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“Cada vez hay más hombres despertando y aprendiendo a desaprender las costumbres heteropatriarcales”

Manuel Buendía, especialista en igualdad de género.

Sara Aja

Uno de los mayores retos a los que hace frente la sociedad a día de hoy es la conquista de la igualdad real de género. La ciudadanía comienza a despertar de un letargo histórico, que ha estamentado un modelo de sociedad que se mantiene con la injusticia. La estructura social que ha conocido este país es el heteropatriarcado, y es tan cruel, que su máxima manifestación es el feminicidio.

Ante este límite, la población comienza a tomar conciencia de la importancia de la lucha feminista y, cada vez más, el hombre participa como aliado. Las armas contra la desigualdad son la educación en el respeto y el aprendizaje dual: por un lado, desaprender las costumbres impuestas por el heteropatriarcado y, por otro, aprender a reconocerlas y a aplicar la perspectiva de género en el ámbito cotidiano.

Manuel Buendía es un hombre que hace ya años se unió a las filas del bando correcto en la lucha feminista. Él es consciente de la delicadeza del tema y prefiere no hablar en términos absolutos, ni sentenciar. Buendía promulga un feminismo de interpretación y análisis desde el reposo y la calma.

Este especialista, integrante de la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género, decidió tomar el camino feminista cuando comprendió que la igualdad de género es un tema de justicia social, que “implica a todas las partes de la sociedad como cualquier otra injusticia”, indica.

Además, desde niño sentía “incompatibilidad con los comportamientos de hombría y masculinidad que impone el heteropatriarcado”, admite Buendía, y añade que el “contacto y la convivencia con mujeres feministas” le impulsaron a actuar.

El experto, que ha participado este viernes en un encuentro en la librería Utopía y es uno de los pocos hombres especialistas en igualdad de género en Cantabria, habla de la situación del hombre en la causa y de la necesidad de reescribir el guión que marcaba la pedagogía intergénero.

“El acercamiento masculino al movimiento feminista ya no es sólo de acompañamiento, de empatía, los hombres tenemos que revisar nuestra idea de masculinidad, del tipo de hombre que quiero ser”, subraya Buendía, quien también insiste en la importancia de la reflexión del sector masculino para conseguir localizar las acciones machistas y poder desprenderse de ellas.

“Cada vez hay más hombres despertando y aprendiendo a desaprender las costumbres heteropatriarcales”, comenta, al tiempo que reconoce ser consciente de los problemas de dedicarse a un sector que parece exclusivo para mujeres: “Los hombres en el feminismo nos enfrentamos a los mismos obstáculos que ellas se han enfrentado durante toda la historia”.

Las mujeres han tenido que ir conquistando territorios donde su sexo no se sentía representado. Como hombre feminista, Manuel Buendía ha tenido que hacer lo mismo e ir adentrándose en ámbitos nuevos, desde las tareas domésticas hasta los cuidados emocionales.

Desde su punto de vista, lo complicado de mantenerse en la lucha no es su sexo, ni la falta de aceptación, sino el ruido que engloba el discurso igualitario, los intereses individuales de muchas de las personas que forman parte de él.

El método de Buendía

“Soy consciente de que en este trabajo por la igualdad, es un campo minado, yo procuro ir despacio y no perderme entre el ruido y entre las discusiones y peleas que no ayudan a la reflexión”. Buendía expone que su meta es el consenso, y que avanza hacia él desde el reposo.

El especialista en igualdad de género siempre parte de la premisa de que todas las personas son machistas, algunas más que otras. Define su trabajo como preventivo, inteligente, tratando de ser eficiente y eficaz. Su labor se centra en tratar con el sector masculino y hacerlo reflexionar. Sus herramientas de trabajo son la conversación y la discusión de ideas.

Mediante el diálogo intenta encender la llama de la revolución interior en los hombres, su reflexión personal, para conseguir un cambio en sus actitudes. Como la mayéutica de Sócrates, Buendía abre los ojos a los hombres y los enfrenta al espejo del heteropatriarcado, y él nunca deja de aprender para aportar. En esta labor de simbiosis, el objetivo final es que los hombres se incorporen a la causa y formen parte de la solución.

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