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La Fiscalía rebaja de 7 a 2 años la pena para acusado de aturdir con alcohol a una menor y abusar de ella

EUROPA PRESS

SANTANDER —

Sin embargo, la defensa del acusado, JM.D.R.F., ha solicitado la absolución ya que considera que “no hay prueba contundente” para imponer una condena por abusos sexuales y ha pedido que, en caso de que el tribunal crea lo contrario, la pena debería ser de “seis meses como mucho”.

Y es que en el juicio por estos hechos, que supuestamente ocurrieron en diciembre de 2014 en el bar del acusado y que se han visto este lunes en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria, el acusado ha asegurado estar “sorprendido” por la denuncia de la menor que dijo que, aprovechándose de su aturdimiento, la besó, la tocó los pechos y que la obligó a hacerle una felación.

De hecho, ha asegurado mantenían una “relación de familiaridad”, que ella le solía “contar sus problemas” que, según ha asegurado JM.

D.R.F., eran “muchos” y no sólo familiares sino “con todo el mundo”. Ha indicado que la joven acudió al bar aquel día y le “pidió de beber”, algo que “no era la primera vez que hacía”.

Ha relatado que le puso un chupito de tequila en la cocina del bar, en el que en aquel momento había unas 25 personas porque “había partidas y fútbol”, pero le dijo que no le pondría “nada más”, ante lo que ella “reaccionó mal y se puso furiosa”.

Cuando regresó la madre de la menor, que había estado haciendo unas compras, el acusado ha considerado que la joven estaba “bien” aunque ha confirmado que, tras aquel día, “nunca volvió” al establecimiento.

Desde que la menor dice que ocurrieron los hechos hasta que la madre lo denunció en enero de 2015, el procesado y ella mantuvieron conversaciones por una aplicación móvil, aunque JM.D.R.F. ha indicado que sólo le escribió, tras pedirle el número a su mujer, para preguntarle qué tal lo había pasado en la excursión que había hecho con el colegio a Madrid.

En la vista también ha declarado el agente de la Guardia Civil que instruyó la denuncia, en la que precisamente se adjuntaron esas conversaciones que ambos mantuvieron por el móvil pero ha indicado que la madre de la joven no le facilitó el teléfono sino que le llevó “unas capturas” de imagen por lo que “no se sabe si la conversación está completa o alterada”.

Cuestionado por la defensa sobre por qué no se les entregó el móvil para ver la conversación íntegra, el agente ha dicho que le “parece que no las conservaban”.

LA MADRE RECONOCE QUE LA MENOR YA TENÍA PROBLEMAS

La propia madre de la menor ha reconocido que su hija tenía problemas de ansiedad desde antes de estos hechos pero, tras ellos, “fueron a más” con “cambios de humor, se cortaba, quería estar todo el tiempo sola...”.

Sin embargo, a preguntas de la defensa, ha manifestado que su hija tuvo “problemas con el alcohol”, llegando a sufrir un coma etílico con 12 años y tras el que dijo que le “habían violado tres negros” interponiendo una denuncia falsa“.

Por este antecedente, la madre ha explicado que, en esta ocasión, trató de cerciorarse de que “decía la verdad” sobre los supuestos abusos sexuales por parte de su tío, de lo que además ha señalado que se enteró por el colegio y no directamente por su hija.

También ha reconocido que su hija estaba en tratamiento en la unidad de Salud Mental desde 2013 pero ha negado que fuese por sus problemas con el alcohol y ha insistido que se debía a su estado de “ansiedad” por un problema de salud que tenía en las piernas. De hecho, ha apuntado que en el juicio ha declarado “medicada”.

LA MENOR DECLARA “SIN SOLEMNIDAD NI VICTIMISMO”

Tanto la menor como una amiga de ella, a la que contó lo ocurrido a través de una red social, han declarado pero lo han hecho a puerta cerrada, aunque tanto la fiscal como el abogado defensor se han referido a sus declaraciones en sus conclusiones.

La propia fiscal ha reconocido que la menor ha declarado con “poca solemnidad y sin victimismo”, algo “poco habitual” en casos de abusos sexuales pero que ha achacado a estar bajo los efectos de la medicación así como a su personalidad, pero ha considerado que el relato se puede considerar “verosímil” por otros hechos periféricos.

Ha opinado que no es normal que un hombre de la edad del acusado dé bebida a una menor y ha considerado que, aunque la joven “ha relatado el hecho carnal con total falta de solemnidad”, el acusado satisfizo su “ánimo libidinoso” aunque “niegue cualquier tipo de contacto”.

Para la fiscal, “el antecedente de la menor por una denuncia falsa de violación se combina con el incidente del acusado por la descarga de archivos pedófilos”, hechos que cree que han de tenerse en cuenta pero no desvirtuar los hechos que se están enjuiciando.

Sin embargo, la defensa ha criticado que no se salvaguarde la “presunción de inocencia” de su patrocinado llegando a celebrarse este juicio cuando la menor ha hecho “tres relatos diferentes” desde que denunció los hechos y su declaración en la vista de este lunes no ha sido “ni coherente, ni constante, ni tiene lógica”.

Ha explicado que él ha recomendado a JM.D.R.F. depositar la indemnización solicitada por la Fiscalía pero ha dejado claro que “esto no se debe tomar como un reconocimiento” de los hechos “porque no lo es” y ha cuestionado la veracidad del discurso de la joven, que no sólo ha cambiado sino que no se ha probado.

“NO DISTINGUE LA VERDAD DE LA FICCIÓN”

“No hay prueba en la que se pueda fundamentar una condena a mi cliente ni a siete ni a cuatro ni a dos ni a un año”, ha enfatizado el letrado, que ha opinado que “lo ha quedado claro en este juicio es que la menor tiene problemas y serios”, principalmente que “no distingue la verdad de la ficción”.

El abogado ha relatado que, en su declaración, la menor ha asegurado que “ve series de televisión y después no sabe si lo que ha visto le ha ocurrido a ella”, “con 12 años dijo que le habían violado tres negros y era mentira, se corta las venas o amenaza con tomarse un bote de pastillas si no se hace lo que ella quiere”.

Ante ello, ha criticado que “se ponga en duda la presunción de inocencia” de su cliente, así como que haya informes periciales, que él ha impugnado, que puedan afirmar la “veracidad” de lo que dice esta menor.

También ha impugnado las capturas de imagen de las conversaciones que ambos mantuvieron por el móvil porque “hay saltos temporales, no están completas, por lo que no pueden ser un indicio periférico de un abuso”.

FISCAL REBAJA LA PENA A DOS AÑOS

En sus conclusiones, la Fiscalía ha seguido calificando los hechos como un delito de abuso sexual pero ha rebajado su petición de pena de siete a dos años al aplicar la atenuante de reparación del daño tras haber ingresado el acusado los 6.000 euros de indemnización que le solicitaba.

Además, ha rebajado también la petición de libertad vigilada de siete a cuatro años, y sólo ha mantenido la orden de alejamiento de ocho años y 500 metros.

Por su parte, la defensa ha reiterado su petición de libre absolución al considerar que “no hay ninguna prueba contundente” para condenar a su cliente por “ningún delito” y ha solicitado de forma subsidiaria al tribunal que, en caso de considerar lo contrario, la pena tendría que ser de seis meses “como mucho”.

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