Pasan los años, pasan, pero algunos problemas no cambian demasiado. Acabo de leer 'Hambre', de Knut Hamsun, y parece que al leerlo me he asomado a la vida de un universitario español cualificado, con voluntad de trabajar en lo que sea pero que está en el paro y no tiene posibilidad de ganarse la vida. 'Hambre' se escribió en 1890, hace 126 años, y es la historia de un escritor que ejerce de periodista y vive en la precariedad. Hamsun recibió el Nobel en 1920 y fue repudiado años después por su simpatía con el régimen nazi. El autor acabó internado en un manicomio y su obra, con libros magníficos, quedó marginada.
'Hambre' es considerada la novela inaugural del siglo XX, la primera con un personaje sin nombre enfrentado a las trampas de una ciudad burguesa. El personaje de 'Hambre' cobra de cuando en cuando si le aceptan en el periódico lo que escribe. Poco dinero, en cualquier caso. Insuficiente, si no existen apoyos de familia o amigos, para salir adelante. El protagonista vaga por la ciudad de Christiania (actual Oslo), en Noruega, y vaga por su mente haciéndose preguntas que se podrían hacer muchos jóvenes hoy:
¿Por qué no mejoraba mi situación? ¿No tenía yo el mismo derecho a vivir que cualquier otro? (…) ¿Y no había solicitado incluso un puesto de leñador en Møllergaten con el fin de ganarme el pan de cada día? ¿Era un vago? ¿Acaso no había solicitado empleos, escuchado conferencias, escrito artículos para los periódicos, y leído y trabajado día y noche como un loco? ¿Y acaso no había vivido como un miserable, comido pan y bebido leche cuando tenía mucho dinero, nada más que pan cuando tenía poco y pasado hambre cuando no tenía nada? ¿Acaso vivía en hoteles, en una suite de la planta principal? No, vivía en un edificio ruinoso (…) De modo que no entendía absolutamente nada.
Hamsun no era Julio Verne y no jugaba a adivinar el futuro. El escritor hablaba de su presente, tan parecido en algunas cosas al nuestro, y lo hacía no solo desde la ficción sino alimentándose de su propia biografía. El protagonista de 'Hambre' hace todo lo que puede para trabajar pero no encuentra trabajo y acaba entregándose al delirio y el desequilibrio psicológico. No queda muy claro en la novela qué causa qué: si la falta de estabilidad mental lleva a la falta de estabilidad laboral o si es al revés.
'Hambre' es, ante todo, una novela psicológica. Lo que parece claro es que no tener trabajo e ingresos durante un tiempo sostenido (lo que hoy se llama un parado de larga duración) puede hacer de la mente un espacio quebradizo, puede ocasionar fragilidades en el ánimo y problemas de autoestima. ¿Es culpa mía? ¿Me lo merezco? ¿Qué he hecho mal? El protagonista de 'Hambre' siente vergüenza de ser pobre y se culpa a sí mismo. El problema de las pendientes es que cuando uno comienza a caer es muy difícil frenar la caída, sobre todo si son resbaladizas.
Cuando uno tiene trabajo es fácil decirle al que no lo tiene: no te preocupes. Pero hay que verse en esa impotencia de necesitar y no tener, de querer y no poder, de no hallar salida y, en el peor de los casos, de no tener además en quién apoyarse y ver cómo la sociedad, de repente, escupe al que comienza a quedarse arrinconado en sus márgenes.
El protagonista de 'Hambre' está en una situación desesperada y es precisamente en ese estado cuando el individuo se posiciona frente a la sociedad que tiende a desnaturalizarlo. El personaje escandinavo de Hamsun es generoso incluso cuando no puede, aguanta estoicamente el hambre y prefiere no comer a robar. Exactamente igual que nuestro Lazarillo.
Sobre este blog
Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
