Más de 31.000 cántabros dejan por pereza la compra de regalos para el día de Navidad o Reyes

Comenzar a hacer ejercicio (26%), poner fin a la procrastinación de tareas (24%) y empezar una dieta (20%) son las actividades que más se posponen en Cantabria.

Procrastinar o “posponer una tarea por desidia o dejadez” es algo muy habitual en el ámbito doméstico, en el que las tareas del hogar y el bricolaje son las obligaciones que les parecen más pesadas a los cántabros. En el ámbito personal lo que más les cuesta es pedir cita al médico, llamar a la familia y realizar gestiones administrativas.

Las labores a las que más “patadas hacia delante” se dan en las casas de Cantabria son hacer el cambio de ropa cada temporada, planchar, limpiar el horno o el microondas, organizar la nevera y limpiar los baños; mientras que, en la higiene personal, son cortarse el pelo y afeitarse o depilarse.

Casi 168.000 cántabros (39%) reconocen procrastinar sus tareas de forma habitual y de ellos, casi 23.000 (5%) confiesan ser “procrastinadores crónicos”, llegando a realizar sus obligaciones incluso fuera de plazo.

El perfil del procrastinador es un hombre de entre 18 y 24 años. En este sentido, parece que este mal hábito tiende a mejorar con la edad, ya que los mayores de 65 años afirman, en mayor medida, cumplir con todos sus deberes a tiempo.

Según los cántabros, las razones que les llevan a ello son la pereza, la preferencia por emplear el tiempo con otras ocupaciones más placenteras o irrelevantes y la falta de tiempo.

Por su parte, las consecuencias de ser perezoso son el sentimiento de culpa (44%), el estrés que genera la acumulación de tareas (40%) y los enfados con parientes y amigos (21%), algo que “sufren” más los hombres.

Por comunidades autónomas, Aragón, Murcia y Comunidad de Madrid son las regiones donde se procrastina más. En el extremo opuesto, se encuentran Andalucía, Navarra y Comunidad Valenciana. Cantabria se sitúa en la media española.