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Cazadores verdes

La caza sostenible mantiene el control sobre la población de jabalíes.

Eduardo Azumendi

En ecología, el concepto de sostenibilidad se refiere a que la utilización de un recurso no sobrepase un límite que lo ponga en peligro de desaparición. ¿Existe la caza sostenible, que ayude a conservar el medio ambiente y contribuya al reequilibrio ecológico? Con ese objetivo se ha constituido en Euskadi la Fundación Caza Sostenible y Biodiversidad (FUNCASBIOD).

Los expertos coinciden en que una gestión sostenible de la actividad cinegética actual puede convertirse en una importante opción para el futuro del medio rural. El nuevo organismo, que está presidido por el empresario Miguel Lazpiur, pretende “fomentar los hábitos respetuosos con la naturaleza desde tres áreas: conocimiento, divulgación e información”. Para ello, colaborará con el Gobierno vasco, las diputaciones forales, federaciones, cotos, organizaciones relacionadas con la biodiversidad y otras entidades públicas y privadas.

La caza cuenta con un importante número de seguidores en Euskadi. Más de 40.000 cuentan con licencia administrativa, de los cuales 18.000 personas están federadas. José Ángel Zaldua, vicepresidente de la Fundación, reconoce que la caza no disfruta de una buena imagen a nivel social y que es preciso dar la vuelta a esa situación. “Algunos cazadores dan mala imagen y será difícil de erradicar. Pasa en todos los ámbitos y aspectos de la vida cuando se generaliza. La inmensa mayoría de los cazadores son éticos, deportivos, disfrutan del monte, si cazan bien y si no lo hacen pues no pasa nada”.

Así, insiste en que “hay que dar a conocer a todo el trabajo que hacen los cazadores en beneficio de la sociedad. Algunos se empeñan en seguir presentando al cazador como un escopetero y es necesario quitar esa idea”.

Para ello, Zaldua y sus compañeros insistirán en todos los foros posibles que la caza, hoy en día, por ejemplo contribuye decisivamente al control de poblaciones. Es el caso de los jabalíes, que hacen mucho daño a la agricultura. “Ya no hay depredadores de jabalíes, como los lobos. Lo que tenemos que hacer los cazadores, en coordinación con la administración, es organizar batidas para tenerlos controlados. También es necesario hacer lo mismo con el corzo, que provoca graves daños a los forestalistas porque se come la corteza de la planta tierna y recién puesta y se echa todo a perder. Además, cuando hay muchos ejemplares de una especie se producen enfermedades. No es bueno para el ecosistema porque las transmiten. La caza regula estas especies, tal y como lo mande la administración”.

La sostenibilidad es el camino de la caza. “Hacen falta estudios serios para hablar de vedas, prohibiciones y la Fundación los va a hacer para que la caza sea sostenible. La caza esté en el origen de la conservación de la naturaleza.”.

Entre esos estudios, la Fundación está elaborando un exhaustivo informe sobre el impacto socioeconómico de la caza en Euskadi, cuyos resultados serán públicos en mayo. De momento, ya ha organizado un foro sobre la gestión de especies migratorias, en el que han participado expertos internacionales de centros de investigación que han presentado la situación actual de algunas especies y las gestiones más avanzadas para la gestión del patrimonio cinegético.

Otra de las acciones programadas es la puesta en marcha de una nueva aplicación (APP) para dispositivos móviles que servirá de ayuda para el colectivo de cazadores. Dependiendo de la Fundación, se crearán organismos que tendrán unas funciones específicas, como son: el Observatorio de la Caza, el Foro Social de la Caza y el Instituto de la Biodiversidad.

Fauna autóctona

Fauna autóctonaFrente a las críticas a los cazadores procedentes de los ámbitos animalistas, Zaldua asegura que “poco se puede hacer porque entienden que no se puede matar ningún animal. Es una situación de extremos y eso es malo. Decir que no se puede matar ningún animal es igual de malo que el cazador que dice que hay que arrasar con todo”.

“Las especies”, añade, “deben mantenerse. Se están reduciendo por culpa de otros hábitos y eso repercute negativamente sobre todos. Como es el caso de las perdices. Antes de la veda veías en el coto un montón y después el primer día de caza no hay. Se tuvo que cerrar y no se caza nada durante todo el año. ¿Qué ha pasado de mayo a junio a finales de octubre para que desaparezca todo?”.

¿Especies nuevas o pureza genética de la fauna autóctona? “Desde luego, la fauna autóctona. Meter nuevas especies es peligroso porque se desconoce su repercusión sobre lo local. Prefiero proteger lo autóctono y cazar con el límite que sea”.

 

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