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Alternativas ecológicas frente a los 'festivales vertedero'

Las bolsas de basura pegadas a la valla en el recinto del festival Delirium. | Víctor M. Ortiz

Lara Expósito

Este año, uno de los eventos que se anunciaba como uno de los mejores de la temporada estival en Cantabria, el 'Delirium Festival', terminó en desastre medioambiental, además de defraudar a miles de asistentes por el caos organizativo. Equo Cantabria, movimiento ecopolítico y social, no ha tardado en dar su opinión al respecto y ha exigido una normativa a nivel autonómico para regular estos 'festivales vertedero'.

“No todo vale”, insiste Sara Gómez, concejala de Equo en Miengo, quien culpa al Ayuntamiento de Bayero por lo sucedido en el recinto del Cabo Quintres, ya que fue la institución encargada de dar la autorización a los organizadores para llevar a cabo el festival. “Si tienen la sensibilidad medioambiental, no se hace y ya está, es cuestión de autorizar o no”, subraya Gómez, que critica que “los ayuntamientos, solo por recaudar, no miran los daños que va a provocar”.

En declaraciones a eldiario.es, la concejala se pregunta “cuál es la necesidad de hacer estos festivales en los entornos más bonitos de Cantabria” y matiza que “no tiene ningún sentido”. Según explica la activista, hay otros lugares mejor preparados para este tipo de eventos, como los recintos feriales o las campas.

Gómez opina en que “somos cerdos por naturaleza y 14.000 personas generan mucha basura”. Asimismo, defiende que “no tiene sentido” que en un concierto “siga habiendo basura varios días después de su celebración”, como ha sucedido en Ajo, ya que el lugar ha permanecido sucio hasta este lunes.

Por otro lado, la integrante de Equo defiende la necesidad de impulsar programas de concienciación para que todas las personas se den cuentan del daño que hacen al medio ambiente dejando la basura en cualquier lado, no solo en los festivales. “Es un problema general”, concluye.

Festivales con el medioambiente

En el Día de Cantabria de hace cinco años, Cantabria no se vende, tomando como ejemplo otros festivales europeos, decidió incluir vasos ecológicos con el objetivo de evitar estropear el entorno. Este proyecto ha ido creciendo y, según afirma uno de los promotores de los llamados 'ecovasos', Diegu San Gabriel, “ya se han normalizado entre los asistentes”. Tanto es así que a día de hoy ya son ocho festivales los incluyen estos vasos en sus conciertos, entre ellos el Festival de Borleña, el Sauga Folk y el Magosta.

La iniciativa, explica San Gabriel a este diario, sigue la filosofía de “dejar los praos mejor de lo que estaban” y se basa en tres pilares: reducir la generación de residuos plásticos, disminuir el trabajo de limpieza posterior y ahorrar dinero. Asimismo, en las propias copas se incluyen mensajes concienciadores; este año, por ejemplo, incluían un mensaje feminista en contra de las agresiones machistas.

Además de esta propuesta, el festival celebrado en Las Excavadas, en el año 2016, colocó ceniceros por todo el recinto del evento y recordó al público, a través de un cartel, las normas medioambientales que debían seguir, entre ellas, tirar toda la basura en las papeleras y colocar cada residuo en su lugar correspondiente, para así reciclar.

En cuanto a lo sucedido en el 'Delirium Festival', el también miembro de CNSV lamenta que, a quienes funcionan de manera respetuosa con el medio ambiente y los vecinos, “les maten a permisos y trabas”, mientras que, para las grandes promotoras, “todo son facilidades, aún a costa del medio de todos”.

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