Erkoreka apela a superar el “empeño obsesivo de aniquilar la memoria” y dice que “sin memoria no hay identidad”

El acto se ha celebrado en el Ayuntamiento de Mendata y, junto a Erkoreka han estado, Josu Erkoreka, la Directora de Víctimas y Derechos Humanos, Monika Hernando, el presidente de la Sociedad Aranzadi, Paco Etxeberria, y el alcalde de Mendata, Joseba Maella.

En el transcurso de la entrega de los restos mortales de Pedro Uriguen, Erkoreka ha indicado que, “durante muchos años”, se ha vivido “un empeño obsesivo” de “aniquilar” la memoria y, por ello, cree importante, no solo “reconstruir la historia de lo que ocurrió”, sino “rescatar la memoria y construir una memoria viva”.

En este sentido, ha apelado a “superar ese empeño” de que “la memoria desaparezca” y que, de la misma manera, que los restos mortales de Pedro Uriguen estuvieron bajo tierra durante 80 años, esa memoria quedara también bajo tierra para que no conociéramos cuál es el origen y qué hechos estuvieron sobre la base de determinados acontecimientos violentos que tuvieron lugar en Euskadi“. ”Rescatar la memoria, construir la memoria sobre la historia es fundamental“, ha agregado.

Erkoreka ha indicado que, “sin memoria, no hay identidad” y “una identidad bien construida, bien establecida, tiene que descansar necesariamente sobre una memoria bien construida”.

El portavoz del Gobierno vasco ha señalado que la entrega de los restos mortales de Uriguen a sus familiares ha sido un acto “muy emotivo” y de “estricta justicia”.

“Lo que perseguía era no solamente recuperar una parte de la historia, sino, sobre todo, construir sobre ella la memoria de lo ocurrido, que define nuestra identidad presente”, ha agregado.

Asimismo, ha mostrado su reconocimiento a Pedro Uriguen, una persona que “luchó en defensa de la libertad, de la democracia en Euskadi”. “Era obligado un reconocimiento público”, ha agregado.

Los restos mortales del combatiente vasco de la Guerra Civil fueron hallados y exhumados en agosto del año pasado en el barrio de Marmiz de Mendata (Bizkaia) por un equipo de técnicos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, dirigido por el antropólogo forense Etxebarria.

Tras la exhumación de los restos mortales, se iniciaron los trabajos de identificación que han culminado esta domingo con la entrega a las sobrinas de Pedro Uriguen de sus restos óseos, así como algunos objetos personales.

Este proceso ha sido explicado por la investigadora de Aranzadi Lourdes Herrasti. Al parecer, todo apunta a que Pedro Uriguen, natural de Amorebieta y perteneciente al Batallón Otxandiano, murió en abril de 1937 cuando su batallón se dirigía a Gernika para defender la villa. El cuerpo fue encontrado por un vecino de un caserío próximo, que lo enterró en secreto en un lugar oculto marcado por una cruz.

Posteriormente, envió de forma anónima a un convento de Zornotza la documentación del soldado muerto y las indicaciones del lugar donde estaba enterrado. La casualidad hizo que en ese convento vivieran dos hermanos del gudari, lo que permitió a la familia colocar en el lugar una cruz y una fotografía en el que depositaban cada año un ramo de flores para honrar su memoria.

A finales de enero de 2015 y gracias a los testimonios de los familiares y de vecinos de caseríos de la zona, fueron hallados y exhumados en el barrio de Marmiz de Mendata los restos óseos de un gudari- que podrían corresponder a Pedro Uriguen- además de varios botones negros, un tenedor, una cuchara y varios cartuchos. Tras los trabajos de verificación, los restos de Pedro Uriguen han sido entregados este domingo a sus familiares.