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Entre el himno, la bandera y los Días de Euskadi

Urkullu reivindicó Euskadi como "nación en Europa" en el Alderdi Eguna. Hoy, su gobierno, no celebra el 'Día de Euskadi. /EFE

Aitor Guenaga

Bilbao —

Ahora que el PNV está embarcado, de momento con sordina, en el “nuevo estatus” político para el País Vasco, la celebración del 'Día de Euskadi', vinculada a la fecha de la aprobación del vigente Estatuto de Gernika, el 25 de octubre, está condenada a ser otro ejemplo más de cómo las cosas sin consenso transversal en Euskadi tienen una caducidad manifiesta.

No siempre ha sido así. Probablemente por aquel “miedo reverencial” del que hablaba el exlíder del PSE-EE Nicolás Redondo Terreros al PNV, el único partido que durante décadas se sentaba en el Palacio de Ajuria Enea, incluso cuando perdía elecciones. Txiki Benegas ganó por dos escaños al candidato del PNV en noviembre de 1986, pero no logró llegar a ser lehendakari, sueño que para los socialistas tendría que esperar aun 23 años para hacerse realidad, de la mano de los populares de Antonio Basagoiti. Esa nueva mayoría -con la antigua Batasuna ilegalizada y el PNV ganador de las elecciones- hizo posible que desde la Lehendakaritza se prestigiara un Estatuto que aun no se ha completado. Hoy, el Gobierno vasco no ha organizado ni un solo acto oficial para conmemorar el Día de Euskadi, una fecha todavía festiva y de celebración.

La cuestión es que, con miedo reverencial o sin él, cuando se produjo la discusión en torno al himno oficial de Euskadi, la oposición cedió ante el PNV y se colocó como algo de todos –junto a la ikurriña-, el himno del partido fundado por Sabino Arana y compuesto por Cleto de Zabala. Es cierto que sin letra alguna, lo cual lo despoja de cierto partidismo. Pero es el tema que suena cada vez que hay un acto del PNV, cuando inaugura un batzoki, por ejemplo, o cuando hay mítines en plena campaña electoral. Y todavía se mantiene. Popularmente es conocido como el 'Gora ta Gora'. Y no ha habido ninguna iniciativa parlamentaria para intentar cambiarlo, aunque sí ha habido discusiones parlamentarias en torno al asunto.

En el portal oficial de todas las administraciones vascas, se explica que el Himno Oficial de Euskadi-Eusko Abendaren Ereserkia fue aprobado por el Parlamento Vasco mediante la Ley 8/1983, el 14 de Abril de 1983. Desde ese momento, el himno junto con la ikurriña (bandera vasca) se ha convertido en uno de los símbolos de identidad más representativos del Pueblo Vasco. Y se añade esta reflexión histórica: “En 1935 el primer Gobierno Vasco, de concentración, formado por el PNV, PSOE, Partido Republicano, ANV y el Partido Comunista, aprobó el Himno Oficial tal y como hoy lo conocemos”. Algo que fue defendido por el lehendakari Agirre en su descargo ante el Congreso Mundial Vasco celebrado en 1956.

“Cuarenta y ocho años más tarde”, prosigue la página oficial, “en 1983, el Parlamento Vasco consideró que esta melodía ya había sido despojada de todo carácter partidista y superado todos los antagonismos, por lo que asumió como propio el Himno entonces aprobado”.

La explicación histórica obvia la discusión parlamentaria que se produjo entonces y la defensa que determinados partidos (EE y AP) realizaron del 'zortziko' de Iparragirre Gernikako arbola. La propuesta del PNV salió adelante con el apoyo de los peneuvistas y un voto centrista y el rechazo de un PSE entonces con Ricardo García Damborenea de portavoz. Para la historia queda que, en la tramitación parlamentaria, Damborena llegó a defender -no sin cierta ironía- que el himno podía ser incluso el “Desde Santurce a Bilbao”, como en alguna ocasión ha recordado para afear la posición del dirigente socialista vizcaíno el ahora senador peneuvista Iñaki Anasagasti. En marzo de 2001, se volvió a discutir en el Parlamento sobre el himno, pero la proximidad de la contienda electoral dejó en suspenso la constitución de una ponencia para buscar una fecha de consenso.

El ejemplo irlandés

La discusión sobre cuál debería ser el Día de Euskadi no es nueva. De hecho, ahora está muy clara la diferenciación entre el Alderdi Eguna (el día del PNV) y el Aberri Eguna, que fue convocado por primera vez en Bilbao en 1932, siguiendo el ejemplo irlandés de la Pascua de Resurrección. Sería un gobierno de concentración, una vez más liderado por el lehendakari Agirre –que siempre defendió los acuerdos entre diferentes como parte del acervo político vasco- el que hizo suyo la fecha como el día de toda la ciudadanía vasca en 1936. Ya en democracia, el parlamento declaró en 1981 el domingo de Pascua (Aberri Eguna) “como el día de todos los vascos”, pero no la fiesta de Euskadi.

En alguna ocasión, con el Estatuto de Gernika aprobado y tras la consolidación del mapa autonómico, el PSE ha celebrado el Aberri Eguna para intentar despojarlo del manto abertzale que arrastra. Pero una vez en el Gobierno, y ateniéndose a la idea de que Euskadi se crea realmente como “comunidad política” con la aprobación de su estatuto en 1979, el Ejecutivo de Patxi López aprueba el 25 de octubre como Día de Euskadi y lo declara festivo, una fiesta “cívica y oficial que no va contra nadie”, han recordado ahora los socialistas. El PSE obtuvo el apoyo del PP y de UPyD el 22 de abril de 2010, pero ni un voto más. PNV, Aralar, EA y Ezker Batua votó en bloque contra la propuesta. En ese parlamento no estaba representada Batasuna, entonces ilegalizada. Se celebró por primera vez en 2011.

Tras el adelanto electoral, en octubre de 2012, la marca abertzale EH Bildu irrumpe con fuerza en la Cámara, lo que propicia que el asunto sobre el Día de Euskadi vuelva a la discusión parlamentaria de una Cámara con una mayoría sensiblemente diferente. La coalición soberanista presentó una iniciativa para que decayera el 25 de octubre como día de Euskadi y se colocara en rojo en el calendario el 3 de diciembre (Día del euskera) y el PNV, que siempre vio con malos ojos lo aprobado por socialistas y populares, presentó, 24 horas después, una proposición de ley para quitar del calendario festivo el 25-O, aunque si definir una alternativa, a diferencia de EH Bildu.

Ambos sumarán sus votos para que el nuevo Gobierno derogue el 25-O como Día de Euskadi y se retire del calendario laboral como fecha festiva. Pero, salvo sorpresas, el próximo 25 de octubre también será festivo porque el Ejecutivo fija el calendario laboral en octubre y previsiblemente no habrá tiempo material para modificarlo.

El gabinete de Prospecciones Sociológicas del Gobierno vasco no ha preguntado desde que empezó la crisis en 2008 sobre este asunto, pero probablemente no es algo que esté en el ranking de prioridades y preocupaciones de la ciudadanía vasca. El portavoz Josu Erkoreka, al ser preguntado por lo que tiene previsto hacer el Gobierno este 25 de octubre, ha admitido que el Ejecutivo no organizará “celebración alguna para festejar” el 25-O porque “no suma” a las diferentes sensibilidades. El lehendakari no tiene un acto en su agenda oficial hasta el lunes. El PP lo festejará en Gernika.

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