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Rafael Mayoral: “Se está notando que ha empezado a cambiar el país”

Rafael Mayoral,  secretario de Relaciones con la Sociedad Civil y Movimientos Sociales de Podemos. |

Laro García

Santander —

Rafael Mayoral (Madrid, 1974) tiene a sus espaldas una larga trayectoria como activista en diversas iniciativas en defensa de los derechos humanos. Ejerció como abogado y portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), donde compartió protagonismo con Ada Colau, en un momento en el que la lucha contra los desahucios estaba fuera de la agenda política. Su militancia lo llevó hasta Podemos, como integrante del Consejo Ciudadano Estatal y donde ejerce como secretario de Relaciones con la Sociedad Civil y Movimientos Sociales. “Creemos que el cambio está en marcha, que se abrió la puerta en las elecciones municipales y que no va a ser posible cerrarla”, asegura en una entrevista con eldiario.es minutos antes de intervenir en un mitin de campaña en Cantabria, donde la formación morada está poniendo una especial atención con el objetivo de 'arañar' algún diputado el 20D.

Podemos nació con el objetivo de competir en las elecciones generales. ¿Cree que llegan en un buen momento después de afrontar un ciclo electoral tan largo?

Podemos llega a las elecciones generales con una tendencia al alza muy importante y, sobre todo, con una sensación muy buena de remontada. Estamos percibiendo que la gente ve a Podemos como una herramienta que puede ser útil para garantizar los elementos básicos para que los ciudadanos vivan mejor, para que las instituciones funcionen y para afrontar las cuestiones clave que están pendientes de resolver en nuestro país. Creemos que el cambio está en marcha, que se abrió la puerta en las elecciones municipales y que no va a ser posible cerrarla.

¿Qué valoración hace de estos primeros días de campaña?

Cuando llegan las semifinales y las finales, todos los equipos juegan con más soltura. Creo que hemos tenido una tendencia ascendente, que hemos ido superando diferentes etapas, y que llegamos en muy buena forma. Sobre todo, porque tenemos un proyecto de país. Eso es lo que está haciendo que el discurso que articula Pablo [Iglesias] sea más fuerte. Estamos pensando y priorizando en los intereses de la gente, mientras que el resto de las fuerzas políticas hablan de otras cosas. A partir de ahí, la fortaleza del mensaje que se está lanzando prende muy rápido, porque recoge las necesidades de la mayoría.

Teniendo en cuenta la breve trayectoria de Podemos y las dificultades a las que se enfrentan, ¿con qué resultados se darían por satisfechos en sus primeras elecciones generales?

Nosotros no nos vamos a poner ningún límite por arriba. Y por abajo tampoco, porque nacimos hace muy poco y nadie podía prever que en un espacio de tiempo tan corto nos íbamos a encontrar en una situación como esta. Hemos conseguido cambiarlos a todos, no solo cambiarnos a nosotros mismos. Lo importante es que se está notando que ha empezado a cambiar el país.

¿Cree que pueden verse penalizados por la actual ley electoral y la fuerte implantación de los partidos tradicionales en las circunscripciones más pequeñas?

Este tema no nos preocupa por nosotros mismos. El planteamiento que estamos haciendo es por el principio constitucional que defiende que una persona, un voto. Eso se debería hacer, pero hay algunas contradicciones en la Constitución, como la circunscripción provincial, que dificulta la realidad de España, que es mucho más plural y diversa. Creemos que hay que cumplir con ese principio de proporcionalidad.

¿El debate a cuatro del lunes puede ser decisivo para las aspiraciones de remontada a las que aluden continuamente?

Nosotros venimos percibiendo la remontada desde hace bastante tiempo. Lo que se constató en el debate es que esa remontada existe. Cuando se contraponen los argumentos, vemos lo que está planteando cada uno. El que puso sobre la mesa por dónde debe ir este país para salir de una situación tan grave fue Podemos. Esta crisis nos debería servir para aprender. Hay dos cosas clave en ese minuto final de Pablo: no debemos olvidar lo que ha pasado, es importante que tengamos memoria de lo que ha ocurrido durante todo este tiempo, y al mismo tiempo es necesario que tengamos la alegría y la esperanza, porque hay gente con capacidad para poder hacerlo. No es solamente Podemos, es una mayoría social que se ha enfrentado a una crisis estableciendo lógicas de solidaridad que tienen que llegar de una vez por todas a las instituciones.

En este minuto final de Pablo Iglesias hubo muchas referencias a los principios fundacionales de Podemos, al 15M y a las plazas. ¿Buscan recuperar a los desencantados?

Creemos que el 15M supuso una gran aportación democrática a nuestro país. Supuso poner encima de la mesa que las instituciones estaban mirando para otra parte y estaban defendiendo a los grandes inversores internacionales, que era el momento de abrir puertas y ventanas, y de que la ciudadanía pudiera determinar las políticas que se hacen desde las instituciones. El 15M señaló muchas de esas cosas que estaban ocurriendo. La frase que decía “no somos mercancía en manos de políticos y banqueros” lo resumía perfectamente.

Volver a los principios significa que se habían alejado de ellos. ¿Cree que el desgaste que han sufrido en los últimos meses se debe a eso?

Nosotros lo hemos reivindicado siempre, lo que pasa es que en esta recta final hay que subrayarlo y recordamos lo que somos: una herramienta de empoderamiento popular y ciudadano. No vamos a solucionar los problemas de la gente, es la gente la que está solucionando los problemas utilizando a una formación política como Podemos. A veces se habían confundido los términos. Los partidos pedían el voto a los ciudadanos durante las campañas electorales pero luego obedecían durante todo el mandato a las élites. Ha llegado el momento de que las personas que lleguen a las instituciones respondan a los intereses de los ciudadanos. Toda la descomposición que hemos vivido en nuestro país, con fenómenos como la corrupción, en el fondo se trata de una subversión de la democracia por parte de las élites económicas que controlan al poder político.

Prácticamente todas las encuestas que se han publicado sobre el debate a cuatro dan como vencedor a Pablo Iglesias. ¿La ausencia de Mariano Rajoy distorsiona una valoración más completa sobre las posibilidades de los principales candidatos?

Nosotros hemos sido partidarios de que los debates sean lo más plurales posibles. El problema es que Rajoy no quería dar la cara. Las obligaciones que tenía era descansar en Doñana, lo que no parece suficiente para no asistir a un debate. Es una manera de concebir la política que degrada el concepto último de la democracia. Si te presentas a unas elecciones, no deberías tener ningún problema para contraponer tus argumentos y tu gestión a la consideración de la ciudadanía. Su saldo es malo, es lamentable. De hecho, Soraya Sáenz de Santamaría tuvo muchísimas dificultades. La gravísima situación social que estamos viviendo, la descomposición del sistema político por los escándalos de corrupción, la incapacidad de diálogo con las distintas realidades plurinacionales de nuestro país para establecer un proyecto en común basado en la participación democrática... No tienen ningún proyecto para España.

La corrupción o el deterioro social, que han ocupado gran parte del debate político en los últimos cuatro años, ¿no han quedado fuera del foco durante la campaña electoral?

No por nuestra parte. Nosotros tenemos muy claro que lo fundamental en cuanto se constituya el nuevo Gobierno es poner en marcha un Plan de Rescate Ciudadano. No podemos rescatar a las grandes entidades financieras del país mientras la gente lo está pasando mal. Hay recursos suficientes. Es lógico que a otros no les interese hablar de esto, porque no tienen esos objetivos como prioritarios. El Partido Popular y el resto. Algunos hablan de la reforma laboral, pero solo de la del PP y no de la del PSOE. Otros proponen un contrato único que parece más un contrato de preferentes, donde se oculta que defiende la misma filosofía, que no es otra que abaratar el despido.

Nosotros creemos que hay que establecer una renta garantizada, que asegure que nadie está bajo el terror de la nevera vacía, que nos parece inadmisible. Debemos abordar los procesos privatizadores de la sanidad, de los que han sido copartícipes el PP y el PSOE. Podemos defiende una sanidad pública, gratuita y universal, y que se deje de hacer negocio con la salud de las personas. En la educación o en la lucha contra la violencia de género, por ejemplo, también lo tenemos claro. La respuesta del Gobierno a todas estas cuestiones ha sido hacer recortes cada vez más dolorosos.

Si se cumplen los pronósticos, las elecciones generales dejarán un escenario político mucho más fragmentado de lo que hemos vivido hasta el momento. ¿Ve posibilidades de un Gobierno estable o vamos hacia una legislatura corta, que se resolverá con unas nuevas elecciones a medio plazo?

En una campaña como esta, todo cambia muy rápido. Las tendencias parecen que son buenas y no queremos anticipar nada. Vamos a ir paso a paso. Cuando tengamos los resultados empezaremos a hacer cábalas.

¿El bipartidismo está cerca de su final o salvará los muebles?

El bipartidismo, cuando hablamos con la gente en la calle, parece que lo tiene bastante mal. No han sido capaces de afrontar los problemas. Las fórmulas para encarar una situación de crisis como la que vivimos han sido las mismas.

¿La reforma constitucional es inaplazable durante la próxima legislatura?

Nadie duda de que hay que hacer cambios constitucionales. Nosotros, además, creemos que hay que centrarse en el contenido y no en el continente. Hemos planteado la necesidad de llevar a cabo cinco cambios constitucionales, que abordan cuestiones centrales en la vida política de nuestro país. Por ejemplo, una reforma que ponga coto a la corrupción acabando con las puertas giratorias, porque es una vergüenza nacional que las empresas privatizadas estén llenas de ministros. También es necesario hacer cambios sustanciales en la Administración de Justicia, en la cuestión electoral o la revocación de los cargos públicos. Y es fundamental que haya una respuesta democrática al conflicto territorial, para avanzar en proyectos en común. No le tenemos ningún miedo a las urnas, porque los problemas políticos no los resuelve la Guardia Civil, los resuelven los ciudadanos en las urnas. Cuando quieres convivir con alguien, no parece buena idea echarle el cerrojo y tirar la llave.

Además, hay que acabar con la división artificial que existe entre derechos civiles y derechos sociales, que deben estar garantizados. Eso significa que tiene que haber un cambio constitucional que lo refleje. No puede ser que estemos viviendo en un país en el que hay tres millones y medio de viviendas vacías, que tiene el 20% de las viviendas vacías de Europa, y al mismo tiempo es el país de Europa en el que existen más desahucios, más desalojos forzosos, donde no se cumplen las sentencias de Tribunal de Justicia de la Unión Europea... Y podemos seguir poniendo ejemplos. ¿Eso requiere de una reforma o de una nueva Constitución? Quitemos el candado y dialoguemos sobre los cambios que necesitamos.

¿Y cree que la sociedad española es suficientemente madura como para castigar la corrupción o los mayores escándalos ya están 'amortizados' políticamente?

Nosotros hemos planteado que hay modificaciones en el ordenamiento jurídico de nuestro país que van en la línea de favorecer la impunidad de los corruptos. La Ley de Enjuiciamiento Criminal que ha impulsado el Partido Popular, que es una copia de la que hizo Silvio Berlusconi para evitar los procedimientos contra él, consiste en atar de pies y manos a los jueces y a los fiscales para que no puedan investigar. Limitan los tiempos para que los criminales inmersos en delitos complejos puedan salir impunes. Cuando acudimos a la reunión del pacto antiyihadista como observadores, le dijimos al Gobierno que reconsiderase esa postura porque creemos que con los corruptos se pueden escapar también los terroristas.

¿Siguen creyendo todavía que hay en marcha lo que bautizaron como 'Operación Menina' para hacer presidenta a Soraya Sáenz de Santamaría?

No se nos ha ocurrido a nosotros y no hemos sido los que hemos hablado primero de esa posibilidad. El que ha bautizado así a esa operación no hay que buscarlo en la sede de Podemos, igual hay que buscarlo en la calle Génova... Es un debate que existe en la opinión pública. No sabemos qué grado de credibilidad puede tener Albert Rivera cuando lo desmiente, pero sí sabemos que la mitad de los carteles del PP van con la foto de Soraya Sáenz de Santamaría, lo que sí sabemos es que la que va el debate a cuatro es ella... Esos son los hechos que podemos constatar. Lo que es cierto es que el bipartidismo está bastante nervioso porque las cosas van a ser diferentes en nuestro país.

¿Se atreve con un pronóstico para el 20D?

¿Un pronóstico? Que podemos ganar.

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