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El Gobierno busca sintonía con los sindicatos no nacionalistas ante el portazo de ELA

Protestas, huelgas y movilizaciones han jalonado el año en Euskadi.

Eduardo Azumendi

Se acerca la hora de convocar la mesa de diálogo social, en la que se sientan Gobierno, patronal y sindicatos, y el consejero de Empleo y Políticas Sociales, Juan María Aburto tiene muy claro que lo tendrá que hacer sin la mayoría sindical vasca, ELA y LAB. La idea de Aburto es tener un primer encuentro a finales de este mes, prácticamente dos años después de que se pusiera en marcha el Gobierno que manda Iñigo Urkullu. Y como ya ocurriera en la legislatura pasada, durante el mandato de Patxi López, ELA y LAB anuncian portazo. Así, Aburto no tendrá más remedio que tratar de tejer alguna complicidad con los sindicatos no nacionalistas CC OO y UGT si quiere llevar a buen puerto su estrategia de empleo 2015-2020 y el pacto por el empleo juvenil.

Para el máximo dirigente de ELA, Txiki Muñoz, “las actuales políticas macroeconómicas de ajuste de gasto y recortes sociales que están implantando los diferentes Ejecutivos en Madrid, en Gasteiz o en Iruñea son incompatibles con la existencias del denominado diálogo social”. Un discurso prácticamente calcado al que exhibió en septiembre de 2009, cuando también rechazó sentarse junto al entonces Gobierno del PSE, patronal y resto de centrales. Aburto reconoce en una entrevista concedida a Deia que una mesa de diálogo social sin la representación de ELA y LAB (la mayoría sindical en Euskadi) es una mesa “coja”. Pero asegura que la central de Txiki Muñoz “no aporta más que conflictividad, confrontación y ninguna solución”. Así, que la mesa de diálogo social seguirá adelante sin ELA porque “es un foro en el que plantear las cuestiones que preocupan a esta sociedad”.

En las últimas semanas, el Gobierno ha venido manteniendo reuniones informales y de carácter bilateral con los sindicatos y la patronal de cara a montar esa mesa. Tanto Comisiones como UGT han apremiado al consejero a montar la mesa, aunque sea con la ausencia de los sindicatos nacionalistas, porque la gravedad de la situación económica así lo requiere. El secretario general de UGT, Raúl Arza, culpa de la inacción al Gobierno vasco que “no termina de enfrentarse a unos sindicatos nacionalistas que solo persiguen imponer su política en una estrategia de tierra quemada”. Esa inercia refuerza, según Raúl Arza, el cómodo inmovilismo de una parte de la patronal vasca“.

Desde Comisiones Obreras ya se tiene muy claro qué tipo de medidas van a llevar a la mesa. Entre ellas figuran un seguimiento de la contratación laboral, la inserción en el mercado laboral de los trabajadores parados de larga duración mayores de 55 años y una iniciativa para el reconocimiento de la competencia profesional adquirida para el colectivo de trabajadores afectados por ERE de extinción de contratos.

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