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Eroski vive en el banquillo de los acusados su hora más difícil

Afectados por las subordinadas de Eroski y Fagor se concentran frente a la sede de Caja Laboral en Bilbao. /EDN

Eduardo Azumendi

Vitoria-Gasteiz —

Poco se podía imaginar Eroski que la emisión de las aportaciones financieras subordinadas -también conocida como deuda perpetua- le iba a terminar por llevar hasta el banquillo de los acusados. La demanda colectiva presentada por la Asociación de Usuarios de Bancos y Cajas y Seguros (Adicae) contra este producto emitido por Eroski y comercializado por el BBVA (entre otros bancos) se ve mañana en juicio oral en el juzgado de lo Mercantil, número 1 de Bilbao. Su titular, el juez Marcos Bermúdez, desestimó hace unos meses todas las objeciones procesales presentadas por los dos demandados. Entre ellas, que no se admitiera la demanda colectiva, suscrita por 71 afectados, obligando a cada uno de ellos a iniciar acciones judiciales de forma individual. Al final, solo testificarán cinco de los 71 porque el juez considera que no es necesario que lo hagan todos y que resulta suficiente con el análisis de los expedientes de contratación y de si hubo o no publicidad engañosa.

En síntesis, la demanda contra Eroski y el BBVA se centra en demostar que ambos vendieron las aportaciones financieras sin alertar de sus riesgos y su carácter perpetuo. Los afectados solicitan la nulidad de los contratos suscritos para la compra de las aportaciones y el reintegro del dinero desembolsado, al que habría que descontar los intereses percibidos. Eroski captó un total de 660 millones de euros a través de este producto financiero y Fagor otros 185. En total, hay 40.000 familias afectadas por estas aportaciones (30.000 que compraron a Eroski y otros 10.000 a Fagor).

En un intento desesperado, Eroski y las cuatro entidades comercializadoras más importantes de su deuda perpetua –BBVA, Laboral Kutxa, Kutxabank y La Caixa– han diseñado una oferta para eludir el juicio y cerrar un acuerdo con los afectados: una quita del 30% (es decir, perdonar ese dinero a Eroski); el pago de un 15% en metálico y el 55% restante en bonos de la cooperativa a 12 años. Por ejemplo, una persona que tenga 10.000 euros en las aportaciones de Eroski solo recuperaría 7.000 (los otros 3.000 han desaparecido). Pero esos 7.000 euros no los recuperaría inmediatamente, sino que hoy le darían 1.500 euros y los 5.500 euros restantes en 2026 (si Eroski no va a la quiebra como le ha ocurrido a Fagor Electrodomésticos).

“Condiciones leoninas”

El presidente de Adicae, Manuel Pardos, ha tachado de “leoninas” las condiciones que plantea Eroski, por lo que anuncia que su asociación va a seguir negociando para que las condiciones sean mejores. “Vamos a intentar que a través de la Comisión Nacional del Mercado de Valores y las entidades financieras se mejoren las condiciones del canje. Nosotros queremos que se salve Eroski, pero no a costa de los usuarios y sus familias. Hay que buscar una solución mejor y para ello negociaremos con las entidades, Eroski y el Gobierno vasco”.

Para Pardos, “el canje supone un corralito para los ahorros de 30.000 familias. No es justo que se cargue a los usuarios con la responsabilidad, como ya ha ocurrido en el caso de las preferentes y ahora las entidades financieras están siendo condenadas a devolver el dinero”. La postura de Adicae es que la condición de entregar el 55% en bonos a 12 años debe ser más flexible, para que los usuarios puedan disponer de su dinero.

Mientras, la Asociación de Afectados por las Aportaciones de Eroski y Fagor-Kalketuak, con más de 1.300 afectados, criticó a Kontsumobide –el Instituto Vasco de Consumo–, que ha actuado de mediador, por respaldar un acuerdo tan perjudicial para los ahorradores. “Está muy bien para Eroski y mejor para los bancos, que conseguirán frenar las reclamaciones judiciales, pero resulta inadmisible que Kontsumobide lo avale”, ha señalado su portavoz José Antono Urrutia. Aparte de la importante quita de un 30%, ha denunciado que van a recibir unos bonos a 12 años que no dan ninguna tranquilidad. “¿Qué seguridad tenemos con esos bonos cuando el propio Gobierno vasco dice que está preocupado por la situación de Eroski?”, recalcó tras recordar el precedente de Fagor Electrodomésticos.

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