cuenta que existieron polémicas entre periodistas que les llevaron a retarse en duelo o que debido al férreo control gubernamental se veían obligados a contratar a un indigente como director para que, en su caso, éste fuese apresado cuando se pasaban de la raya en sus escritos.

Los inicios de la ciencia forense, la hipnosis, las casas encantadas, el espiritismo, las postales eróticas, la prostitución, la pena de muerte, los parricidios y magnicidios y los duelos serán tratados en estos documentales que seguirá a la emisión de los capítulos de la serie, basada en el primer libro en el que aparece Víctor Ros, el titulado “El misterio de la casa Aranda” (2008).

El actor Carles Francino encarna en esta serie a este peculiar detective de la Brigada Metropolitana de Madrid, uno de los primeros policías españoles que usan microscopios, analizan huellas digitales y usan su capacidad deductiva como armas para resolver los casos.

Tras la primera novela de Víctor Ros, de 2008, apareció “El caso de la viuda negra” ese mismo año y ambientada en Córdoba, y en 2010 “El enigma de la calle Calabria”, con Barcelona como telón de fondo.

“La última noche de Víctor Ros” salió el año pasado como cuarta entrega de la serie protagonizada por el Holmes español, y la quinta aparecerá en mayo de 2015, pero todavía no tiene título, aunque está ya acabada.

En aquel 1883 de esa quinta entrega, el alemán Johannes Zukertort gana el campeonato del mundo de ajedrez, celebrado en Londres, ciudad donde ese mismo año fallece Carlos Marx. Vivían allí tres millones de almas, y Víctor Ros tiene que recuperar algo muy valioso robado en España, siendo perseguido por dos conocidos asesinos en una prueba contrarreloj.

Del parecido del Madrid del XIX con el actual, Jerónimo explica que, aunque la primera impresión diga que no existe, ya que ha cambiado mucho desde aquella ciudad agrícola a la gran metrópoli actual, hoy en día se puede apreciar que se trata de una ciudad abierta porque entonces comenzó a acoger a españoles de todas las regiones, y en cada barrio convivían todas las clases sociales.

“Te sientes como en casa en Madrid, porque casi nadie es de Madrid, y eso viene de aquella época”, agregó, y detalló que entonces, si el dueño de la casa vivía en la planta principal, el comerciante lo hacía en la planta baja, y el pobre en las más altas o incluso en las cochiqueras, pero había una gran mezcolanza en vertical.

Junto a ello, en aquel Madrid se podían ver muchas prostitutas, algunas de las cuales eran jóvenes que estuvieron de servicio en una casa y al quedar embarazadas eran despedidas, acabando en este submundo en el que también había timadores y ladrones, que también salen retratados en la novela y serie de Víctor Ros.

Sobre cómo un profesor de biología de un instituto de Archena acabó escribiendo novelas de misterio y aventuras, Jero, como lo llaman sus amigos, responde que se trata de la afición de una persona que lo único que quiere es relajarse viajando en el tiempo contando historias, un pasatiempo que se ha convertido en media profesión.

El tiempo no le da para compaginar como él quisiera la docencia con la escritura, pero la enseñanza sigue siendo una pasión para este hombre de 45 años que un día a la semana juega con los amigos al baloncesto, es gran conversador y alguien muy querido por sus alumnos, que ven con toda naturalidad su reciente éxito.