Fagor Electrodomésticos presenta el concurso de acreedores

Tres semanas después de entrar en preconcurso y sin agotar los cuatro meses que tenía, Fagor Electrodomésticos acaba de presentar a primera hora de esta tarde la solicitud de concurso de acreedores parara su sociedad matriz y la filial Fagor Ireland. La comunicación se ha registrado ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMW) a las 14.18 horas y no es más que la confirmación de lo sucedido en los últimos días, cuando el Grupo Mondragón dio por inviable la cooperativa, la que fue embrión hace casi 60 años del primero grupo empresarial vasco y el séptimo de España con más de 80.000 trabajadores.

“En próximos días, se procederá a la presentación de solicitud de declaración de concurso de acreedores para otras sociedades filiales”, señala la comunicación de Fagor Electrodomésticos, en alusión a sus filiales como Fagor Edesa en Basauri. Las otras fábricas de Fagor en Polonia y Francia están desde hace varios días en la antigua suspensión de pagos. Los 230 empleados de la planta de Basauri vieron una luz de esperanza la semana pasada con el acuerdo de salvación anunciado por la Diputación de Bizkaia, dispuesta a conceder un aval de tres millones, pero el anuncio quedó en nada al constatar Fagor Electrodomésticos que la fábrica tampoco era viable.

El fabricante de electrodomésticos se encontraba en situación de preconcurso de acreedores desde el pasado 16 de octubre, ante las dificultades para lograr la financiación necesaria para continuar adelante con su proyecto, que cifraba en 170 millones. La deuda, según la información oficial remitida en julio a la CNMV, es de casi 1.200 millones de euros.

Fagor Electrodomésticos, que arrastra pérdidas desde el año 2009 y un descenso en las ventas desde 2007, cuenta con 13 plantas, cinco de ellas en Euskadi, con una plantilla media de 5.642 personas, de las que alrededor de 1.800 corresponden al País Vasco.

En un comunicado, la cooperativa incluye las declaraciones del director general de la cooperativa Sergio Treviño, quien ha porfiado sin éxito ante el Grupo Mondragón en intentar conseguir financiación para que la empresa continuase. Treviño muestra su “lamento” por no disponer de “la financiación suficiente para continuar con la actividad productiva, y salvaguardar así los intereses de empleados, socios y acreedores como hemos venido haciendo a lo largo de estos 50 años de historia donde los pilares de la compañía han sido siempre generar empleo, riqueza y desarrollo social en nuestro entorno”.

Con la entrada en concurso, la administración pasa a manos externas. Será el juzgado de lo mercantil número 1 de San Sebastián quien designe uno o varios administraciones concursales que determinarán si aún la empresa puede ser viable tras alcanzar un convenio con los acreedores que significaría una rebaja en el pago de la deuda o, en caso contrario, proceder a la liquidación y la venta de los activos con los que pagar una parte de dicha deuda.