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“Hace años, la paz parecía ir de la mano del olvido y de la amnistía; eso ya no es posible”

Florencio Domínguez.

Eduardo Azumendi

¿Cómo evitar que la violencia terrorista reaparezca en el futuro en Euskadi? El director del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo, Florencio Domínguez, lo tiene claro: “Hace años, la paz parecía ir de la mano del olvido y la amnistía. Eso ya no es posible ahora. La asunción de las responsabilidades respecto al terrorismo pasado es imprescindible para evitar que la violencia se reproduzca en el futuro”.

Florencio Domínguez ha participado en un debate del XIV Seminario de la Fundación Fernando Buesa en torno a la visibilidad y a la presencia de las víctimas en la esfera pública y la actividad política. Domínguez ha repasado la trayectoria de los damnificados por el terrorismo de ETA, desde una fase inicial de “invisibilidad” hasta su actual papel como agente de influencia social y política. Y ha advertido de que cualquier iniciativa dirigida a “repartir culpas o a difuminar la responsabilidad de ETA” estará “contribuyendo al olvido de los abusos cometidos” por la actividad terrorista.

La situación de olvido de las víctimas de ETA ha cambiado con el paso de los años, de manera que los damnificados por el terrorismo se han hecho “visibles” y reclaman “memoria, justicia y restitución”. “Ese nuevo papel de las personas que han sufrido la violencia de la banda les lleva a reclamar ahora un final de ETA sin impunidad ni justificación”.

Este nuevo papel de las víctimas ha causado preocupación en ETA y su entorno, lo que llevó a la banda a dirigir “amenazas” contra algunos representantes de colectivos de damnificados o de organismos dedicados a su atención, entre ellos Maite Pagazaurtundua o Maixabel Lasa.

Además, “la inquietud” que este nuevo rol de las víctimas causaba en la banda y su entorno político les ha llevado a volcarse en una justificación de la historia de la banda. Es decir, lo que se conoce como la batalla del relato. El objetivo de esta estrategia es construir una “contranarrativa”, según la cual “la violencia de ETA es sólo una más en un mar de responsabilidades compartidas”, en la que se incluiría la violencia ejercida desde el Estado. De esta forma, se pretende “neutralizar las culpas específicas de ETA”.

El director del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo ha subrayado que la izquierda abertzale, tras haber “alimentado el discurso del odio” durante muchos años, sigue sin “reconocer la ilegitimidad” del terrorismo de ETA, y pretende “imponer su propio relato de la historia”.

Ante esta situación, ha advertido de que “cualquier relato que reparta culpas o difumine la responsabilidad de ETA, estará haciendo una falsa contribución a la paz y estará contribuyendo al olvido de los abusos cometidos”.

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